Un
control
arqueológico
realizado
en un
solar
ubicado
en la
zona Sur
de
Mérida
dio como
resultado
la
localización
de una
figura
de
terracota,
que
estuvo
cubierta
por
diversos
colores,
fechada
entre
los
siglos I
y II
después
de
Cristo y
que
podría
representar
a la
diosa
Minerva.
Un
estudio
realizado
por el
arqueólogo
Pedro
Dámaso
Sánchez
Barrero,
publicado
en la
revista
Foro y
recogido
por
Europa
Press,
indica
que esta
pieza se
halló
durante
este
control
del
Departamenteo
de
Seguimiento
de Obras
del
Consorcio
de la
Ciudad
Monumental
de
Mérida
en un
nivel de
vertedero
datado
en época
romana.
Este
espacio
fue
ocupado
en época
romana
por una
zona
funeraria
así como
industrial,
de ahí,
la
presencia
de
tumbas
de
incineración
e
inhumación
asociadas
a
edificios
funerarios
de
diferente
fábrica
y en un
aceptable
estado
de
conservación.
La
terracota
se
encontraba
tirada
junto a
fragmentos
de
cerámica
de época
romana,
sigillatas,
paredes
finas y
estucos,
entre
otros
elementos,
formando
un nivel
de
vertedero
con un
espesor
variable.
"Toda la
cerámica
recuperada,
a la
espera
de un
estudio
más
preciso,
no va
más allá
de la
segunda
mitad
del
siglo II
después
de
Cristo,
por lo
que nos
puede
dar una
pista
sobre el
momento
cronológico
de esta
pieza",
explica
Sánchez
Barrero.
Esta
figura
de
terracota,
que está
realizada
a molde
y
aparece
rota de
antiguo,
faltándole
la
cabeza,
posee
una
altura
conservada
de 14
centímetros.
Sobre
una base
rectangular,
se apoya
una
figura
con
túnica e
indumentaria
de tipo
militar.
El
pectoral
aparece
decorado
con una
pieza
con el
rostro
de
Medusa,
que
debió ir
pintada
de azul,
ya que
en
alguno
de los
pliegues
se
conservan
restos
de este
pigmento.
La
figura
porta un
escudo
cogido
con la
mano
izquierda
donde se
representa,
en la
parte
central,
el mismo
motivo
mitológico
que en
el
pectoral.
En la
mano
derecha,
debió
llevar
otro
tipo de
arma,
posiblemente
una
lanza,
de la
que no
se
conserva
nada. La
parte
posterior
de la
figura
no está
trabajada
y
únicamente
aparecen
las
manos,
de forma
bastante
esquemática,
dando a
entender
que esa
parte de
la pieza
no debía
ser
vista.
La
terracota
estaba
fabricada
con
barro
blanquecino
y con
engobe
de color
anaranjado,
bastante
bien
conservado,
y estuvo
cubierta
por una
gama de
colores
dependiendo
de la
zona
corpórea,
en
concreto,
de azul
en el
pectoral
y un
rojizo
en otras
partes
del
cuerpo.
La
contextualización
de la
pieza
hace
pensar
que fue
arrojada
allí
junto a
restos
de
estucos
y
material
cerámico,
descartando
por el
momento
que
pueda
asociarse
a
cualquier
tumba
ubicada
en las
proximidades.
La
pieza
está en
fase de
estudio,
aunque
todo
hace
indicar
que
podría
encuadrase
a
finales
del
siglo I
o
inicios
del II
después
de
Cristo y
representaría
a la
diosa
Minerva,
identificada
con la
Atenea
helénica,
con el
escudo,
la lanza
y la
representación
de la
Gorgona
que le
había
dado
Perseo.
El solar
donde se
localizó
la
terracota
había
sido
excavado
con
anterioridad,
exhumándose
la
presencia
de un
área
funeraria
con
incineraciones
asociadas
a un
muro de
grandes
dimensiones
en
dirección
Norte
Sur y
con
numerosos
contrafuertes
que dan
consistencia
a la
fábrica.
También
se
localizó
un horno
de
pequeñas
dimensiones
y
estructuras
conservadas
a nivel
de
cimentación
asociadas
a él.