Cuatro
frescos de
Pompeya,
la ciudad
italiana
destruida
en 67 d.C.
por la
erupción
del
Vesubio,
están
siendo
restaurados
en el
Museo
Nacional
de Boa
Vista de
Río de
Janeiro.
Las piezas
pertenecen
a la
Colección
de Arte
Romano de
la
emperatriz
Tereza
Cristina,
esposa del
emperador
Pedro II,
que las
trajo a
Brasil
junto a
otras 700
piezas que
integraron
así el
mayor
acervo de
la época
en
Latinoamérica.
El trabajo
de
restauración
está a
cargo de
los
especialistas
Pietro
Tranchina
y
Francesca
Rabi, de
los Museos
Arqueológicos
de Roma y
Bolonia
respectivamente,
quienes
iniciaron
las obras
sobre los
frescos el
martes.
"Las
cuatro
piezas son
del mejor
período
romano y
realizadas
por
artistas
anónimos
para las
casas de
Pompeya",
afirmó
Tranchina
a la
agencia
Estado.
La
restauración,
cuyo costo
se estimó
en unos
73.000
reales
(unos
36.000
dólares),
es
financiada
por la
Unión
Latina y
el
Instituto
Italiano
de
Cultura,
de San
Pablo.
En marzo,
las piezas
serán
expuestas
en la
muestra
Pompeya
Testimonio
de una
Civilización,
que se
realizará
en el
Museo de
Arte de
San Pablo,
con motivo
de las
celebraciones
por los
450º años
de la
fundación
de la
ciudad.