Las
autoridades
de la
ciudad
de
Pompeya
(sur de
Italia)
contabilizarán
las
piezas
arqueológicas
de las
ruinas y
las
situarán
en un
"mapa"
para
evitar
los
robos,
según
informó
hoy el
administrador
del
recinto,
Pietro
Giovanni
Guzzo.
"Hemos
establecido
una
clasificación
de las
piezas
de
riesgo
en
función
de su
localización
y del
tiempo
necesario
que los
ladrones
necesitarían
para
llevárselas",
declaró
Guzzo a
la
prensa
con
motivo
de la
presentación
de dos
frescos
que
fueron
robados
el año
pasado y
han sido
restaurados.
Estas
piezas
no serán
devueltas
a su
lugar de
origen
por
problemas
de
seguridad,
pero
probablemente
se
exhibirán
en una
exposición
en el
futuro.
Los dos
frescos
fueron
robados
en abril
del año
pasado,
pero a
los
pocos
días
fueron
recuperados
por los
carabineros
en un
almacén
próximo
a las
ruinas.
Guzzo
anunció
que el
sistema
de
vigilancia
a través
de
cámaras
se había
vuelto a
poner en
marcha,
puesto
que
llevaba
estropeado
desde un
incendio
en 2002.
Además,
el
recinto
arqueológico
estará
protegido
por una
alarma
conectada
a la
prefectura
de la
Policía
de
Nápoles
(capital
de la
región
donde se
encuentra
Pompeya).
Los dos
frecos
robados
en la
'Casa de
los
Amantes
Castos'
databan
de los
años 45
y 79
antes de
Cristo.
Los
expertos
tardaron
once
meses en
restaurarlos,
a pesar
de sus
reducidas
dimensiones,
47 por
43
centímetros
uno y 33
centímetros
de
diámetro
el otro.
Durante
la
presentación
en el
Auditorio
de
Pompeya,
los
arqueólogos
destacaron
el
difícil
trabajo
de
restauración
que se
hizo
sobre
estas
obras
después
del
robo,
durante
el cual
tuvieron
que
utilizar
instrumentos
muy
rudimentarios
y de
grandes
dimensiones.
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