El
programa
hurga en
la
existencia
del héroe,
en sus
defectos,
su
brutalidad,
sus
enemigos y
su salud,
para saber
por qué,
después de
una agonía
de 12
días, deja
de existir
como la
historia
no se lo
permitía:
en su
cama. No
en el
campo de
batalla,
luchando
por más
poder.
Chris
Lethbridge,
productor
del
documental,
explica
que este
desarrolla
tres
teorías
investigadas
por el
detective
John
Grieve
sobre la
muerte de
Alejandro,
ocurrida
entre el
10 y el 11
de junio
del 323
a.C.:
malaria,
fiebre del
Nilo y
envenenamiento
con
eléboro.
Grieve es
el
conductor
de la
producción
titulada
'Alejandro
Magno',
que el
canal de
TV paga
Discovery
Channel
presenta
este
domingo, a
las 9:00
p.m., y
que fue
realizado
por
Atlantic
Productions.
"Bello,
sabio,
audaz,
intrépido,
afortunado
y
glorioso.
Destinado
a morir
joven y a
que el
mundo
hable de
él para
siempre".
Así
describió
Quinto
Arrio,
noble,
cónsul
romano,
padre
adoptivo
de Ben Hur
y biógrafo
de
Alejandro
III el
Magno, al
héroe de
Macedonia.
La
descripción
de su
personalidad
no está
lejana de
la hecha
por Grieve,
comisario
asistente
de la
policía
secreta
británica
Scotland
Yard: "Un
héroe que
lo
arriesgó
todo.
Poseía el
carisma y
la
brutalidad
del líder
nato". Y
esta
semblanza
llevó a
Grieve
(que
trabaja en
un
escuadrón
antiterrorista
en
Inglaterra
conteniendo
los
atentados
del Ira) a
investigar
la muerte
de
Alejandro.
Tales
teorías
fueron
elaboradas
con base
en los
estudios
realizados
por tres
científicos.
Malaria.
Aunque
para
Grieve es
poco
probable,
Robert
Arnott,
experto en
enfermedades
antiguas,
concluye:
"Había
estado en
los
pantanos
de
Babilonia,
la
Mesopotamia
e Irak
pocas
semanas
antes y
pudo
contagiarse
allí y los
síntomas
son
similares".
Fiebre
del Nilo.
Para el
doctor
John Marr,
experto en
enfermedades
tropicales,
es muy
factible.
En los
documentos
históricos
se
encontró
un
párrafo,
escrito
por
Plutarco,
que habla
de la
llegada de
Alejandro
a
Babilonia:
"Miró
hacia el
cielo y
vio una
bandada de
aves que
se
picoteaban
entre
ellas y
luego
caían,
muertas".
El
científico
concluye:
"En 1999,
en Nueva
York, hubo
un brote
de aves
muertas
por fiebre
del Nilo.
Dos
semanas
antes de
que
falleciera
el primer
humano".
Además,
los
síntomas
coinciden.
Envenenamiento.
Alejandro
tenía
muchos
enemigos.
Entre
ellos:
Antipatro,
gobernador
de
Macedonia,
a quien el
rey
despojó de
su poder,
y
Aristóteles,
su tutor,
para
vengar la
muerte de
su
sobrino,
miembro de
la corte
del héroe,
a quien
este hizo
asesinar.
El eléboro
pudo haber
sido el
veneno. Se
trata de
una raíz
potente
que causa
una grave
intoxicación
y produce
un
descenso
brusco del
ritmo
cardiaco
que puede
ser fatal.
Sin
embargo, a
los dos o
tres días
el cuerpo
logra
eliminarlo,
por lo que
Grieve
opina que
posiblemente
se le dio
una
segunda
dosis.
Respuestas
al
misterio
El
director
Chris
Lethbridge
cuenta
detalles
de la
producción:
¿Qué los
lleva a
investigar
la muerte
de
Alejandro
Magno para
un
documental?
Hoy, 2.300
años
después,
su muerte
sigue
siendo uno
de los
misterios
más
grandes de
la
historia.
Además,
era la
oportunidad
de ver si
las
técnicas
modernas
de
investigación
y los
análisis
forenses
efectivamente
podían
ayudar a
encontrar
una
respuesta
al antiguo
misterio.
¿Cuáles
son esas
técnicas?
Entre
ellas, la
creación
de un
cuerpo
virtual de
acuerdo
con los
registros
que
existen
sobre la
condición
física del
rey
(libros,
estatuas,
biografías),
análisis
de su
salud y de
los
medicamentos
que se
usaban en
esa época
para
curar,
algunos de
ellos
veneno, y
los
estudios
actuales
sobre
enfermedades
tropicales.
¿Por qué
se invitó
a John
Grieve a
hacer
parte del
documental?
Esa fue
una
decisión
de la
compañía
productora.
Su
experiencia
es muy
importante,
ha estado
al frente
de casos
muy
complicados
con mucho
éxito y se
interesa
en la vida
de
Alejandro
Magno.
Pero
también
estuvieron
historiadores
(Barry
Strauss,
de la
Universidad
de Cornell)
y médicos,
como el
doctor
John Marr,
experto en
enfermedades
tropicales.
¿Qué
sitios
visitaron
para la
realización
del
documental?
El norte
de Grecia
(antigua
Macedonia),
donde
Alejandro
Magno se
formó, así
como
museos y
sitios
históricos.
Lastimosamente
no pudimos
llegar a
Babilonia
(hoy Iraq),
donde
murió, por
la
situación
de este
país.
¿Cuál fue
el
criterio
para
escoger al
actor que
representa
a
Alejandro
Magno?
Tuvimos la
suerte de
encontrar,
en una
audición,
a un
hombre que
no
solamente
se parecía
físicamente
a
Alejandro
sino que,
además,
contaba
con la
formación
teatral y
dancística
para
representar
la
angustia
de los
últimos
días del
conquistador.
Leyendo el
libreto se
ve que las
mujeres de
la vida de
Alejandro
(Olimpia,
su mamá;
Leptina,
su
esclava, y
Roxana y
Estatira,
sus
esposas)
no
aparecen
en el
documental,
mientras
todos los
hombres
que lo
rodearon,
sí. ¿A qué
se debe
esta
exclusión?
Los
documentos
históricos
que
consultamos
no revelan
mucho
sobre el
posible
papel
femenino
en la
muerte de
Alejandro.
Pero sería
muy
interesante
saber si
ellas
tuvieron
más que
ver.
¿Cuántos
filtros
tuvo la
investigación?
Realmente,
analizamos
la posible
evidencia
y era
tarea del
detective
definir la
relevancia
y utilidad
que cada
pieza
podría
tener para
la
investigación.
¿Están los
historiadores
satisfechos
con el
documental?
No tengo
aún una
retroalimentación
directa,
pero el
consenso
general de
los
historiadores
con
quienes
hablamos
durante la
realización
del
programa
es
positivo.
Las
opiniones
sobre la
conclusión
final aún
difieren,
porque es
imposible
conocer la
verdad
absoluta
sin
disponer
del
cadáver de
Alejandro
para
hacerle
una
autopsia.
¿Quién fue
Alejandro
Magno?
Su nombre
está
ligado a
la
estética
del
conquistador
total: fue
hasta
donde
nadie
había
llegado en
su época:
Persia,
Egipto,
Arabia,
Afganistán,
India,
Chipre y
Siria.
Hijo de
Filipo II
y Olimpia,
princesa
de Epiro,
nació en
Pella
(Macedonia),
el 15 de
abril del
356 a.C.
En el 336
a.C.
accedió al
trono de
Macedonia,
al ser
asesinado
su padre.
Fue alumno
de
Aristóteles,
quien le
enseñó
retórica y
literatura,
y estimuló
su interés
por la
ciencia,
la
medicina y
la
filosofía.
Después de
dejar la
escuela
del sabio
nunca más
se
volvieron
a ver,
pero
mantuvieron
correspondencia
hasta la
muerte del
rey. Fue
formado en
todas las
artes
militares.
En su
peregrinación
al gran
templo y
al oráculo
de Amón-Ra,
dios
egipcio
del sol
que en
Grecia era
Zeus, en
el 331
a.C.,
Alejandro
sintió que
su
condición
divina era
verdadera
y que la
deidad lo
reconoció
como su
hijo.
Se casó
dos veces:
con
Roxana,
princesa
sogdiana,
y con
Estateira,
hija de su
enemigo
Darío III.
Sin
embargo,
siguiendo
las
costumbres
de los
guerreros
tenía un
amante
homosexual,
Hefastión,
su amigo
desde la
infancia.
En señal
de luto
por su
muerte,
ocurrida
ocho meses
antes de
la de
Alejandro,
este mandó
a cubrir
de negro
las siete
murallas
de oro de
Ecbatana,
en Persia.
La tumba
de
Alejandro
está
presumiblemente
en Egipto,
en Menfis
o en
Alejandría.
Su
búsqueda
sigue. Y
hay más:
la ciudad
donde
nació el
rey, Pella
(hoy
Grecia),
desapareció.
Igual
sucedió
con el
lugar de
su muerte,
Babilonia,
hoy Iraq.