El año ha comenzado en el Museo Nacional de Arte Romano con el inicio de la esperada obra de ampliación, que permitirá un mayor desahogo tanto en las oficinas como en las salas de exposición. Para ello, ya está en marcha la demolición del edificio de viviendas aledaño al centro, un edificio que fue adquirido por el Ministerio de Cultura para la citada ampliación. Pese a que en un primer momento se decidió derribar este inmueble en el menor tiempo posible, «eso hubiera sido bastante malo tanto para la institución, porque el polvo hubiera penetrado en nuestros sistemas de calefacción, y también el entorno hubiera sufrido», explicó José María Álvarez. Por esa razón, se prefirió modificar el proyecto de obra y llevar a cabo el derribo poco a poco. Cuando concluya esta fase, se elaborará un estudio geotécnico del suelo y se procederá a la pertinente excavación, puesto que «las instituciones somos las primeras que tenemos que dar ejemplo», afirmó Álvarez. En cuanto a levantamiento del nuevo ala, ya se ha remitido el boceto definitivo al Ministerio de Cultura. «Imagino que seguirá la configuración del actual edificio, ahora que ya contamos con una manzana entera a nuestra disposición», añadió. «Así que el arquitecto que se encargue de la obra sabe perfectamente de qué dispone y cuáles son nuestras necesidades, lo que nos falta y lo que queremos; pero ahora un profesional tendrá que hacer factible nuestras ideas».