En cada
periodo
histórico
existen
relatos
sobre
momentos
en los que
la
humanidad
se entrega
desenfrenada
a los
placeres
del sexo,
pero
ninguna
tan
mencionada
como las
extravagancias
del
emperador
Calígula,
que
gobernó
Roma
durante
cuatro
años.
La
disipada
vida del
César
supera la
ficción.
Incluso
sirvió de
inspiración.
Tinto
Brass
dirigió el
filme
pornográfico
más caro
de la
historia:
15
millones
de
dólares,
donde
intentó
mostrar en
la
pantalla
grande el
ascenso y
caída del
emperador
romano,
pero
también
para
dramatizar
sus
particulares
gustos
sexuales.
El
resultado
finalmente
provocó
que el
guionista
Gore
Vidal, el
productor
Bob
Guccione y
varios
actores
retiraran
sus
nombres de
los
créditos
por los
comentarios
desatados
después de
su
presentación
al
público.
Diferentes
historiadores
coinciden
en señalar
que
Calígula
vivía en
una Roma
espléndida
en
riquezas y
conquistas,
pero que
también
era
conocida
por la
promiscuidad
reinante
en cada
uno de sus
rincones.
El sexo no
encontraba
límites a
sus
posibilidades,
pues era
socialmente
permitido
e incluso
bien
visto: la
prostitución,
sadismo,
orgías,
incesto y
otras
prácticas,
que en la
actualidad
son
consideradas
como
desviaciones
sexuales,
ocupaban
un espacio
importante
en la
agenda del
imperio.
La
promiscuidad
de la
antigua
Roma
mantuvo
íntima
relación
con el
amplio
desarrollo
de la
prostitución,
ya que
éste era
un oficio
muy común
en el
pueblo.
Calígula,
como una
forma de
ejercer su
poder
arbitrariamente,
disfruta
humillando
a sus
senadores
obligando
a sus
mujeres a
prostituirse.
De negarse
a sus
ordenes
los
mandaba a
matar. Si
bien su
gobierno
se
catalogó
como
tiránico,
no llegó a
hacer
tanto eco
como lo
fue sus
tendencias
al sexo
desenfrenado.
Incesto
y orgías
Calígula
fue
emperador
a los 24
años y
para
festejarlo
hizo una
gran
fiesta que
sería la
primera de
las muchas
que
precedieron
sus cuatro
años como
emperador.
Comida,
sexo y
música
acompañaron
la velada
sin
restricciones
por varios
días.
Repartió
dinero
entre los
ciudadanos
de Roma,
los
ejércitos,
las
guarniciones
y los
pretorianos.
Liberó a
muchos
prisioneros
políticos
encerrados
por
Tiberio,
su
antecesor.
Los
romanos
estaban
muy
contentos
por tener
a un César
tan
bondadoso.
En un mes
se
sacrificaron
150.000
animales
en su
honor.
Las
fiestas
que
realizaba
eran un
festival
de sexo
colectivo,
disfrutado
tanto por
aristócratas
romanos
como por
esclavos.
Bajo los
efectos
del
alcohol o
de otras
drogas se
lograba
apareamientos
múltiples
y
simultáneos
en un
ámbito
público
sin ningún
pudor.
En el
tiempo que
gobernó,
entre el
año 12 y
el 41
d.C., la
mayoría de
los
romanos
eran
bisexuales,
así que
los
hombres
podían
tener sexo
con
mujeres o
varones.
Aunque era
común que
los
hombres se
casaran
para tener
descendencia
más allá
de su
alternativa
sexual.
El
emperador
romano
contrajo
nupcias en
varias
ocasiones
y por lo
general
con damas
aristócratas,
cuyos
desafortunados
maridos
fueron
enviados a
matar para
que él
pudiera
quedarse
tanto con
sus
mujeres
como con
sus
fortunas y
continuar
con sus
fiestas
sexuales
interminables.
En aquella
época el
incesto
era común
y Calígula
mantuvo
relaciones
sexuales
con todas
sus
hermanas
de forma
regular e
incluso en
público.
Llegó a
casarse
con una de
ellas:
Drusila,
quien era
su
favorita
por su
belleza y
complacencia.
Cuando
ella
murió, el
10 de
junio del
38, ordenó
su
divinización.
Se anunció
un período
de duelo y
Calígula
dejó Roma
para
buscar
consuelo
viajando a
través de
Sicilia.
Además de
sus
extravagancias
sexuales,
este
emperador
llegó a
ser
conocido
por su
tiranía y
comportamientos
desquiciados
que
despertaron
siempre la
duda de
una
enfermedad
mental.
Tales
rarezas lo
condujeron
a
proclamarse
dios y
nombrar
cónsul a
su
caballo,
atribuyéndose
victorias
imaginarias
mientras
era
responsable
de la
muerte de
miles de
ciudadanos
hasta que
finalmente
fue
asesinado
el año 41
d. C.
Poder
ilimitado,
sexo,
lujuria y
promiscuidad
llevada al
límite fue
lo que
caracterizó
al Imperio
Romano
durante su
gobierno. |