Practica el latín vivo (descargate las dos revistas en latín.
formato pdf) |
|
|
|
|
Chat en latín |
|
|
|
|
Por su interés,
culturaclasica.com
reproduce este
artículo
10/05/2004 |
Jeannine
Zambrano ●
www.eluniverso.com |
Un
Aquiles
metrosexual,
pero rudo
Brad Pitt y el
nuevo mito
masculino
de
Hollywood |
Hollywood
ha ido
variando
la
construcción
de sus
mitos.
En el
caso de
los
grandes
héroes
masculinos,
hemos
pasado
de
apariencias
rudas
como las
de
Charlton
Heston o
Clint
Eastwood,
a
figuras
menos
toscas
como las
de Brad
Pitt o
Leonardo
di
Caprio.
Se dice
que los
humanos
necesitamos
de
héroes
como
alimento
psicológico
de
nuestros
sueños,
aspiraciones
y
valores.
Y en
estos
sueños
juega un
papel
fundamental
la
belleza,
tradicionalmente
asimilada
a lo
bueno,
lo
heroico,
lo
sublime.
Fue así
en las
grandes
mitologías
antiguas,
ha sido
así en
los
clásicos
de
muchas
épocas,
y sigue
siéndolo
en
nuestros
días, en
que los
mitos se
gestan
en las
pantallas
de cine
y
televisión
más que
en las
letras.
Así, en
este
mundo
mediatizado,
hipervisual
y
seducido
más que
nunca
por la
juventud
y la
belleza,
los
ídolos
de
Hollywood
han
llegado
a
convertirse
en los
semidioses
de
nuestra
nueva
mitología
audiovisual.
Acorde
al
cambio
de
tendencias
de los
tiempos,
Hollywood
ha ido
variando
la
construcción
de sus
mitos.
En el
caso de
los
grandes
héroes
masculinos,
hemos
pasado
de
apariencias
rudas
como las
de
Charlton
Heston o
Clint
Eastwood,
a
figuras
menos
toscas
como las
de Brad
Pitt o
Leonardo
di
Caprio.
Las
apariencias
de hoy
tienden
a ser
metrosexuales.
La
metrosexualidad,
término
creado
por el
británico
Mark
Simpson
hace una
década,
se
refiere
a “un
nuevo
tipo de
masculinidad
narcisista,
producida
por las
películas
y las
revistas,
que
sustituye
a la
añeja,
irreflexiva
y no
mediatizada
masculinidad”.
Una
apariencia
muy
cuidada
y una
expresa
sensualidad
son
rasgos
fundamentales
de este
nuevo
hombre,
cuyo
mayor
representante
es sin
duda el
bello y
aclamado
Brad
Pitt, el
nuevo
Aquiles
de la
megaproducción
Troya.
Aquiles,
semidiós
hijo de
Tetis,
cuya
invencibilidad
ha sido
laureada
por
Occidente,
era sin
duda una
leyenda
digna de
ser
encarnada
por Brad
Pitt.
Este
Aquiles
actual
no solo
es
bello,
esculpidamente
musculoso,
valiente
e
inmejorable
guerrero;
tiene
también
la
habilidad
de
“domar”
mujeres.
Eso es
lo que
muestra
el filme
en la
relación
de
Aquiles
con
Briseida,
que aquí
es una
noble e
indómita
virgen
del
templo
de Apolo
(muchos
sabemos
que esta
no es la
Briseida
de
Homero,
pero ya
hablaremos
en otro
momento
de las
alteraciones
mitológicas
de
Troya).
Aquiles,
quien en
un
principio
la toma
como
rehén,
se
convierte
luego en
su
defensor
frente a
otros
griegos
que
buscan
aprovecharse
de ella,
entre
ellos el
propio
rey
Agamenón.
Para
ganarse
a su
doncella,
Aquiles
tiene
que
enfrentarse
a estos
guerreros,
no solo
cuerpo a
cuerpo,
sino
también
con
estrategias
de
poder,
como en
el caso
del
cruel
Agamenón.
Hábil en
los
placeres
de cama,
este
Aquiles
puede
pasar
rápidamente
de la
pasión
por una
mujer a
la
indiferencia,
la ira o
hasta al
desprecio.
En la
escena
de
presentación
del
héroe,
vemos a
Brad
Pitt
reposando
desnudo
junto a
una
joven, a
la que
instantes
después
aparta
rudamente,
pues
tiene
que
salir a
defender
su fama
de
guerrero.
Con
Briseida
ocurren
situaciones
similares,
en que
esta es
hecha a
un lado
bruscamente
e,
incluso,
rechazada,
a pesar
de ser
el
verdadero
amor del
héroe. Y
de la
sonrisa
cautivadora
pasamos
a la
mirada
dura, en
la que
Brad
Pitt es
un
experto.
Esa
misma
mirada
impenetrable
y
desafiante
con que
enfrenta
al
enemigo.
Sin
embargo,
la
fiereza
y la
rudeza
no son
características
que
muchas
mujeres
urbanas
del
llamado
Primer
Mundo
esperan
de su
hombre
ideal;
sí
buscan,
en
cambio,
un
rostro
más
dulce y
con
rasgos
parecidos
a los de
ellas.
Así lo
testimonia
un
estudio
de la
Escuela
de
Psicología
de la
Universidad
británica
de Saint
Andrews,
realizado
hace más
de 6
años.
Este
estudio
indagó
las
reacciones
de
mujeres
ante
distintos
tipos de
rostros
de
hombre,
y
encontró
una
marcada
preferencia
por
rasgos
menos
masculinos,
asociados
por
ellas a
características
como
amabilidad
y mayor
disposición
para la
paternidad;
en
desmedro
de las
caras
muy
viriles,
relacionadas
con
frialdad
y
deshonestidad.
Según
estos
investigadores,
estas
asociaciones
tendrían
bases
genéticas,
pues
estudios
de
comportamiento
han
encontrado
que
hombres
con alto
nivel de
testosterona,
y por
tanto
con
rostros
hipermasculinos,
estarían
vinculados
a
mayores
tasas de
infidelidad
y
violencia.
Habría
además
una
explicación
evolutiva:
las
mujeres
ya no
necesitan
de una
pareja
extremadamente
fuerte y
protectora
del
medio
ambiente,
sino de
alguien
con
quien
compartir
la
crianza
de los
hijos.
¿Qué
pasa
entonces
con el
Aquiles
de
Troya?
¿Qué
pasa,
además,
con el
mito de
Brad
Pitt en
varios
de sus
múltiples
personajes?
Como
mucho de
lo que
Hollywood
nos
presenta,
es
actual e
innovador
solo en
la
forma.
El
Aquiles
de Brad
Pitt es
un
metrosexual
de
apariencia,
pero con
comportamiento
de
fiera.
Genética
y
evolutivamente,
son dos
caras de
distintas
monedas.
Y quizás
fue esta
dicotomía
lo que
llevó al
director
de El
Club de
la Pelea
a
separar
la
brutalidad
del
personaje
encarnado
por Pitt
en esta
película,
de la
fragilidad
del
yuppie
representado
por
Edward
Norton,
aun
cuando
ambos
eran una
misma
persona.
No puedo
dejar de
admitir
que
aprecio
la
belleza
de Brad
Pitt,
pues la
belleza
siempre
seduce.
Y debo
reconocer
que,
particularmente,
admiré
la
estampa
de este
Aquiles.
Pero eso
no
impide
que
indague
más allá
de la
forma.
No
impide
que
cuestione
los
verdaderos
valores
ocultos
detrás
de esta
seducción.
Y no
impidió
que este
Aquiles,
dominante
y
domador
de
mujeres,
me
incomodara
profundamente.
|
|
Current Date/Time 2
|
Enlaces relacionados |
|
|
|