Los
materiales
arqueológicos
aparecidos
hasta
ahora
revelan
que
posiblemente
es
"anterior
a los
de la
costa
mediterránea
de
Andalucía."
CÁDIZ.
El
yacimiento
de
la
calle
Ancha
se
ha
revelado
como
único
en
la
investigación
y
documentación
del
periodo
fenicio
arcaico
de
Cádiz.
Los
materiales
hallados
pertenecen,
según
los
arqueólogos,
a
una
fase
muy
antigua
de
colonización,
"posiblemente
anterior
a
los
de
la
costa
mediterránea
de
Andalucía".
Basan
esta
afirmación,
a la
espera
de
los
resultados
que
arroje
el
estudio
posterior,
en
los
cuantiosos
materiales
hallados:
cerámica
indígena,
ánforas
de
la
costa
palestina,
sardas,
de
la
zona
de
Túnez,
Cartago
y
"por
supuesto,
de
la
costa
fenicia".
Ha
aparecido,
además,
un
plato
con
caracteres
que
sería
"la
primera
muestra
de
una
inscripción
fenicia
hallada
en
Cádiz
en
una
excavación
programada",
de
la
que
se
han
hallado
paralelos
con
otra
descubierta
en
Kitión,
Chipre.
Los
expertos
han
datado
estos
restos
en
el
siglo
IX
antes
de
nuestra
era,
o,
lo
que
es
lo
mismo,
2.900
años
antes
de
hoy,
una
fecha
muy
cercana
a la
edad
trimilenaria
que
las
fuentes
clásicas
atribuyen
a
Cádiz.
Y
aún
queda
por
descubrir
qué
conserva
desde
hace
siglos
en
su
interior
una
enigmática
fosa
ovalada,
tallada
por
manos
humanas
en
la
piedra
de
arcilla
roja,
que
fue
localizada
en
el
centro
del
solar
en
la
primera
fase
de
las
excavaciones
y
que
actualmente
continúa
siendo
estudiada,
sin
que
haya
arrojado
resultados
hasta
el
momento.
El
yacimiento
se
está
revelando
como
"único
a
nivel
de
investigación
y
documentación
de
Cádiz".
Así
lo
revelaba
el
arqueólogo
Ángel
Muñoz,
técnico
de
la
Delegación
Provincial
de
Cultura,
ante
una
mesa
rectangular
totalmente
cubierta
por
una
parte
de
los
restos
cerámicos
localizados.
Entre
ellos
hay
"de
todo"
lo
que
pudiera
tener
una
vajilla
de
la
época.
Porque
es,
dicen
Ángel
Muñoz
y
Francisco
Sibón,
arqueólogo
director
de
la
excavación
-sufragada
por
la
Delegación
provincial
de
Cultura,
cuya
responsable,
Bibiana
Aído,
acudía
la
semana
pasada
a
ver
el
yacimiento-
una
vajilla
doméstica
perteneciente
a un
asentamiento
fenicio
del
cual
"aún
no
se
sabe
su
funcionalidad".
Fragmentos
de
platos
de
borde
estrecho
y
engobe
rojo,
de
cuencos
carenados
con
engobe
rojo
castaño,
de
ánforas
-y,
dentro
de
ellas,
figuran
algunas
"de
importancia",
identificadas
como
sardas,
de
Túnez
o
Cartago-,
han
sido
identificados
entre
los
cientos
de
restos
cerámicos
aparecidos
hasta
ahora
en
la
excavación
del
solar.
Entre
los
materiales,
destaca
también
el
fragmento
de
un
plato
con
cuatro
letras
fenicias
"que
por
los
caracteres
y el
tipo
de
letras
es
del
siglo
IX
a.C.,
con
paralelos
en
Kitión,
donde
hay
una
inscripción
con
características
similares
fechada
entre
los
años
850-900
a.C."
Otra
de
las
ánforas
fenicias
de
mayor
antigüedad
de
la
cual
han
aparecido
fragmentos
tiene
forma
de
saco
y
tipología
R10.1.1.1.,
y
llegó
a
las
tierras
gaditanas
procedente
de
la
costa
de
Palestina.
Un
objeto
"que
luego
los
indígenas
copiarían
y
continuarían
modelando
hasta
el
cambio
de
era.
Es
un
conjunto
cerámico
perteneciente
a
"una
de
las
fechas
más
antiguas"
de
la
época
fenicia.
Junto
a
ellos
se
ha
documentado
"una
gran
abundancia
de
lucernas,
posiblemente
relacionados
con
un
ritual
de
enterramiento".
También
se
han
encontrado
trazas
de
cerámica
indígena,
"muestra
de
que
existía
gente
antes
de
la
presencia
fenicia,
con
la
llegada
de
los
colonizadores",
lo
que
implica
una
cierta
"interacción"
entre
los
antiguos
habitantes
de
estos
pagos
y
los
entonces
recién
llegados.
Junto
a
estos
restos
aparecen
unos
insólitos
fragmentos
óseos:
un
cuerno
cortado
de
buey,
parte
de
su
dentadura...
Aún
no
se
tiene
una
explicación
del
por
qué
de
su
presencia
en
el
lugar,
aunque
podría
estar
relacionada
con
la
existencia,
en
el
pozo,
de
lo
que
Francisco
Sibón
define
como
"una
forma
ovalada
hecha
por
la
mano
del
hombre,
con
cortes
en
la
corteza
de
la
piedra
y
restos
pétreos
de
las
que
en
su
día
se
sacaron
al
hacer
la
fosa"
que
está
siendo
excavada
pero
de
la
que
aún
no
se
ha
extraído
nada
más
que
tierra,
concretamente
una
arena
oscura,
de
granulado
algo
mayor
que
el
de
la
arena
de
la
playa,
que
de
cumplirse
las
previsiones
tendría
treinta
siglos
de
antigüedad.
Los
arqueólogos
indican
que
"con
independencia
de
que
lo
que
haya
sea
una
tumba
o
no,
sólo
con
estos
restos
estamos
satisfechos.
El
interés
de
esta
excavación
es
altísimo
por
los
materiales
encontrados",
e
impagable
la
información
que
da,
junto
a
los
de
Cánovas
del
Castillo
y el
Cómico,
"para
determinar
las
fases
o
periodos
existentes
dentro
de
la
fase
arcaica
de
colonización
fenicia".
Ahora
se
comienza
a
hablar
que
los
hallazgos
pertenecen
a
una
fase
muy
antigua
de
colonización,
"posiblemente
anterior
a
los
de
la
costa
mediterránea
de
Andalucía".
Este
aspecto
ya
se
dejó
entrever
en
julio
del
año
pasado,
cuando
Ángel
Muñoz
sugirió
que
los
restos
se
podrían
datar
en
una
fase
anterior
a
los
localizados
en
asentamientos
fenicios
como
el
del
estrato
1B
del
Llano
de
Mezquitilla
-donde
se
encontraron
las
que
por
ahora
son
cerámicas
más
antiguas
de
esta
época-
o
del
Guadalhorce.
Sería,
de
confirmarse
el
extremo,
anterior
a
los
restos
fenicios
actualmente
reconocidos
como
referencias,
de
principios
del
VIII
a.C.,
en
el
Mediterráneo
español.
Este
yacimiento
"da
el
contexto",
indica
Ángel
Muñoz,
"de
lo
que
surgió
en
el
año
1928
de
la
mano
de
Pelayo
Quintero"
en
un
solar
cercano,
en
el
que
actualmente
se
asienta
el
edificio
de
Telefónica.
De
hecho,
indica
el
arqueólogo
que
el
solar
ahora
excavado
"puede
reinterpretar
las
fechas
dadas
en
la
actualidad
a
aquellos
restos",
entre
los
que
se
encontró
una
figura
que
se
identificó
como
la
de
un
sacerdote
fenicio
y
que
actualmente
se
conserva
en
el
Museo
Arqueológico
Nacional.
"Va
a
dar
que
hablar
mucho",
dice
el
arqueólogo
de
la
Delegación
Provincial
de
Cultura
sobre
la
excavación.
Porque
hay
"muchísima
cerámica"
aparecida
que
aún
está
"en
fase
de
estudio".
Y ya
hay
materiales
depositados
en
el
Museo
de
Cádiz.
Tantos
y de
tanta
importancia
arqueológica
que
se
plantea
hacer
una
exposición
con
lo
hallado.
En
resumen,
la
de
Ancha
es,
dice,
una
"investigación
puntera",
ya
que
los
materiales
han
aparecido
"en
su
contexto
en
la
fosa",
con
lo
cual
se
puede
estudiar
al
detalle
las
características
de
cada
época
histórica.
Y
reiteran
que
"sólo
con
estos
restos
aparecidos
estamos
satisfechos",
aunque
quede
la
incógnita
de
pasado
uso
del
pozo.
Mientras
comunican
estos
datos,
y
con
la
pericia
derivada
de
los
años
de
investigaciones
que
ambos
llevan
a
cuestas
y de
su
conocimiento
arqueológico,
Ángel
Muñoz
y
Francisco
Sibón
escogen
-ni
mucho
menos
por
azar-
dos
trozos
de
los
depositados
sobre
la
mesa.
Unidos,
forman
un
trozo
de
plato
de
engobe
rojo
del
cual
ya
se
puede
determinar
el
diámetro
y
las
características.
Porque,
en
el
caso
de
la
arqueología,
hasta
la
más
pequeña
de
las
esquirlas
habla.
El
nombre
del
maestro
alfarero
o la
dedicatoria
de
una
ofrenda
Uno
de
los
detalles
que
han
llamado
más
la
atención
de
lo
aparecido
hasta
el
momento
en
la
calle
Ancha
es
un
trozo
de
cerámica
en
el
que
se
distinguen
cuatro
caracteres
grabados.
Este
fragmento
se
halla
actualmente
depositado
en
el
Museo
de
Cádiz,
cuyo
director,
Antonio
Álvarez,
confirma
que
"por
la
paleografía
parece
muy
arcaica".
María
Dolores
López
de
la
Orden
indica
que
no
se
sabe
la
traducción,
pero
sí
cuáles
son
los
caracteres.
Y
como
la
escritura
fenicia,
aclara,
se
lee
al
revés,
esto
es,
de
derecha
a
izquierda,
la
primera
de
las
letras
sería
la
última.
De
esta
grafía
sólo
se
ve
un
ángulo,
pero
se
cree
que
es
un
dalet,
signo
que
correspondería
con
nuestra
letra
d,
según
comunica
la
experta.
El
segundo
de
los
signos
que
se
distinguen
en
el
resto
cerámico
sería
el
llamado
ayin;
"como
la
escritura
fenicia
no
tiene
vocales,
es
como
un
comodín
vocálico",
apunta
María
Dolores
López
de
la
Orden.
El
tercero,
siempre
de
derecha
a
izquierda,
sería
zayn,
"nuestra
z",
y la
cuarta
de
nuevo
una
dalet.
Aunque
no
se
dispone
aún
de
una
posible
traducción
de
estos
caracteres
-tendría
que
hacerla
un
grupo
especializado
de
estudiosos
radicados
en
Madrid-
sí
se
puede
satisfacer
en
cierto
modo
la
curiosidad
científica
con
los
datos
que
aporta
la
experta.
María
Dolores
López
de
la
Orden
indica
que
estos
caracteres
aparecen
en
un
fragmento
cerámico
que
corresponde
al
fondo
de
un
plato.
Y
por
el
lugar
donde
estaban
inscritos,
la
experta
del
Museo
Provincial
de
Cádiz
intuye
que
puede
ser
el
nombre
del
alfarero
que
hizo
la
pieza,
ya
que
era
entonces
muy
común
que
el
artesano
lo
marcara
en
sus
obras.
Pero
si
el
recipiente
era
un
plato
de
ofrenda,
podría
corresponder
a la
dedicatoria
de
la
misma,
aclara
la
experta.
El
estudio
posterior
de
los
restos
que
se
prevé
hacer
quizá
brinde
la
solución
del
enigma
que
plantea
la
inscripción.
Pozo
circular
con
relleno
antrópico
y
ranuras
para
los
travesaños
La
excavación
en
el
solar
de
la
calle
Ancha
que
otrora
albergara
la
sede
del
Banco
Central
Hispano
y en
el
cual
se
erigirá
la
sede
de
Salus
Infirmorum,
comenzó
en
el
mes
de
julio
del
año
pasado.
Ya
entonces
se
pudo
constatar
la
existencia
de
una
fosa
que
tenía
"más
profundidad
que
en
otros
sitios"
y
que
se
hallaba
primorosamente
excavada
en
terreno
natural,
pasando
por
duna,
arcilla,
paleosuelos
rojos
y
piedra
natural.
"Sólo
como
hipótesis",
se
barajaba
entones
que
estos
restos
podrían
pertenecer
a un
enterramiento
en
fosa
con
escalones,
con
una
zona
central.
Sería,
de
confirmarse
esta
teoría,
el
primer
ejemplar
de
tumba
fenicia
arcaica
aparecido
en
esta
zona.
Meses
después,
reiniciado
el
estudio
del
yacimiento,
los
arqueólogos
comenzaron
a
retirar
el
material
de
la
oquedad.
"El
relleno
es
antrópico
y en
él
aparecen
más
materiales
cerámicos.
La
forma
inicial
ha
ido
convirtiéndose
en
un
pozo
circular,
dice
Francisco
Sibón,
arqueólogo
director
de
la
excavación.
Sibón,
con
cautela,
explica
que
"no
se
sabe
si
es
un
enterramiento
o un
pozo
de
agua".
El
relleno
antrópico
estaba
cubierto
por
una
capa
de
arcilla
de
sellado.
Y
los
más
de
dos
metros
de
arena
que
llevan
quitados
les
ha
permitido
comprobar
la
existencia
de
lo
que
parecen
ser
ranuras
"que
coge
el
lateral,
hechos
para
hacer
travesaños
o
favorecer
la
subida
y el
descenso
por
él".
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