La
relación
entre
el
deporte
y la
ciudad
griega
de
Olimpia
se
remonta
a
mucho
más
atrás
del
año
776
antes
de
Cristo,
fecha
oficial
de los
primeros
Juegos
Olímpicos.
Según
la
mitología
griega,
ya
antes
se
celebraban
allí
competiciones
que
tenían
más de
homenaje
a los
dioses
que de
concursos
deportivos,
por lo
que
fueron
conocidas
como
los
Juegos
Míticos.
Leyenda
y
realidad
se
confunden
en el
origen
de los
Juegos.
Algunas
historias
se lo
atribuyen
a los
pisates,
primeros
pobladores
del
Valle
de
Alfeo;
otras
a
Zeus,
que
celebró
así su
victoria
sobre
los
Titanes;
también
a Pios,
fundador
de
Pisa,
antigua
capital
del
Peloponeso,
o a
una
tradición
cretense
llevada
a
Olimpia
por el
sacerdote
Hércules.
Los
Juegos
comenzaron
a
disputarse
regularmente
en
Olimpia
en el
año
884
antes
de
Cristo
por
consejo
del
oráculo
de
Delfos,
que
recomendó
al rey
Mitos
la
celebración
de una
ceremonia
de
carácter
pacificador
que
pusiera
fin de
forma
periódica
a las
guerras.
Sus
pruebas,
resultados
y
participantes
comenzaron
a
registrarse
a
partir
del
año
776,
fecha
admitida
de los
primeros
Juegos
Olímpicos
porque
se
trata
de la
primera
edición
de la
que se
tiene
constancia
histórica.
Para
acceder
al
estadio
había
que
cumplir
una
serie
de
normas
como
ser
hombre,
griego,
hijo
legítimo
y
ciudadano
libre
y
estar
limpio
de
cualquier
delito.
Por
ello,
la
decisión
de
celebrar
el
próximo
mes de
agosto
en las
ruinas
de
Olimpia
las
pruebas
de
lanzamiento
de
peso,
masculina
y
femenina,
brindará
a las
mujeres
la
posibilidad
de
competir,
por
primera
vez en
la
historia,
en
este
recinto
sagrado.
El
peso
no
estaba,
sin
embargo,
entre
las
trece
pruebas
clásicas
que
componían
el
programa
de los
Juegos
de la
Antigüedad:
la
carrera
del
estadio,
el
diaulo
o
carrera
de ida
y
vuelta,
el
dolico
o
carrera
de
resistencia,
el
hoplitas
o
carrera
con
armas,
el
pentathlon,
el
lanzamiento
de
disco,
el
salto
de
longitud,
el
lanzamiento
de
jabalina,
la
lucha,
el
pugilato,
el
pancracio,
las
pruebas
hípica
-incluidas
las
cuádrigas-
y los
agones
artísticos,
una
Olimpiada
cultural
paralela.
El
primer
atleta
del
que se
tiene
noticia
que se
proclamase
campeón
en
Olimpia
fue un
cocinero
llamado
Koreibos,
que
ganó
la
carrera
del
estadio.
El
cónsul
romano
Lucio
Cornelio
Sila
saqueó
y
destruyó
Olimpia
en el
año 86
y
trasladó
los
Juegos
a Roma
cuando
cumplían
su 175
edición.
Pero
el
cristianismo,
religión
oficial
del
Imperio,
se
mostró
reacio
a
aquellas
manifestaciones
deportivas
consideradas
paganas.
Los
Juegos
fueron
prohibidos
en el
año
394 de
la Era
Cristiana
y
Olimpia
definitivamente
destruida
en el
año
426.
El
espíritu
arqueológico
del
siglo
XIX
rescató
las
ruinas
de
Olimpia
y un
aristócrata
normando,
Pierre
de
Fredi,
barón
de
Coubertin,
restauró
el
espíritu
olímpico
y los
Juegos,
que
volvieron
a
celebrarse
en
1896
en
Atenas,
en un
estadio
copia
del de
Olimpia
y
construido
a 350
kilómetros
del
original.
Sin
embargo,
la
ceremonia
de
encendido
de la
llama
no
comenzó
a
celebrarse
en
Olimpia
hasta
1936,
días
antes
de los
Juegos
de
Berlín.
Fue
una
idea
del
alemán
Carl
Diem,
amigo
y
asesor
de
Coubertin.
Además
de las
ruinas
del
estadio,
Olimpia
-una
pequeña
ciudad
de
1.500
habitantes-
alberga
la
sede
de la
Academia
Olímpica
Internacional
y un
Museo
Arqueológico.
Desde
1936
las
ceremonias
de
encendido
han
sido
escenario
de
numerosas
anécdotas.
En
1992
un
individuo
robó
la
antorcha
al
primer
relevista
y hace
cuatro
años,
cuando
se
encendió,
un
fallo
técnico
impidió
que
prendiese
el
fuego
con
los
rayos
del
sol y
se
recurrió
a la
llama
reserva.
La
llama
se
enciende
hoy
La
llama
Olímpica
que
alumbrará
los
Juegos
Olímpicos
y
Paralímpicos
de
Atenas
2004
será
encendida
hoy en
una
solemne
ceremonia
en el
antiguo
estadio
de
Olimpia,
al sur
de
Grecia,
desde
donde
emprenderá
viaje
para
recorrer,
por
primera
vez en
la
historia,
los
cinco
continentes.
Como
cada
cuatro
años
desde
1936,
cuando
comenzó
a
celebrarse
este
rito,
la
ceremonia
tendrá
lugar
en el
templo
de la
diosa
Ira y
la
llama
será
encendida
al
mediodía
por la
acción
de los
rayos
del
sol
sobre
un
disco
cóncavo.
Oficiará
la
actriz
griega
Thalia
Prokopiu,
que
por
tercera
vez en
su
carrera
interpretará
el
papel
de
sacerdotisa.
Tras
pedir
al
Dios
griego
de la
Luz,
Apolon,
que
alumbre
con su
espíritu
los
Juegos
la
sacerdotisa
pasará
la
llama
al
primer
relevista,
el
campeón
de
jabalina
griego
Costas
Gatsiudis,
quien
a su
vez se
la
entregará
al
nadador
ruso
Alexander
Popov.
|