Los
objetos
de la
exposición
muestran
la
riqueza
del
legendario
imperio
persa
(los que
lucharon
en
Salamina
o en
Maratón
contra
los
griegos)
y, tras
la
conquista
de
Alejandro
Magno,
de los
reinados
de las
dinastías
helenísticas,
la moda
griega,
hasta la
llegada
del
Islam.
Una
figura
diminuta
de una
mujer
cogiendo
a su
hijo, de
hace
8.500
años,
abre la
exposición
7.000
años de
Arte
Persa,
que
alberga
La Lonja
hasta el
16 de
mayo. Un
convenio
entre La
Caixa
(que
conmemora
este año
su
centenario)
y el
Ayuntamiento
de
Zaragoza
ha hecho
posible
que 176
objetos
pertenecientes
al Museo
Nacional
de
Teherán
configuren,
desde la
revolución
de 1979,
la
primera
gran
exposición
en
Occidente
de los
tesoros
del Irán
preislámico,
según
señalaba
en la
presentación
el
delegado
de la
Caixa en
Aragón,
Rafael
Fernández.
Desde
aquella
estatuilla
maternal
(en
realidad,
una
diosa de
la
fertilidad
del
séptimo
milenio
antes de
Cristo)
hasta un
Corán
del
siglo IX,
se podrá
contemplar
un busto
de barro
de hace
4.500
años, el
vaso de
oro que
usaban
en las
ceremonias
los
grandes
reyes
aqueménidas:
Ciro,
Darío,
Cambises...
(que es
la pieza
estrella
y el
icono de
la
muestra),
una
inscripción
de
Jerjes
de hace
2.485
años
impresa
con
escritura
cuneiforme
en una
tableta
por sus
seis
caras o
una
máscara
helenística
en
bronce
del
siglo II
a. C..
Casi
todas
las
piezas
fueron
halladas
en
sepulcros
como
ajuares
funerarios,
y,
preservadasí
del
desgaste,
la
destrucción
o el
expolio.
"En
Occidente
se
tiende a
identificar
la
cultura
de Irán
con el
mundo
islámico
y a
olvidar
su
herencia
milenaria",
advierten
los
organizadores.
La
exposición
comprende
dos
partes:
la
primera
muestra
la
diversidad
de
culturas
en las
diferentes
regiones
de Irán
desde el
Neolítico
hasta la
Edad del
Hierro
(siglo V
a.C.).
En la
segunda,
los
objetos
muestran
la
riqueza
del
legendario
imperio
persa
(los que
lucharon
en
Salamina
o en
Maratón
contra
los
griegos)
y, tras
la
conquista
de
Alejandro
Magno,
de los
reinados
de las
dinastías
helenísticas,
la moda
griega,
hasta la
llegada
del
Islam.
Las
piezas
más
antiguas
de la
protohistoria
son unos
recipientes
de
terracota
decorados
y
figuras
esquematizadas
de
animales,
cerámica
neolítica
de hace
6.500
años.
Viene
luego la
influencia
mesopotámica,
con su
tipología
de
estilo y
de
escritura
(se ven
mensajes
y rollos
con esos
signos
en forma
de
clavo) y
arte
sumerio.
Hasta
que,
poco
antes
del año
3.000 a.
C. se
independiza
la
región
de
Khuzistán
y desde
Susa, su
capital
se crea
el reino
de Elam,
un nuevo
centro
de
poder.
Hay tres
pares de
esculturas
de la
época
del
Hierro
que
estaban
en la
tumba
del rey,
junto
con
navajas
y
espadas,
o un
vaso de
aleación
de oro y
plata.
El
segundo
milenio
fue el
más
brillante
de la
historia
elamita,
en la
que se
construyeron
templos
y
ciudades
con
importantes
necrópolis.
Pero
desde el
siglo XV
a. C.
comienza
a llegar
la
influencia
de los
pueblos
indoeuropeos
del
Caspio:
los
medos y
los
persas,
que mil
años
después
cambiarían
la
historia
del
Oriente
Próximo.
La
cabeza-máscara
con
tocado,
del 900
antes de
Cristo
tiene ya
una
sonrisa
que
parece
etrusca.
Impresiona
un
pectoral
de
bronce
para un
caballo.
Hay
relieves
de las
escalinatas
de
Persépolis.
Se
percibe
la
dispar
confluencia
de
artesanos,
desde el
Indo
hasta el
Nilo.