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Carme Elias y Ramon Madaula, en la obra. Foto: TERESA MIRÓ |
Un
convincente
montaje
que
apuesta
por
la
contención
y
la
palabra.
La
espléndida
escena
de
la
segunda
parte
de
Calígula
entre
este
personaje
(Ramon
Madaula)
y
Quèrees
(Andreu
Benito)
centra
el
contenido
ideológico
de
la
obra
de
Albert
Camus
y
la
lectura
que
del
texto
hace
el
director
del
montaje,
Ramon
Simó.
Estamos
ante
una
obra
de
tesis
que
aborda
la
condición
humana,
los
excesos
del
poder,
la
obsesión
por
la
libertad
absoluta,
la
provocación
de
la
tiranía,
la
mentira,
la
felicidad
y
hasta
la
concepción
del
mundo.
Un
texto
complejo
centrado
en
la
figura
de
Calígula,
un
emperador
para
muchos
enfermizo,
desaforado
y
sanguinario.
Calígula,
estrenada
en
1945,
es
el
espectáculo
del
exceso
y
el
abuso
y,
más
allá
de
las
referencias
al
absurdo
y
al
existencialismo
como
conceptos
manejados
en
una
época,
es
un
texto
que
mantiene
un
discurso
apasionante
y
lleno
de
interés
en
cualquier
tiempo
en
que
se
represente.
La
representación
del
Nacional
(Esteve
Miralles
firma
la
traducción
del
francés)
es
fiel
a
todo
esto
y
nos
llega
con
un
conseguido
esfuerzo
por
hacerla
inteligible,
cercana
y
con
ecos
actuales.
El
texto
tiene
nitidez.
En
el
capítulo
de
los
logros
destacan
tres
factores
decisivos:
la
escenografía
de
Bibiana
Puigdefàbregas,
limpia
y
potente,
el
vestuario
de
María
Araujo,
de
tonalidades
ocre,
que
rehúye
la
época
romana,
y
la
interpretación,
que
es
tan
homogénea
como
sólida.
Simó
se
ha
alejado
absolutamente
de
la
interpretación
desaforada
y
paranoica
a
que
invita
malévolamente
el
personaje
de
Calígula
(los
anteriores
montajes
de
Tamayo
llevaron
a
Rodero
e
Imanol
Arias
por
ese
camino)
y
opta
por
la
contención.
Y
Madaula
entiende
perfectamente
esta
lectura
y
la
refleja
de
manera
convincente.
El
actor
transmite
la
angustia
interior
de
Calígula
y
las
razones
que
lo
llevan
a
tantas
maldades,
y
también
se
muestra
con
la
misma
seguridad
a
la
hora
de
provocar.
Una
magnífica
interpretación.
Junto
a
una
convincente
Carme
Elias
hay
que
destacar
a
Jordi
Martínez,
Andreu
Benito,
Pep
Jové,
Jordi
Banacolocha...
Los
personajes
que
giran
alrededor
de
Calígula
tienen
otras
tantas
magníficas
interpretaciones,
no
hay
fisuras
y
hay
un
alto
nivel.
La
primera
coproducción
que
nos
llega
con
el
sello
Fòrum-Ciutat
es
de
alta
calidad.
Un
arranque
esperanzador
con
un
espectáculo
ciertamente
recomendable.
DIRECTOR
Ramon
Simó
TEATRO
Sala
Petita
(TNC)
ESTRENO
29
de
abril
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