El
yacimiento
de
Lezuza
recibe
cada año
más de
428.000
euros El
director
de las
excavaciones
pide más
medios
públicos
para
reconstruir
el
poblado
ibero,
romano y
medieval.
El
yacimiento
arqueológico
de
Libisosa
esconde
en
diez
hectáreas
de
terreno
más
de
28
siglos
de
historia.
Ubicadas
en
el
paraje
de
Lezuza
conocido
como
el
Cerro
del
Castillo,
estas
excavaciones
se
han
convertido
en
uno
de
los
enclaves
más
importantes
de
Castilla-La
Mancha.
Los
trabajos
comenzaron
en
el
año
1996
de
la
mano
de
la
Universidad
de
Alicante
y,
desde
entonces,
no
hay
campaña
que
no
se
cierre
con
nuevas
sorpresas.
Así,
las
conclusiones
de
los
trabajos
del
año
2003,
presentadas
ayer
por
el
director
del
proyecto,
el
profesor
José
Uroz,
apuntan
a
que
Libisosa
tiene
vida
desde
el
siglo
VII
antes
de
Cristo
y
no
desde
el
siglo
V,
como
se
pensó
en
un
principio.
El
objetivo
de
estos
trabajos
no
es
otro
que
aportar
nuevos
datos
a
las
investigaciones
arqueológicas.
Sin
embargo,
el
tiempo
ha
dado
la
razón
a
la
Universidad
de
Alicante
y
a
la
Administración.
Los
que
confiaron
en
este
proyecto
se
encuentran
ahora
con
que
Libisosa,
ciudad
rica
en
el
pasado,
traerá
de
nuevo
el
progreso
a
la
zona,
ya
que
la
reconstrucción
de
la
historia
del
Cerro
del
Castillo
atraerá
al
turismo
y
seguirá
creando
puestos
de
trabajo
en
Lezuza.
En
Libisosa
dejaron
sus
huellas
tres
etapas
de
la
historia,
la
íbera,
la
romana
y
la
medieval.
Los
romanos
llegaron
a
esta
próspera
ciudad
en
el
año
180
antes
de
Cristo
atraídos
por
el
río
y
por
su
valor
estratégico
y
defensivo.
La
ciudad
era
el
paso
desde
la
Meseta
hacia
Andalucía
y
de
Levante
a
Extremadura
y
Portugal.
Este
cruce
de
caminos
era
vital
para
que
Roma
emprendiese
la
conquista
del
sur
de
la
península.
Después
de
amurallarla,
el
Imperio
declaró
a
esta
población
colonia
romana,
Libisosa
Forum
Augustana.
De
momento,
Libisosa
aún
está
por
descubrir.
Aunque
estas
excavaciones
reciben
cada
año
428.000
euros
de
las
distintas
administraciones,
Uroz
pidió
más
medios
para
el
que
considera
el
yacimiento
más
importante
de
la
región.
Lo
más
significativo
de
las
excavaciones
son
el
foro
de
la
colonia,
la
curia,
la
basílica
y
un
pequeño
templo,
destacando
la
Puerta
Norte
de
la
Muralla,
donde
los
arqueólogos
han
encontrados
restos
de
talleres
artesanos
de
la
época
ibérica,
así
como
una
ermita
del
medievo,
concretamente
del
siglo
XIII.
A
lo
largo
de
la
pasada
campaña,
el
equipo
de
Uroz
centró
sus
trabajos
en
una
cisterna,
encontrada
al
norte
de
la
basílica,
donde
se
almacenaría
el
agua
de
lluvia
procedente
de
la
recogida
de
aguas
del
templo.
Además,
han
ido
apareciendo
nuevas
calles,
casas
y
fragmentos
escultóricos
que
demuestran
el
progreso
de
una
ciudad
que
supo
aprovechar
los
avances
de
iberos
y
romanos
y
las
edificaciones
del
medievo.
Los
arqueólogos
han
podido
constatar
una
fase
precedente
a
la
de
la
época
ibero-romana
gracias
a
la
aparición
de
cerámica
griega
de
figuras
rojas.
En
total,
Libisosa
ha
aportado
hasta
el
momento
más
de
35.000
piezas
que
guarda
en
su
museo
y
de
las
que
este
año
ha
restaurado
40,
16
de
las
cuales
son
ánforas
de
grandes
dimensiones
donde
se
guardaría
el
vino,
así
como
unas
20
metálicas
entre
monedas,
instrumentos
de
trabajo,
alfileres
y
platos
de
balanza,
entre
otros
enseres.
La
Junta,
la
Diputación,
el
Ayuntamiento
de
Lezuza
y
la
Fundación
Sacam
son
los
padrinos
de
un
proyecto
que
con
el
trabajo
de
la
Universidad
de
Alicante
y
la
supervisión
de
José
Uroz
y
el
arquitecto
José
Carlos
Sainz
de
Baranda
tratará
de
reconstruir
la
ciudad,
respetando
todas
y
cada
una
de
las
piezas
que
han
sobrevivido
al
paso
del
tiempo. |