El dato
es "muy
importante"
porque
entonces
"se
mataba
sin
remordimientos
y se
moría
sin
temor",
declaró
a EFE el
ex
político
socialista,
convencido
de que
"la
crueldad
de la
República
romana y
después
del
Imperio
son
difíciles
de
comprender
en la
actualidad".
Para el
ex
portavoz
gubernamental,
concentrado
desde
las
últimas
elecciones
en la
escritura
de
novelas,
ensayos
y
biografías
de
éxito,
de
Napoleón
Bonaparte
a Víctor
Hugo,
Maximilien
Robespierre,
Charles
de
Gaulle o
Rosa
Luxemburgo,
"esa
indiferencia
ante la
muerte"
fue, de
hecho,
"la gran
dificultad
encontrada
al
escribir
una vida
de
(Julio)
César".
Era un
hombre
de
"enorme
cultura
y gran
refinamiento"
e
incluso
"fue a
Rodas a
seguir
las
enseñanzas
de los
filósofos
griegos",
pero
llegó a
ofrecer
en
espectáculo
"hasta
trescientas
parejas
de
gladiadores"
que se
asesinaban
ante más
de
50.000
espectadores,
destacó.
"Lo que
es
interesante
-señaló-,
lo que
hace
reflexionar,
es que
continuamos
fascinados
por el
espectáculo
de la
muerte,
porque
no hay
una
imagen
televisada
que no
esté
cargada
de
violencia.
Seguimos
abrevando
sangre,
violencia
y
muerte,
siendo
espectadores,
como los
romanos,
de la
violencia
criminal,
ahora
virtual".
La
diferencia
es
"puramente
formal,
puramente
hipócrita,
pero la
civilización
es la
hipocresía".
El
discurso
cambió y
"eso
cuenta
mucho",
pues no
es lo
mismo
"matar
sin
excusas,
como
algo
natural,
sin
siquiera
tomar un
pretexto",
recalcó
este
estudioso
del
fascismo
europeo,
en su
época de
profesor
universitario
e
investigador.
Ahora,
"incluso
si en
los
hechos
no somos
indiferentes,
al menos
de
palabra
lloramos.
Esto no
cambia
nada,
pero
supone
una gran
diferencia",
consideró
Galló,
quien
dijo que
quiso
adentrarse
en la
vida de
Julio
César
también
"para
comprender
cómo
nace un
imperio".
En este
caso,
"tantas
veces
copiado
pero
nunca
igualado
hasta
ahora",
por
primera
vez
"tenemos
una
potencia
con la
pretensión
y la
voluntad
de
dominar
todas
las
demás y
las
domina".
Para el
que fue
"intelectual
oficial"
del ex
ministro
socialista
del
Interior
y ex
candidato
en las
últimas
presidenciales
Jean-Pierre
Chevenement,
"hay
correspondencias
entre el
Imperio
romano y
Estados
Unidos".
"Cuando
la
prensa
americana
dio
cuenta
de mi
libro,
dijo que
la
conquista
de las
Galias
hacía
pensar
en lo
que
ocurría
en Irak.
Los
estadounidenses
mismos
se dicen
romanos,
gladiadores,
dicen
'nosotros
somos
Roma'.
Por eso
escribí
este
libro",
aseguró.
La
República
y el
Imperio
romano
"eran
una
potencia
que
aplastaba
por su
fuerza
militar
y su
aura
intelectual
al
conjunto
del
mundo
conocido,
que se
definía
según lo
que
ocurría
en
Roma".
"Y esto
es
equivalente
a lo que
ocurre
hoy.
Nadie
conoce
ni se
interesa
verdaderamente
en las
elecciones
en
Francia,
en
España o
en
Italia,
pero
todo el
mundo
sabe
todo de
John
Kerry
(candidato
demócrata
a la
Presidencia
de EEUU),
lo que
refleja
bien
"que
existe
una
dominación
de
hecho",
añadió.
De
hecho,
la
"enorme
y
absoluta"
distancia
entre
EEUU y
el resto
del
mundo
"es tan
grande
como la
que
existía
entre
los
romanos
y los
demás",
aseguró
el
biógrafo
del
fundador
de aquel
imperio.
Aquel
hombre
de
estatura
excepcional,
ambicioso,
misterioso,
gran
orador y
seductor,
"desnudó
con
cinismo
los
resortes
de la
política,
la
ambición
y el
poder".
A modo
de
ejemplo,
Gallo
citó la
manera
de
"conquistar
la
gloria,
con la
guerra a
los
galos",
buscada
y
provocada
sólo
"para
que
hubiese
una
guerra y
César
obtuviese
el
beneficio
político
y se
presentase
en Roma
como
vencedor".
"Tenía
una
inteligencia
política
enorme y
creó una
especie
de
modelo,
de
conquista
de
poder,
conocido
hoy como
'cesarismo',
prueba
de que
inventó
un poder
carismático,
que al
mismo
tiempo
se apoya
sobre
una
parte
del
pueblo y
respeta
las
instituciones
a la vez
que las
transforma,
amparándose
de
ellas",
comentó.
"Uno
percibe
que
César
está en
el
origen
de
muchas
otras
dictaduras",
explicó
Gallo,
cuyo
apoyo a
Chevenement,
no le
impidió
votar en
las
últimas
elecciones
europeas
al ex
ministro
conservador
Charles
Pasqua.
Napoleón
"funcionó
con el
modelo
'cesarista'
escribió
mucho
sobre
él,
sobre la
guerra
de los
galos",
recordó
este
escritor,
de
origen
italiano
que se
considera
"un
celta,
un galo
de
Italia
del
norte".