La
concejala
de
Patrimonio
planea
abrir la
ruta de
las
criptas,
donde se
guarda
el
legado
romano.
La
excavación
puede
demostrar
si
estos
baños
públicos
tenían
una
basílica
thermarum.
Es uno
de los
grandes
misterios
que
encierra
la
Catedral
de
León.
El
Ayuntamiento
se ha
propuesto
ahora
«desenterrarlo».
La
concejala
de
Patrimonio,
Evelia
Fernández,
quiere
reabrir
unas
excavaciones
en la
cripta
norte
que se
han
ido
demorando
desde
hace
más de
medio
siglo.
En
este
lugar
se
localizaron
hace
décadas
los
restos
de las
antiguas
termas
romanas,
un
espacio
reutilizado
en la
Edad
Media
como
panteón.
De
hecho,
aquí
hay
todavía
varios
sarcófagos
de
piedra.
En
aquella
época
se
recuperó
parte
de un
mosaico
con
temas
marinos
que
hoy
guarda
el
Museo
de
León.
La
cripta
norte
es un
túnel
de
aproximadamente
22
metros
de
largo
por
cinco
de
ancho,
que la
tierra
deja
parcialmente
cegado.
En el
congreso
sobre
la
Catedral
que se
celebró
la
pasada
primavera
los
ponentes,
en el
escrito
de
conclusiones,
pidieron
la
reapertura
de
esta
excavación.
Una
propuesta
que el
Ayuntamiento
refleja
en el
presupuesto
de
este
año
con
una
partida
de
20.000
euros.
La
reanudación
de los
trabajos
arqueológicos
permitirá
averiguar
si las
termas
contaban
con
una
basílica
thermarun.
Una
teoría
lanzada
por el
arqueólogo
municipal,
Victorino
García
Marcos,
durante
el
mencionado
congreso.
El 7
de
abril,
García
Marcos
sorprendía
a los
asistentes
a la
convención
celebrada
en el
Auditorio
con
una
tesis
nunca
expuesta
hasta
entonces:
las
termas
leonesas
no
habrían
copiado
los
cánones
imperantes
en
Itálica,
sino
el
modelo
constructivo
de
otros
campamentos
situados
en las
fronteras
del
imperio
romano.
Siguiendo
con su
tesis,
elaborada
conjuntamente
con
los
arqueólogos
leoneses
Fernando
Miguel
y
Emilio
Campomanes,
García
Marcos
argumentó
que si
las
termas
leonesas
son
similares
a las
de
Britania
y
Germania,
existe
la
suposición
razonable
de que
contarían
con
una
basílica
thermarum
o zona
dedicada
a
ejercicios
gimnásticos
-con
una,
dos o
tres
naves-,
en
sustitución
de la
palestra
(al
aire
libre).
La
basílica
thermarum
estaría
situada
en la
zona
sur de
la
Catedral
-entre
el
costado
sur y
la
verja-.
A
diferencia
de
otros
hipocaustos
romanos,
el
localizado
en el
costado
septentrional
del
templo
gótico
tiene
bovedillas
de
arista
y
muros
enteramente
de
ladrillo
y no
de
piedra.
Y es
que un
dato
llamativo
de
estas
termas
es el
empleo
masivo
de
ladrillo.
El
Ayuntamiento
se
propone
averiguar
por
qué,
aunque,
de
momento,
no
tiene
prevista
una
fecha
para
el
comienzo
de las
excavaciones,
que,
previsiblemente,
contarán
con el
respaldo
del
Cabildo
Catedralicio.
Además,
todos
los
datos
que se
descubran
sobre
las
termas
serán
un
«mérito»
más a
añadir
en el
«currículum»
de la
Catedral
para
que
sea
declarada
Patrimonio
de la
Humanidad
por la
Unesco.
La
excavación
es
fundamental
para
completar
las
piezas
que
faltan
para
recomponer
el
croquis
de los
baños
públicos.
Con el
tiempo,
esta
cripta
completaría
un
itinerario
por lo
que
queda
del
legado
de la
Legio
VII,
que
incluiría
la
cripta
de
Puerta
Obispo,
donde
aparte
de la
puerta
oriental
del
campamento
romano
se
conserva
parte
de las
termas.
Aquí
ha
podido
descubrirse
que
los
baños
romanos
en un
principio
(siglo
II)
tendrían
una
piscina
al
aire
libre,
que
años
después
se
reconvirtió
en
letrinas.
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