en culturaclasica.com

en toda la Web

Por su interés, culturaclasica.com reproduce este artículo

02/01/2004

Esperanza Pamplona | Zaragoza ● www.canariasahora.com

La Zaragoza oculta sale a la luz en una exposición

DESDE CERÁMICA ÁRABE A RESTOS DE LA VIEJA CESARAUGUSTA

La presencia romana en el subsuelo de la ciudad es de tal calibre que cualquier obra que se inicie acaba tropezando con algún resto de los pobladores originarios

Otro de los atractivos de esta exposición es el que protagoniza la industria alfarera musulmana.

Hace unos dos mil años, Zaragoza, entonces Cesaraugusta, ya era el mayor puerto fluvial de la Península Ibérica. Su muralla romana debió ser sumamente grandiosa. De ella perviven algunos restos, visibles en uno de los extremos de la plaza del Pilar. Parece que tuvo hasta más de un centenar de torres. Sus muros alcanzaban hasta siete metros de anchura. En total tenía un perímetro de unos tres kilómetros.

Muy cerca de la Catedral de la Seo se hallan los restos del puerto romano, que fue el mayor de los existentes en la ribera del Ebro, y que estuvo en funcionamiento hasta entrada la Edad Media en la capital aragonesa.

Por la ciudad han ido apareciendo otras muestras de la arquitectura de la vieja Cesaraugusta, entre ellos un teatro romano, del que sólo se conservan los cimientos. Era un grandioso edificio de la época de Tiberio, continuado en años posteriores, que decayó a partir del siglo III, cuando las ciudades de la Hispania Romana empezaron a declinar y a reforzar sus elementos defensivos ante enemigos exteriores. El expolio continuó en la Edad media y aún después, en que se reutilizaron sus restos.

Se pueden ver restos del teatro, foro, termas y puerto de Cesaraugusta en sendos museos municipales. Sin embargo, la presencia romana en el subsuelo de la ciudad es de tal calibre que cualquier obra que se inicie acaba tropezando con algún resto de los pobladores originarios. Así las cosas, el Ayuntamiento de Zaragoza ha abierto este año una exposición bajo el título Patrimonio encontrado en Zaragoza. Intervenciones arqueológicas municipales, que permanecerá abierta al público hasta mediados del 2005.

En este espacio, ubicado en el antiguo Cuartel de Pontoneros de la ciudad, uno puede encontrar los restos que dejaron sus vecinos. Desde cerámica árabe, a mosaicos romanos que aparecían bajo el suelo de muchas viviendas del casco antiguo. Casas sobre casas, salones sobre salones, pero con diferentes motivos decorativos y una percepción de la vida completamente diferente.

Mosaicos con figuras geométricas o pertenecientes a la mitología adornaban las paredes y suelos de las viviendas romanas. En una vivienda ubicada en la calle Damián Forment se encontraron fragmentos de mosaico de cuatro metros que pertenecían a una gran estancia decorada toda ella con motivos marinos y con monstruos que supuestamente vivían en las profundidades del océano. Estos motivos eran frecuentes en las termas, aunque en viviendas particulares como era el caso constituía un símbolo de riqueza.

Sin embargo, los restos hallados no son sólo romanos. En el barrio de San Pablo, uno de los más populares de la ciudad, los servicios de arqueología municipales hallaron una necrópolis paleocristiana. Aunque estas tumba fueron expoliadas en la época islámica y no se ha encontrado ningún ajuar, sí que han aparecido mosaicos sepulcrales producto de una moda creada por los musivarios (artesanos del mosaico) del África cristiana.

Otro de los atractivos de esta exposición es el que protagoniza la industria alfarera musulmana. Una prueba fehaciente de quién habitó antes esta tierra cuyos motivos decorativos todavía protagonizan hoy la popular cerámica de Muel, representativa del Valle del Ebro. Entre los hallazgos, cabe destacar un fabuloso horno hecho en adobe y ladrillo, de planta circular y sección oval, con bancales escalonados y que a diferencia de los hornos tradicionales carece de parrilla. La Zaragoza musulmana (Sarakusta) generó una amplia y floreciente industria alfarera de la que se han hallado multitud de piezas, algunas de ellas exquisitas. Desde anafes, tambores (los darabukkas siguen siendo instrumentos musicales habituales en los países árabes), biberones, cazuelas, ollas, tinajas, platos, alcadafes, candiles y muchos elementos relacionados con la conducción del agua.

El hecho de que todas estas piezas arqueológicas hallan aparecido en el corazón del casco urbano de la actual ciudad obligó al Ayuntamiento de Zaragoza a trasladarlos, a la par que se realizaba una fabulosa labor de recuperación de la que se ha encargado el Taller de Empleo José Galiay, creado exclusivamente para la restauración de mosaicos y para completar la formación de sus alumnos-trabajadores.

Current Date/Time 2

Enlaces relacionados

 
 

 


quienes somos| colaborar | publicidad | estadísticas | contactar | patrocinadores

©Agamador & Tiresias. Asociación cultural CULTURACLASICA.COM
asociacion@culturaclasica.com