Un juego de estrategia donde nuestro objetivo es llegar a gobernar el mayor imperio de la Edad Antigua. Controla el poder político, administrativo, diplomático y militar y mantén la Pax Romana en el mundo conocido.

Hagamos un poco de historia: en el año 19 a.C. el Emperador Augusto proclamó la Pax Romana, tras derrotar a los celtas del norte de Hispania. Para los romanos la Pax Romana significa la ausencia de conflictos del Imperio con otros estados o pueblos y el respeto a las leyes dentro de él. Aunque la situación era estable, era muy raro los enfrentamientos de importancia, aunque, alguna tribu se negaba a pagar los impuestos, o existiese algún grupo de bandidos que ponía en jaque los caminos.

Pax Romana es un juego de estrategia histórica basado en la antigua Roma, diseñado por Philippe Thibault, el creador de Europa Universalis. El juego ha sido desarrollado por Galiléa, editado por Dreamcather y distribuido por Virgin Play en nuestro país. Se trata de un título de estrategia que nos introducirá en el imperio romano, esa organización política que gobernó a todos los pueblos de la ribera del mediterráneo, los Balcanes, la Galia, Hispania y Britania, con una libertad religiosa casi total. Aunque en el imperio existen grandes desigualdades, todo ciudadano libre o incluso esclavo puede intentar mejorar su situación y alcanzar la ciudadanía romana.

En este juego podemos controlar el sistema político y militar, y es que nosotros deberemos usar toda nuestra influencia y riqueza para llegar a ser el gobernador de Roma, aunque habrá que andar con pies de plomo. Seremos líderes de una fuerza política del senado, y deberemos involucrarnos en nuestro cometido, y luchar contra las demás fuerzas políticas y la gran cantidad de senadores que había en aquellos tiempos. Así, el lado estratégico se centra en el buen planteamiento de tácticas militares, mientras que el lado político implica el control por igual de senadores y generales con el objetivo de conseguir el poder militar y financiero.

El mapa del juego es muy grande, con 400 regiones de toda Europa, y 5 niveles de zoom. Nosotros controlaremos el tiempo del juego, al poder activar su velocidad, según nuestras necesidades. Igualmente, se podrá manipular las facciones militares, con más de 100 unidades militares diferentes con niveles propios de disciplina, moral y experiencia, que llevaremos a la batalla si fuese necesario, aunque antes será necesario plantear la estrategia para conseguir la victoria. Con el ejercito se podrá participar en 150 batallas históricas, aunque alguna de ellas podrán resultar bastante desastrosas para nuestros intereses.

En la vertiente política del juego, podemos encarnar a personajes como Julio César, Pompeyo o Craso y liderar sus facciones en 40 escenarios políticos y militares diferentes. Las dos partes del juego necesitan un agudo ingenio y la habilidad para manipular a los demás, sobretodo en la versión multijugador. El juego pasa de la administración de nuestras fronteras, a la diplomacia y la escalada en el poder de forma continua. Para esta última, podemos movernos por Roma y visitar los diferentes focos de interés: el foro, el senado, el mercado, etc. En estos lugares tendremos que cuidar nuestras amistades y nuestras transacciones.

Otro aspecto importante en nuestra escalada política hacia el poder es meternos al pueblo de Roma en el bolsillo. Así, si decidimos financiar guerras expansionistas y ofrecer grandes victorias a nuestros ciudadanos, nuestra reputación subirá como la espuma y nuestra carrera hacia el poder supremo se disparará.

El juego cuenta con un gran número de menús que se adornan con imágenes fijas y algunas animaciones no demasiado sorprendentes. Todo el juego se centra en la planificación y la simulación pura ya que, ni siquiera en la vertiente militar, veremos a ningún soldado en acción. Un senador no pisa el frente de batalla sino que sólo dirige su estrategia y envía a sus mejores generales, ellos hacen el resto. Así, sólo veremos el resultado de nuestras incursiones y campañas y podremos actuar en consecuencia.

Durante el juego iremos recibiendo notificaciones de todo lo que afecta a Roma, estas notificaciones aparecerán sobre el mapa del mundo al estilo de ventanas emergentes y nos irán dando cuenta de las relaciones militares, económicas, diplomáticas o administrativas. De nuestra pericia en resolver los conflictos y de ir ganando poder (para esto es fundamental barrer a nuestros oponentes políticos con todo tipo de estrategias) dependerá que triunfemos y lleguemos a convertirnos en César.

En cuanto al apartado técnico, los gráficos no son gran cosa, pero la verdad es que un título como este no necesita demasiado despliegue en este sentido. Si que es verdad que hubiésemos preferido que la calidad de las escasas animaciones que pueblan el título fuera algo más alta. La banda sonora, por el contrario, es una maravilla y ambienta de forma genial el periodo histórico en el que se sitúa el juego.

En conclusión, un completo y atractivo título de estrategia política y militar basado en un periodo fascinante de la historia.