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28-10-2003

Larissa Álvarez Perris Revista CLIO

'Niké' - Juego y victoria en Roma. Anfiteatro Flavio (Coliseo), del 4 de julio de 2003 al 7 de enero de 2004
Roma inauguró la presidencia italiana de la Unión Europea con una muestra dedicada a NIKÉ ("victoria", en griego) en uno de los símbolos de la ciudad, el Coliseo. "Niké. juego y victoria" es una muestra que, hasta el 7 de enero de 2004, une cultura y deporte entre las paredes del anfiteatro Flavio para recrear los antiguos juegos olímpicos tal como eran en el mundo clásico.

La exposición presenta cómo eran los juegos en el mundo griego y romano a través de más de setenta obras de arte procedentes de diversos museos italianos e internacionales, como el Louvre y el Staatliche Museum de Berlín. Esculturas, vasos cerámicos, mosaicos y otros objetos permiten analizar los orígenes del deporte en la antigüedad y la sublimación y celebración de la niké (la "victoria", en griego), la gran protagonista de la muestra.

En Grecia, los juegos se organizaban en competiciones entre individuos. Nunca llegaron a incluir los deportes de equipo, una de las grandes diferencia con las Olimpiadas de la era moderna. El atleta, personalmente, tenía que demostrar su valía. Una vez obtenida la victoria, el gimnasta conseguía la inmortalidad y una fama que honraba su nombre, sus cualidades personales ¿tanto físicas como morales¿ y confería la gloria de su ciudad de origen. Porque los griegos tenían un concepto más profundo de la victoria del que se ha conservado en la sociedad actual. Ir al estadio, entrenarse en el gimnasio o participar en las competiciones, incluso como espectador, eran actividades que completaban al hombre. En la antigua Grecia, el premio estaba representado por los símbolos más característicos del mundo mediterráneo, como una rama de olivo, laurel o palma, que llenaban de orgullo a los vencedores. Pero si en el ámbito helénico el deporte era una actividad noble, para los romanos se transformó en sinónimo de diversión y ocio, con una afición que pasó a la historia como apasionada, desenfrenada e incluso cruel, como en el caso de las luchas entre gladiadores. Los juegos de origen griego tuvieron una fuerte influencia en el mundo romano, especialmente en época del emperador Domiciano, de la dinastía flavia, que realizó el primer estadio permanente en Roma (localizado en la actual plaza Navona), restauró el circo Máximo y finalizó las obras del Coliseo.

El recorrido de la muestra

La muestra se inicia con la Niké de Nápoles, del siglo I, una de las esculturas más bellas de la antigüedad realizadas en mármol. A pesar de la ausencia de la cabeza y de los brazos, sigue provocando un efecto único y embriagador, por la voluptuosidad de los pliegues del vestido y la ligereza del movimiento. En el arte griego y romano, las figuras que representaban la victoria eran mujeres aladas, imponentes, con vestidos largos y sinuosos. Niké se movía en el mundo de los hombres y saltaba al Olimpo de los dioses para llevar el nombre, el recuerdo y la imagen del triunfador. Las alas le servían para conducir al vencedor a lo más alto, más allá del mundo de los mortales. Eran el reflejo de la velocidad con la que pasaba la gloria, pues para un atleta, o para un guerrero, era muy difícil conservar la victoria a lo largo de las competiciones o las batallas. La niké se convirtió en algo inalcanzable.

Otras de las piezas que se exhiben son los vasos áticos griegos que reflejan una decoración exquisita de figuras rojas y negras con escenas deportivas y triunfales, así como diversas esculturas de bronce, entre las que destaca Los corredores de la villa de los Papiros de Herculano: los dos atletas se encuentran inmortalizados en el momento de salida de la carrera. Completan la colección el ajuar de la tumba de Lanuvio y Vulci, que presenta algunos de los instrumentos que eran usados por los gimnastas en los juegos, el Doríforo de Policleto y el Discóbolo de Lancelotti, copia de la famosa obra de Mirón, que representa el momento en el que el atleta está realizando el lanzamiento del disco.

El Coliseo - Un marco incomparable

Esta muestra, organizada por el Ministerio de Actividades y Bienes Culturales y la Superintendencia Arqueológica de Roma, forma parte de la dinamización cultural del anfiteatro flavio y es la segunda exposición que se lleva a cabo en este gran símbolo del Imperio Romano. La primera muestra fue "Sangre y arena", dedicada al mundo de los gladiadores y los juegos circenses, y se celebró durante el segundo semestre del año 2001. Con la exposición sobre "Niké", el Coliseo presenta otras novedades. Dos ascensores en el ala norte facilitan el acceso al segundo nivel del edificio. Por otro lado, la presencia de una plataforma que reconstruye parcialmente la arena y de un puente que cruza el centro del anfiteatro ofrece al público una mejor vista de los subterráneos. Esto permite al visitante imaginar las emociones e inquietudes de los gladiadores cuando salían a la arena. Las nuevas instalaciones han permitido, también, la realización de diversos conciertos en los que intervinieron Ray Charles, Noa y Paul McCartney.

El Coliseo fue sede de los juegos desde su inauguración en el año 80 hasta el 523, período en el que el pueblo romano disfrutó con los cuatro tipos de competiciones: las batallas navales (solo posibles durante los diez primeros años de vida del Coliseo), las luchas entre gladiadores, la caza de fieras por parte de gladiadores y aquellas en que los condenados a muerte eran ofrecidos a las fieras.

 

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