OCULTO. El poblado permaneció escondido bajo un olivar. FOTO: SUR
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Un
poblado
del
siglo
V
hallado
en
Antequera
confirma
la
existencia
de una
frontera
bizantina
que
frenó
el
avance
de las
tropas
visigodas
del
norte.
Las
escorrentías
de las
lluvias
de los
últimos
días
dieron
el
primer
paso.
Los
trabajos
de
inspección
rutinaria
de los
agentes
del
Seprona
y
servicios
de
arqueología
del
Ayuntamiento
de
Antequera
hicieron
el
resto.
Todo
un
poblado
que
durante
más de
quince
siglos
ha
permanecido
oculto
bajo
un
olivar
ha
'florecido'
para
sorpresa
de los
agricultores
y
mayor
expectación
de los
arqueólogos.
En
esta
ocasión
no son
piezas
aisladas
ni
restos
que
analizar,
sino
un
poblado
completo
fechado
entre
los
siglos
V y VI
d. C.
Dicen
los
investigadores
que su
importancia
va más
allá
de los
cerca
de
800.000
metros
cuadrados
de
superficie
que
ocupa.
El
nuevo
yacimiento,
localizado
al
norte
del
término
municipal
de
Antequera,
se ha
convertido
en uno
de los
pocos
vestigios
existentes
sobre
la
historia
de la
Península
en los
denominados
'siglos
oscuros'.
El
poblado
se
estructura
en
torno
a un
conjunto
de
viviendas
en la
ladera
de un
cerro,
con
dos
pequeños
fortines
en la
cumbre.
En las
proximidades
se han
detectado
dos
canteras
de
poca
amplitud,
de las
que se
cree
que se
extraía
en la
antigüedad
materia
primera
para
la
edificaciones
del
núcleo
de
población.
Su
misión
era
proteger
Según
el
informe
arqueológico,
tanto
la
localización
topográfica
como
el
patrón
de
asentamiento
que
sigue
el
poblado,
demuestran
que
nos
encontramos
frente
a una
unidad
de
control
del
territorio,
correspondiente
a la
frontera
que
los
bizantinos
levantaron
en el
sur de
la
Península
Ibérica
para
contrarrestar
el
avance
de las
tropas
visigodas.
El
arqueólogo
municipal,
Manuel
Romero
lo
tiene
claro.
«El
valor
de
este
nuevo
descubrimiento
es
excepcional
porque
arroja
luz
sobre
el
conocimiento
actual
del
declive
del
imperio
romano,
una
época
de la
que se
tienen
pocos
datos».
De
hecho,
son
escasos
los
restos
hallados
en la
provincia
de
Málaga
de la
época
de la
dominación
bizantina
que
supuso
el
desmembramiento
del
antiguo
Imperio
de
Occidente.
El
puerto
de
Málaga
y el
municipio
de
Mollina
eran
las
únicas
localizaciones
conocidas
hasta
el
momento
donde
se
guardan
restos
de una
época
poco
documentada.
La
delimitación
del
poblado,
de
manera
provisional,
habla
de
786.176
metros
cuadrados
extensión.
Varios
muros
han
aflorado
ahora
a la
superficie.
Algunos
conservan
hasta
cinco
hiladas
de
mampuesto,
por lo
que
los
especialistas
hablan
de un
óptimo
estado
de
conservación.
«Los
fortines,
al
estar
situados
en la
parte
más
alta,
han
estado
expuestos
a las
inclemencias
de la
erosión,
presentando
una
conservación
menos
satisfactoria»,
explica
Romero.
El
número
de
yacimientos
conocidos
en
Antequera
se ha
triplicado
en los
últimos
siete
años.
De 80
se ha
pasado
a 256.
'Caput
Aquae'
en
Bobadilla
MUROS. Las lluvias han desenterrado el cerco que rodeó al poblado. |
Los
trabajos
de
vigilancia
arqueológica
de
las
obras
de
infraestructuras
que
se
acometen
en
la
comarca
de
Antequera
han
permitido
localizar
una
conducción
hidráulica
de
la
época
romana
en
las
inmediaciones
de
Bobadilla.
Se
trata
de
una
canalización
de
más
de
20
metros
de
longitud
(tubuli)
realizada
con
piezas
de
cerámicas
de
sección
parecida
a
la
de
las
tejas
actuales,
pero
de
mayor
dimensión
(60
centímetros
de
largo
y
35
de
ancho).
Los
trabajos
arqueológicos
realizados
han
constatado
la
existencia
de
una
cisterna
para
almacenar
y
reconducir
el
agua.
Lo
que
está
por
definir
todavía
es
si
la
fuente
de
captación
hidráulica
(caput
Aquae)
se
corresponde
con
un
ramal
secundario
del
acueducto
de
Singilia
Barba,
o
si
su
función
era
abastecer
a
una
villa
cercana.
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