La
Fundación
William
Layton
cierra
la
temporada
de
teatro
clásico
con
una
obra
casi
inédita
del
autor
inglés.
La
otra
cara
de la
Guerra
de
Troya
llega
de la
mano
de
William
Shakespeare.
La
Fundación
William
Layton
muestra
el
lado
más
amargo,
esa
parte
llena
de
mentiras
y
sinvergüenzas
consustancial
a los
enfrentamientos
bélicos,
con
Troilo
y
Crésida,
una
obra
casi
inédita
en
España,
que
cierra
la
temporada
de la
sede
de la
Compañía
Nacional
de
Teatro
Clásico.
El
montaje
supone
la
presentación
en
Madrid
de la
formación
fundada
por
los
herederos
de la
escuela
de
Layton,
que
para
su
estreno
ha
escogido
un
título
duro y
muy
actual
que
Shakespeare
escribió
en su
mejor
período,
tras
Hamlet
y
antes
de
Otello,
Macbeth
o
El rey
Lear.
La
obra
es una
aproximación
a la
realidad
de la
guerra,
la que
se
esconde
«detrás
de las
bellas
palabras
que lo
que
hacen
es
señalar
el
camino
hacia
la
destrucción
para
satisfacer
las
necesidades
de
algunos»,
asegura
el
responsable
del
montaje,
Francisco
Vidal.
El
director
destaca
de
este
texto
«sorprendente,
extraordinario,
moderno
y
necesario»
el
tratamiento
que al
autor
da a
los
considerados
como
héroes
en
otras
obras.
«Son
unos
sinvergüenzas
que
destrozan
todo
lo que
tienen
a su
alrededor»,
resalta
Vidal,
desde
Helena
y
Ulises
hasta
Aquiles,
a
quien
considera
«un
soberbio
que
abandona
la
lucha
porque
no
aguanta
el
mando
de
Agamenón».
Frente
a
ellos
se
encuentra el
amor
de una
pareja
que ha
escogido
un mal
momento
para
enamorarse.
Troilo
es un
príncipe
troyano,
mientras
que
Crésida
es la
hija
de un
traidor
que se
ha
pasado
al
enemigo.
Por
ese
motivo
ella
es
canjeada
por un
par de
su
amado,
que
había
sido
hecho
prisionero
por
los
griegos,
en
cuyo
campamento
escoge
convertirse
en la
amante
de un
general
para
no
acabar
como
prostituta
de la
soldadesca.
Ese
consentimiento
al
terrible
trato
es lo
que le
permite
a
Crésida
permanecer
viva,
a
diferencia
de
Romeo
y
Julieta,
pero,
como
Troilo,
«morir
por
dentro».
La
versión
es de
Luis
Cernuda.
El
poeta
se une
a la
lista
de
grandes
escritores
que
esta
temporada
han
firmado
traducciones
o
adaptaciones
escénicas,
como
Rosa
Chacel
(Fedra),
José
Hierro
(El
burlador
de
Sevilla)
o Luis
Landero
(La
serrana
de la
Vera).
Cernuda,
que
firmó
el
trabajo
durante
su
exilio
en
Inglaterra,
hizo
«una
versión
difícil
de
decir,
prácticamente
perfecta»,
según
el
director,
que
también
le
sirvió
para
«investigar
sobre
poética
teatral».
La
experimentación
no le
impidió
al
autor
sevillano
mantener
«el
sarcasmo,
la
causticidad,
el
sentido
del
humor,
la
fuerza
y el
genio
de
Shakespeare»,
sino
que le
permitió,
asimismo,
incorporar
«un
mundo
personal»,
justo
cuando
Cernuda
era
una
víctima
de la
guerra,
y una
poesía
propia
que
potencia
la del
genio
inglés.
Sobre
esta
pieza,
Vidal
ha
hecho
una
puesta
en
escena
«al
servicio
de
contar
la
trama
de la
obra a
través,
sobre
todo,
del
trabajo
de los
actores»
que,
en
esta
comedia
amarga
de
Shakespeare
está
«muy
repartido
entre
todo
el
elenco.
«No
hay
casi
actores
principales,
sino
que
todos
son
protagonistas»,
remacha
el
director,
que
está
al
frente
de
un
elenco
formado
por
miembros
de la
Fundación,
entre
los
que
están
Israel
Elejalde,
quien
subirá
al
escenario
del
Pavón
por
tercera
vez
esta
temporada,
Alberto
Maneiro
y
Cristina
Arranz.
La
escenografía
y el
vestuario,
con
tintes
contemporáneos,
es
obra
de
Ana
Garay,
mientras
que
del
movimiento
escénico
se ha
encargado
otro
de los
viejos
compañeros
de
William
Layton,
como
es
Denise
Perdikidis.
TROILO Y
CRÉSIDA.
Días:
Del 11
de junio
al 4 de
julio de
2004.
Lugar:
Teatro
Pavón.
Dirección:
Embajadores,
8.
Horario:
De
martes,
miércoles
y
domingos,
a las
19.00
horas.
Jueves,
viernes
y
sábados,
a las
20.00
horas.
Precio:
8 y
15,63
euros. Venta
de
entradas:
En
taquilla,
todos
los días
excepto
lunes,
de 11.30
a 13.30h
y de
17.00h
hasta
inicio
de
función
y en la
Red de
Teatros
MECD-INAEM;
venta
telefónica:
902 332
211 y en
www.servicaixa.com.
Intérpretes:
Fundación
William
Layton.
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