La compañía catalana «Teatre Lliure» presentará a las 20.30, en el teatro Jovellanos, «Julio César», de Shakespeare. La obra, dirigida por Álex Rigola, se sumerge en las conspiraciones que Bruto y Casio planearon para derrocar a Julio César del poder. En esta ocasión, Shakespeare se basó en los hechos relatados por el historiador latino Plutarco, para escribir esta tragedia política que mantiene plenamente su vigencia.

«Julio César» es un episodio más en el camino hacia la construcción del Imperio Romano. La añoranza por los valores democráticos de la República, alejada paulatinamente de Roma a medida que se consolida el Imperio, el abuso del poder por intereses exclusivamente personales o puramente estatales y las relaciones entre la ética y la política son algunos de los problemas políticos y filosóficos que se plantean en el texto de Shakespeare.

La tragedia que sale a escena esta tarde es una versión de Salvador Oliva, que ha reducido a doce los cuarenta personajes del original. La idea de representar este texto surgió tras una actuación de Albert Pla, a la que asistió el dramaturgo Álex Rigola, quien observó cómo la gente coreaba al cantautor cuando éste aludía en una de sus canciones a la muerte de un político. Como ha señalado Julio Manrique, actor que interpreta a Casio en la obra, «Julio César» es una tragedia muy viva, que expresa muy bien el distanciamiento actual que existe entre el pueblo y la clase política que lo representa».

Bruto y Casio son los protagonistas de la tragedia política de Shakespeare. Ambos conspiran contra Julio César, sin embargo, son motivaciones antagónicas las que les empujan a cada uno de ellos en su conjura. «Bruto es un personaje estoico, que busca un ideal de justicia y vela por los intereses del Imperio que se ha construido de la mano de César. Casio, mi personaje, es, por el contrario, un individuo que se mueve por intereses puramente personales, como la envidia, el egoísmo, la ambición», señala Julio Manrique a la hora de explicar los caracteres de los personajes principales.

Los asesinos de César se verán superados por sus propios actos. Bruto y Casio sacarán adelante su conspiración, pero sin un proyecto político que ofrecer al pueblo de Roma. «Esto hace que parezca que «Julio César» haya sido escrita antes de ayer, visto lo que ha sucedido con la invasión de Irak u otros acontecimientos políticos. No saben muy bien qué hacer, ahora que ya no hay dictadores, o lo saben muy bien».

«Julio César» o la fascinación del poder por el poder, una tragedia que se escribe diariamente en las páginas de la prensa.