Colonia es
una de las
ciudades
romanas en
suelo
alemán más
antiguas
al norte
de los
Alpes. Su
pasado se
ve y se
siente en
las
estrechas
calles y
callejuelas
de su
casco
antiguo y
sus doce
iglesias
romanas.
Prácticamente
no hay año
en donde
no se
descubran
vestigios
de los
gloriosos
tiempos de
la otrora
Colonia
Claudia
Ara
Agrippinensium.
Las
excavaciones
iniciadas
para la
construcción
de un
túnel para
el tren
subterráneo
llenan de
esperanzas
a más de
un
arqueólogo
y ponen a
sufrir a
los
comerciantes
que temen
retrasos
en la
terminación
de las
obras y la
consecuentes
pérdidas
económicas.
Lo que –
dicho sea
de paso –
no sería
nada raro
en esta
ciudad de
la "dolce
vita"
alemana.
Pero es
que hay, a
veces,
demoras
justificables.
"Las
próximas
excavaciones,
a raíz de
la
construcción
de una
línea del
tren
subterráneo,
serán la
empresa
más grande
que jamás
haya
emprendido
el Museo
Romano-Germanico
(de
Colonia)",
exclama
lleno de
optimismo
su
director,
Hansgerd
Hellenkemper.
Algunos
expertos
las
anuncian
inclusive
como "las
excavaciones
arqueológicas
europeos
de más
alto nivel
en los
últimos
años.
El que
busca,
encuentra
En el
mundo de
los
arqueólogos
hay una
sabiduría
legendaria
que
sostiene
que "uno
sólo
encuentra
lo que
conoce".
Los
científicos
esperan
descubrir
importantes
conocimientos
del
desarrollo
urbano,
social y
político
de la
ciudad de
Colonia,
desde su
fundación
hasta el
siglo XIX.
"Estamos
bien
preparados
para
ello",
agrega
Hellenkemper.
El Museo
Romano-Germánico
de Colonia
analiza y
evalúa los
datos
arqueológicos,
históricos
y
topográficos
de todo el
trayecto
por
excavar y
pronostica
los
probables
descubrimientos.
La
sabiduría
de los
antepasados
Un viaje a
lo largo
de los
cuatro
kilómetros
subterráneos
que
recorrerán
los trenes
del futuro
se
convertirá
así en un
viaje a
las
entrañas
de la toda
la
historia
de
Colonia:
si no la
más
bonita,
una de las
ciudades
más
agradables
de
Alemania.
La línea
por
excavar
está
marcada a
lo largo
de un
puerto y
un templo
romano, de
los
antiguos
muros y
portones
de la
ciudad,
del
desaparecido
barrio
judío. Del
siglo XIII
se espera
que salga
a relucir
el
monasterio
medieval
de los
Agustinianos.
Por
último,
los
amantes de
la
historia y
la
arqueología
confían
recuperar
un gran
enclave de
artillería
que
revelaría
otras
técnicas
de
construcción
del
medioevo.