Casi
todas
las
civilizaciones
que han
desaparecido
del
Nuevo y
Viejo
Continente
nos han
dejado
su
huella
impresa
en
piedras
como las
que le
mostramos.
Los
impresionantes
restos
dejados
por los
pueblos
que
prosperaron
en la
antigua
Europa y
el
cercano
Oriente
hace
miles de
años,
desde
las
esculturas
prehistóricas
hasta
las
ruinas
del
mundo
romano,
hicieron
de esta
región
el
centro
del
desarrollo
cultural
mundial
durante
siglos.
Desde el
Paleolítico,
Europa y
el
cercano
Oriente
han sido
el
escenario
de un
desarrollo
cultural
apabullante.
Sin
embargo,
quizá ha
sido la
época
grecorromana,
especialmente
durante
el
milenio
que
abarca
desde el
año 500
a.C.
hasta el
año 500
de
nuestra
era, la
que ha
dejado
las
huellas
más
profundas
en la
personalidad
europea.
Se trata
de un
hecho
evidente
ante la
contemplación
de los
innumerables
documentos
y obras
de arte
que han
llegado
hasta
nuestros
días. De
todo lo
que se
consiguió
entonces,
de entre
las
grandes
obras
maestras
de la
arquitectura,
la
escultura
y la
ingeniería
civil de
aquel
Antiguo
Mundo
que se
diluyó
en las
sombras
de la
Edad
Media
según
transcurrían
los
siglos,
hemos
seleccionado
algunas
instantáneas
del
pasado
que nos
ofrecen
un
excepcional
punto de
vista
para
admirar
sus
logros:
PALMIRA,
oasis
caravanero
(s. I
a.C-III
p.C.)
El arco
monumental
es uno
de los
símbolos
de
Palmiral.
A
finales
del
siglo
III, su
reina,
Zenobia,
se alzó
contra
Roma,
pero fue
derrotada
por
Aureliano
que,
según
algunas
fuentes,
la
exhibió
con
cadenas
doradas.
LAS
TUMBAS
DE
ANTÍOCO,
colosos
en
Nimrud
(s. I
a.C.)
En el
santuario
de
Antíoco
se
alzaban
varias
estatuas
de 10
metros
de
altura
cuyas
cabezas
fueron
derribadas
por un
terremoto.
ÉFESO
ROMANO,
la
capital
de Asia
(s. II)
El
Templo
de
Adriano
de Éfeso,
en el
que
destaca
un arco
central,
fue toda
una
novedad
arquitectónica
copiada
profusamente.
PONT DU
GARD,
ingenio
y
belleza
en Nimes
(s. I
a.C.-I
p.C.)
Los 275
metros
del Pont
du Gard
forman
parte de
un
acueducto
romano
que cada
día
conducía
desde 50
km. de
distancia
más de
20.000
metros
cúbicos
de agua
hasta la
antigua
ciudad
de
Nemausus
(actual
Nimes).
SICILIA
CLÁSICA,
la isla
santuario
(c. s.
VI a.C.)
Cientos
de
exclavos
extraían
de
canteras
situadas
a 10 km.
de
distancia
los
bloques
de
piedra,
algunos
de 60
toneladas
de peso,
con los
que se
erigieron
los
templos
de la
ciudad
de
Selinunte.
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