Olimpia
espera
un
milagro
de los
dioses
de la
antigua
Grecia
para que
los
rayos
solares
y el
juego de
espejos
basten
para
encender
este
jueves
el
pebetero
e
iniciar
así la
recta
final
hacia
los
Juegos
de
Atenas
2004.
Los dos
últimos
encendidos
del
pebetero
olímpico,
en
Atlanta
96 y
Sydney
2000,
debieron
recurrir
en
realidad
al fuego
de
reserva,
que por
las
dudas ya
está
encendido
desde el
sábado
en
Olimpia,
donde el
jueves
se
encenderá
la
llama, a
cargo de
la
primera
sacerdotisa
Thalia
Prokopiou.
La
sacerdotisa
-una
bellísima
actriz
originaria
de
Cefalonia-
pedirá
al sol
que
encienda
la llama
en el
templo
de Era-Giunone
e
invocará
a Apolo
con la
fórmula:
"Dios
del sol
y de la
luz,
mándanos
tus
ondas y
enciende
la llama
para
Atenas".
Luego,
con un
ramo de
olivo
suplicará
como
Píndaro
a Zeus
que
"lleve
la paz a
todo el
mundo",
tras lo
cual el
teodóforo
tomará
la
antorcha
olímpica,
en una
ceremonia
que será
presenciada,
según se
estima,
por unas
30.000
personas.
La
ceremonia
se
realizará
en la
Antigua
Olimpia,
donde en
1896 se
celebraron
los
primeros
Juegos
de la
era
moderna.
Si bien
la
ceremonia
es
antigua,
el viaje
de la
antorcha
desde
Olimpia
a la
ciudad
sede de
los
Juegos
es una
invención
de la
era
moderna,
propuesta
por Carl
Diem en
los
Juegos
Olímpicos
de
Berlín
36, en
la
Alemania
nazi.
Costas
Gatsioudis,
primatista
griego
en
jabalina,
medalla
de plata
en el
Mundial
de
Atletismo
de
Sevilla
99, será
el
primer
relevista
de
Atenas
2004,
cuyos
Juegos
se
celebrarán
del 13
al 29 de
agosto
próximos.
El
último
portador
griego
de la
antorcha,
que por
primera
vez
pasará
por
Africa y
América
Latina,
será la
velocista
Catherina
Thanou,
oro en
los 60m
del
Mundial
99, el
31 de
marzo,
tras
recorrer
600
ciudades
griegas.