Tras el
hallazgo
de la
villa
altoimperial,
han sido
descubiertas
más
dependencias
de la
mansión
y una
necrópolis
del
siglo I.
El
barrio
de Santa
Rosa
ocultaba
en el
subsuelo
un
auténtico
tesoro
arqueológico,
como
muestran
los
hallazgos
que se
están
sucediendo
en las
obras de
la zona.
El
pasado
mes de
noviembre,
este
diario
informaba
de la
aparición
de la
villa
romana
mejor
conservada
de
Córdoba,
una
lujosa
mansión
del
siglo II
con
mosaicos
que
impresionaban
por su
belleza
y su
valor
artístico.
A unos
metros
de este
solar,
situado
en la
calle
Algarrobo,
el grupo
de
arqueólogos
integrado
por José
Manuel
Salinas,
Jesús
García,
Fiona
Hayes y
Benen
Hayden
ha
encontrado
un patio
romano
abierto
(peristilo)
de 7,40
por 7,40
metros
que,
según el
responsable
de la
cata
--José
Manuel
Salinas--, "es
muy
probable
que esté
asociado
a la
villa
romana
que se
encuentra
unos
metros
más
allá".
Así lo
muestra
tanto la
similitud
de
materiales,
como la
presencia
de
decoraciones
octogonales
y la
cercanía
en el
espacio.
Mosaicos
romanos
El
patio,
ubicado
en la
manzana
Banesto,
presenta
una
planta
cuadrada,
cuyo
andén
perimetral
se
encuentra
pavimentado
con
mosaicos
que
recuerdan
a los
hallados
hace
unos
meses en
la villa
romana.
Las
teselas
que
decoran
el
peristilo,
de
piedra,
mármol y
calita,
presentan
motivos
geométricos
de
distinto
tipo y
una
dimensión
de 2,20
metros
de
ancho.
Este
espacio
abierto
también
estaba
decorado
con 12
columnas
de
mármol,
de las
que sólo
se puede
contemplar
las
zapatas
y una de
las
bazas,
así como
fragmentos
de
placas
de
mármol
que las
unía,
cuyo
origen
aún se
desconoce.
Según ha
señalado
a este
diario
José
Manuel
Salinas,
la
conservación
del
recinto
se ha
visto
mermada
por
construcciones
posteriores.
Así, en
el
centro
del
patio se
puede
observar
un
pavimento
de
opus
signinum
, un
mortero
hidráulico
que
"presuponemos
pudo ser
utilizado
para
recoger
agua, y
está
construido
con cal,
arena y
fragmentos
de teja".
No
obstante,
hay
elementos
que
permiten
desvelar
lo que
oculta
este
elemento
posterior.
Así,
existía
un
círculo
de
ladrillos
y
mortero
de cal
dentro
del que
se
inscribe
un nivel
octogonal
formado
con
plaquitas
de
mármol
con
formas
geométricas
que
fueron
saqueadas
en fases
posteriores.
También
se
baraja
la
posibilidad
de que
existiera
una
fuente
en el
centro
del
patio.
La cata
arqueológica
también
ha
dejado
al
descubierto
tres
habitaciones
orientadas
norte--sur "que
podrían
tener un
uso
industrial
dada la
escasa
calidad
de los
materiales,
aunque
una de
ellas
presenta
restos
de un
mosaico
de
teselas
de
cerámica
de mayor
tamaño
que las
del
patio".
Los
muros
que
separaban
las
dependencias
se
encuentran
prácticamente
arrasados,
quedando
hoy solo
las
zanjas
que
muestran
su
presencia,
aunque
se puede
confirmar,
según
las
investigaciones
del
equipo,
que
estas
habitaciones
cerraban
la villa
romana.
Tras el
muro de
cierre
de la
villa,
José
Manuel
Salinas
explicó
que han
aparecido
restos
de época
califal
que
corresponden
a
arrabales
(barrios
árabes)
que
datan
del
siglo X.
Se trata
de casas
muy
simples
que se
construían
en el
exterior
de la
muralla
de la
medina y
pertenecían
al
pueblo
llano de
la época
califal.
Estos
arrabales
están
construidos
a un
nivel
más alto
que las
dependencias
de la
villa.
Un gran
hallazgo
La villa
romana
que se
descubrió
en la
calle
Algarrobo
el
pasado
mes de
noviembre
--cuya
extensión
asciende
a 2.700
metros
cuadrados--,
se ha
constituido
como uno
de los
hallazgos
más
importantes
de la
ciudad.
Hoy, la
presencia
de
nuevas
dependencias
de la
lujosa
mansión
aumentan
el valor
de este
inmueble
romano
que
justifican
su
entrada
en la
lista de
monumentos
de
Córdoba.
Como se
difundió
a través
de este
diario,
uno de
los
aspectos
más
impresionantes
de este
yacimiento
es el
buen
estado
de los
mosaicos
que
embellecen
el suelo
de las
diversas
dependencias
de la
villa. A
través
de su
iconografía,
--vegetal,
geométrica
y
figurativa--
el
conjunto
de
mosaicos
ofrece
una idea
de las
aficiones
de la
época
romana.
Así, el
mosaico
que se
descubrió
en el
tablinum
--especie
de
despacho--
es
figurativo
y de
carácter
mitológico.
En el
centro
se
encuentra
representado
Cronos,
el dios
griego
del
tiempo
que, en
época
romana,
vendría
a ser
Saturno.
Alrededor
aparecen
las
cuatro
estaciones
representadas
por
figuras
femeninas
en los
diversos
ángulos.
Fueron un total de cinco opus tesellatum los que sacaron a la luz los arqueólogos, una verdadera joya. También aparecieron mármoles importados de Africa e Italia que ponen de manifiesto el gran poder económico del dueño de la villa.
Tras el análisis del informe elaborado por el equipo de arqueólogos, la Comisión Provincial de Patrimonio obligó la conservación de los mosaicos y las canalizaciones de esta villa altoimperial.
A menos de cien metros del patio romano, cuya vía de conservación está siendo estudiada por la Comisión de Patrimonio, el mismo grupo de arqueólogos --dirigido por José Manuel Salinas-- ha descubierto una necrópolis romana que data del siglo I. Según explica Salinas Villegas, las necrópolis estaban relacionadas con las vías de acceso a la ciudad, de ahí la ubicación de este recinto funerario que coincide con la avenida del Brillante y la avenida de Cruz de Juárez.
En época romana los entierros se convertían en auténticos ritos que celebraban con un gran banquete. La cremación también tenía gran arraigo. Tras prender fuego al cadáver en una fosa, proceso que se observa por la tierra quemada que ha aparecido en las tumbas, vertían los restos en una urna. "En este caso se han hallado urnas de tradición ibérica (cerámica), otras de calcarenita y una de vídrio con funda de plomo que ha preservado los restos perfectamente, algunos huesos aparecen prácticamente completos".
El ajuar fúnebre
Una de las creencias que más ha caracterizado la cultura romana es la existencia de otra vida después de la muerte. Por ello, junto a las fosas se enterraban verdaderos tesoros que acompañarían al muerto en su viaje al más allá. En la necrópolis hallada en Santa Rosa, el ajuar encontrado junto a las fosas está compuesto por recipientes de diverso tipo --platos, tazas y cubilites -- "casi todos de cerámica Julio Claudia, también denominada Bética" , explica Salinas. También se han hallado clavos, ungüentarios --de vídrio y cerámica---- e incluso un anillo de oro. Estos hallazgos se destinarán al Museo Arqueológico. |