Los
científicos
auguran
hallazgos
de gran
relieve
en el
castro
de Doña
Palla (Pravia)
La
palabra
«castro»
procede
del
latín «castrum»
y
significa
«poblado
fortificado
en
altura».
El
castro
de Doña
Palla,
en
Peñaullán
(Pravia),
cumple
todos
los
requisitos
de la
definición
castrense
y, según
la
arqueóloga
Paloma
García,
investigadora
del
poblamiento
antiguo
del bajo
Nalón,
«podríamos
estar
ante un
enclave
prerromano
muy
importante
que, por
su
situación
estratégica,
también
fue
utilizado
durante
la época
medieval».
El
Ayuntamiento
de
Pravia,
que
preside
el
socialista
Antonio
de Luis
Solar,
anunció
a
finales
de 2003
la
compra
de los
terrenos
del
castro
de Doña
Palla a
un
propietario
privado
por
valor de
33.000
euros, y
desde
entonces
el grupo
investigador
en
topografía
y
cartografía
del
campus
de
Mieres
de la
Universidad
de
Oviedo,
encabezado
por el
profesor
José
Antonio
Suárez,
viene
desarrollando
la
primera
fase del
estudio
topográfico
y
cartográfico
del
entorno
del
castro
de Doña
Palla,
en una
extensión
de 25
hectáreas.
«Llevamos
más de
diez
años
trabajando
sobre el
patrimonio
asturiano,
y en
este
castro
tenemos
puesto
mucho
interés»,
explica
Suárez,
quien
aduce
dos
motivos
de peso
para
ahondar
en las
claves
históricas
de este
castro:
«Uno es
que
muchos
de los
que
trabajamos
aquí
somos
pravianos;
el otro,
que
tenemos
grandes
esperanzas
de
descubrir
una
parte de
la
historia
del bajo
Nalón
que se
desconoce:
modos de
vida,
desarrollo...».
Según el
profesor,
«en esta
primera
fase,
que
concluiremos
el
próximo
mes de
julio,
ya vamos
a crear
una base
de datos
muy
importante,
aunque
el
proyecto
del
castro
de Doña
Palla no
es algo
de hoy
para
mañana,
aquí hay
mucho
trabajo.
Nosotros
hemos
comenzado
por
hacer un
modelo
digital
de la
zona del
castro,
lo cual
nos
permitirá
realizar
hipótesis
y
estudiar
a fondo
este
espacio,
que se
caracteriza
por ser
un
yacimiento
complejo
y muy
cambiado
por la
mano del
hombre,
ya que
por aquí
pasan
una
carretera,
el
ferrocarril...».
La
Universidad
de
Oviedo
es la
primera
en
realizar
un
estudio
a fondo
del
castro
de Doña
Palla,
un lugar
estratégico
desde el
cual los
habitantes
de
antaño
podían
controlar
las
rutas
terrestres
y
fluviales
desde el
río
Nalón a
su paso
por
Pravia
hasta la
desembocadura
en San
Esteban
de
Pravia.
Aun así,
estos
investigadores
no son
los
únicos
que han
mostrado
interés
por esta
zona,
según la
arqueóloga
Paloma
García:
«Bances
y Valdés
recogió
información
del
castro
en los
años
cincuenta,
y un
profesor
de la
Universidad
de
Oviedo,
José
Manuel
González,
fue el
primero
en
catalogar
el
enclave
como un
castro,
un
estudio
que
continuó
en la
década
de los
sesenta
recogiendo
leyendas,
hablando
con los
vecinos
de
Peñaullán,
Santianes...
y
descubrió
el
origen
medieval
de la
torre de
doña
Urraca
que
corona
el
castro.
Más
adelante,
en los
años
ochenta,
Francisco
Javier
Conde
realizó
excavaciones,
y luego
yo me
atreví
con un
estudio
de
posgrado
sobre el
poblamiento
del bajo
Nalón e
hice una
interpretación
del
castro»,
explica.
Según
Paloma
García,
«por los
restos
que se
han
encontrado
de
armas,
utensilios
y piezas
de tipo
áureo, y
analizando
las
huellas
del
paisaje,
está
claro
que se
trata de
un
enclave
de la
época
prerromana,
que fue
utilizado
por los
medievales
y que
era un
lugar
muy
importante
de
control
del
territorio.
Vivían
en un
sitio
rico, a
la vera
del río,
donde
podían
pescar,
con
tierras
fértiles
para
plantar
y un
lugar
donde
también
podía
haber
ganado»,
añade.
La
arqueóloga
matiza,
no
obstante,
que
«estos
datos,
hasta
ahora,
son
hipótesis.
Cuando
el
proyecto
de la
Universidad
de
Oviedo
coja
forma
irán
apareciendo
más
datos»,
manifiesta.
José
Antonio
Suárez,
profesor
titular
de
Cartografía
de
Oviedo,
señala
que
«hemos
escogido
los
meses de
invierno
para
comenzar
con la
investigación
porque
el monte
está más
limpio»,
y
expresa
su
convicción
de que
«estamos
ante un
enclave
fabuloso,
muy
antiguo,
con una
ubicación
estratégica.
Un lugar
claramente
vinculado
a
Santianes
que va a
aportar
muchos
datos
sobre la
historia
del bajo
Nalón»,
concluye.
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