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29/03/04

Aida R. Agraso ● www.diariodecadiz.com

Hallazgo arqueológico en el centro de Cádiz: Ancha se revela como un yacimiento "único"
Los materiales arqueológicos aparecidos hasta ahora revelan que posiblemente es "anterior a los de la costa mediterránea de Andalucía."

CÁDIZ. El yacimiento de la calle Ancha se ha revelado como único en la investigación y documentación del periodo fenicio arcaico de Cádiz. Los materiales hallados pertenecen, según los arqueólogos, a una fase muy antigua de colonización, "posiblemente anterior a los de la costa mediterránea de Andalucía".

 
Basan esta afirmación, a la espera de los resultados que arroje el estudio posterior, en los cuantiosos materiales hallados: cerámica indígena, ánforas de la costa palestina, sardas, de la zona de Túnez, Cartago y "por supuesto, de la costa fenicia". Ha aparecido, además, un plato con caracteres que sería "la primera muestra de una inscripción fenicia hallada en Cádiz en una excavación programada", de la que se han hallado paralelos con otra descubierta en Kitión, Chipre. Los expertos han datado estos restos en el siglo IX antes de nuestra era, o, lo que es lo mismo, 2.900 años antes de hoy, una fecha muy cercana a la edad trimilenaria que las fuentes clásicas atribuyen a Cádiz.
 
Y aún queda por descubrir qué conserva desde hace siglos en su interior una enigmática fosa ovalada, tallada por manos humanas en la piedra de arcilla roja, que fue localizada en el centro del solar en la primera fase de las excavaciones y que actualmente continúa siendo estudiada, sin que haya arrojado resultados hasta el momento.
 
El yacimiento se está revelando como "único a nivel de investigación y documentación de Cádiz". Así lo revelaba el arqueólogo Ángel Muñoz, técnico de la Delegación Provincial de Cultura, ante una mesa rectangular totalmente cubierta por una parte de los restos cerámicos localizados.
 
Entre ellos hay "de todo" lo que pudiera tener una vajilla de la época. Porque es, dicen Ángel Muñoz y Francisco Sibón, arqueólogo director de la excavación -sufragada por la Delegación provincial de Cultura, cuya responsable, Bibiana Aído, acudía la semana pasada a ver el yacimiento- una vajilla doméstica perteneciente a un asentamiento fenicio del cual "aún no se sabe su funcionalidad".
 
Fragmentos de platos de borde estrecho y engobe rojo, de cuencos carenados con engobe rojo castaño, de ánforas -y, dentro de ellas, figuran algunas "de importancia", identificadas como sardas, de Túnez o Cartago-, han sido identificados entre los cientos de restos cerámicos aparecidos hasta ahora en la excavación del solar. Entre los materiales, destaca también el fragmento de un plato con cuatro letras fenicias "que por los caracteres y el tipo de letras es del siglo IX a.C., con paralelos en Kitión, donde hay una inscripción con características similares fechada entre los años 850-900 a.C."
 
Otra de las ánforas fenicias de mayor antigüedad de la cual han aparecido fragmentos tiene forma de saco y tipología R10.1.1.1., y llegó a las tierras gaditanas procedente de la costa de Palestina. Un objeto "que luego los indígenas copiarían y continuarían modelando hasta el cambio de era. Es un conjunto cerámico perteneciente a "una de las fechas más antiguas" de la época fenicia. Junto a ellos se ha documentado "una gran abundancia de lucernas, posiblemente relacionados con un ritual de enterramiento".
 
También se han encontrado trazas de cerámica indígena, "muestra de que existía gente antes de la presencia fenicia, con la llegada de los colonizadores", lo que implica una cierta "interacción" entre los antiguos habitantes de estos pagos y los entonces recién llegados.
 
Junto a estos restos aparecen unos insólitos fragmentos óseos: un cuerno cortado de buey, parte de su dentadura... Aún no se tiene una explicación del por qué de su presencia en el lugar, aunque podría estar relacionada con la existencia, en el pozo, de lo que Francisco Sibón define como "una forma ovalada hecha por la mano del hombre, con cortes en la corteza de la piedra y restos pétreos de las que en su día se sacaron al hacer la fosa" que está siendo excavada pero de la que aún no se ha extraído nada más que tierra, concretamente una arena oscura, de granulado algo mayor que el de la arena de la playa, que de cumplirse las previsiones tendría treinta siglos de antigüedad.
 
Los arqueólogos indican que "con independencia de que lo que haya sea una tumba o no, sólo con estos restos estamos satisfechos. El interés de esta excavación es altísimo por los materiales encontrados", e impagable la información que da, junto a los de Cánovas del Castillo y el Cómico, "para determinar las fases o periodos existentes dentro de la fase arcaica de colonización fenicia".
 
Ahora se comienza a hablar que los hallazgos pertenecen a una fase muy antigua de colonización, "posiblemente anterior a los de la costa mediterránea de Andalucía". Este aspecto ya se dejó entrever en julio del año pasado, cuando Ángel Muñoz sugirió que los restos se podrían datar en una fase anterior a los localizados en asentamientos fenicios como el del estrato 1B del Llano de Mezquitilla -donde se encontraron las que por ahora son cerámicas más antiguas de esta época- o del Guadalhorce. Sería, de confirmarse el extremo, anterior a los restos fenicios actualmente reconocidos como referencias, de principios del VIII a.C., en el Mediterráneo español.
 
Este yacimiento "da el contexto", indica Ángel Muñoz, "de lo que surgió en el año 1928 de la mano de Pelayo Quintero" en un solar cercano, en el que actualmente se asienta el edificio de Telefónica. De hecho, indica el arqueólogo que el solar ahora excavado "puede reinterpretar las fechas dadas en la actualidad a aquellos restos", entre los que se encontró una figura que se identificó como la de un sacerdote fenicio y que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico Nacional.
 
"Va a dar que hablar mucho", dice el arqueólogo de la Delegación Provincial de Cultura sobre la excavación. Porque hay "muchísima cerámica" aparecida que aún está "en fase de estudio". Y ya hay materiales depositados en el Museo de Cádiz. Tantos y de tanta importancia arqueológica que se plantea hacer una exposición con lo hallado.
 
En resumen, la de Ancha es, dice, una "investigación puntera", ya que los materiales han aparecido "en su contexto en la fosa", con lo cual se puede estudiar al detalle las características de cada época histórica. Y reiteran que "sólo con estos restos aparecidos estamos satisfechos", aunque quede la incógnita de pasado uso del pozo.
 
Mientras comunican estos datos, y con la pericia derivada de los años de investigaciones que ambos llevan a cuestas y de su conocimiento arqueológico, Ángel Muñoz y Francisco Sibón escogen -ni mucho menos por azar- dos trozos de los depositados sobre la mesa. Unidos, forman un trozo de plato de engobe rojo del cual ya se puede determinar el diámetro y las características. Porque, en el caso de la arqueología, hasta la más pequeña de las esquirlas habla.
 
El nombre del maestro alfarero o la dedicatoria de una ofrenda
 
Uno de los detalles que han llamado más la atención de lo aparecido hasta el momento en la calle Ancha es un trozo de cerámica en el que se distinguen cuatro caracteres grabados. Este fragmento se halla actualmente depositado en el Museo de Cádiz, cuyo director, Antonio Álvarez, confirma que "por la paleografía parece muy arcaica".
 
María Dolores López de la Orden indica que no se sabe la traducción, pero sí cuáles son los caracteres. Y como la escritura fenicia, aclara, se lee al revés, esto es, de derecha a izquierda, la primera de las letras sería la última. De esta grafía sólo se ve un ángulo, pero se cree que es un dalet, signo que correspondería con nuestra letra d, según comunica la experta.
 
El segundo de los signos que se distinguen en el resto cerámico sería el llamado ayin; "como la escritura fenicia no tiene vocales, es como un comodín vocálico", apunta María Dolores López de la Orden. El tercero, siempre de derecha a izquierda, sería zayn, "nuestra z", y la cuarta de nuevo una dalet.
 
Aunque no se dispone aún de una posible traducción de estos caracteres -tendría que hacerla un grupo especializado de estudiosos radicados en Madrid- sí se puede satisfacer en cierto modo la curiosidad científica con los datos que aporta la experta. María Dolores López de la Orden indica que estos caracteres aparecen en un fragmento cerámico que corresponde al fondo de un plato. Y por el lugar donde estaban inscritos, la experta del Museo Provincial de Cádiz intuye que puede ser el nombre del alfarero que hizo la pieza, ya que era entonces muy común que el artesano lo marcara en sus obras. Pero si el recipiente era un plato de ofrenda, podría corresponder a la dedicatoria de la misma, aclara la experta. El estudio posterior de los restos que se prevé hacer quizá brinde la solución del enigma que plantea la inscripción.
 
Pozo circular con relleno antrópico y ranuras para los travesaños
 
La excavación en el solar de la calle Ancha que otrora albergara la sede del Banco Central Hispano y en el cual se erigirá la sede de Salus Infirmorum, comenzó en el mes de julio del año pasado. Ya entonces se pudo constatar la existencia de una fosa que tenía "más profundidad que en otros sitios" y que se hallaba primorosamente excavada en terreno natural, pasando por duna, arcilla, paleosuelos rojos y piedra natural.
 
"Sólo como hipótesis", se barajaba entones que estos restos podrían pertenecer a un enterramiento en fosa con escalones, con una zona central. Sería, de confirmarse esta teoría, el primer ejemplar de tumba fenicia arcaica aparecido en esta zona.
 
Meses después, reiniciado el estudio del yacimiento, los arqueólogos comenzaron a retirar el material de la oquedad. "El relleno es antrópico y en él aparecen más materiales cerámicos. La forma inicial ha ido convirtiéndose en un pozo circular, dice Francisco Sibón, arqueólogo director de la excavación. Sibón, con cautela, explica que "no se sabe si es un enterramiento o un pozo de agua". El relleno antrópico estaba cubierto por una capa de arcilla de sellado. Y los más de dos metros de arena que llevan quitados les ha permitido comprobar la existencia de lo que parecen ser ranuras "que coge el lateral, hechos para hacer travesaños o favorecer la subida y el descenso por él".
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