El Centre
Valencià
de
Cultura
Mediterrània
'La
Beneficència'
de
Valencia
inaugurará
hoy una
exposición
con cerca
de 300
piezas
que
ofrecen
una
visión de
la
historia
y las
tradiciones
de Túnez.
Mosaicos,
cerámicas,
indumentaria,
joyas,
tejidos y
pergaminos
son
algunos
de los
elementos
presentes
en esta
muestra,
coproducida
por la
Diputación
de
Valencia,
el
Instituto
Europeo
del
Mediterráneo
y el
Instituto
Nacional
de
Patrimonio
de la
República
de Túnez.
Las
sociedades
prehistóricas,
la
llegada
de los
fenicios,
el sector
artesanal
de
Cartago,
la
influencia
romana,
el
mosaico
en época
cristiana
y
diversas
muestras
de las
artes y
las
tradiciones
populares
tunecinas
son parte
de los
contenidos
de esta
exposición,
que se
podrá
contemplar
en el
Museo de
Prehistòria
i de les
Cultures
de
València
hasta el
próximo
18 de
enero.
El
presidente
de la
Diputación
de
Valencia,
Fernando
Giner,
destacó
que la
muestra
"está en
la línea
de
profundizar
en las
relaciones
de
hermandad
y amistad
que unen
a los
pueblos
valenciano
y
tunecino"
y, al
respecto,
resaltó
los
"vestigios"
existentes
en la
cultura
valenciana
de los
pueblos
árabe-bereberes.
En este
sentido,
se
remontó a
la
Historia
para
subrayar
que entre
los
siglos
VIII y X
los
bereberes
fueron,
de todas
la
migraciones
recibidas
en
territorio
valenciano,
"los que
más se
valencianizaron".
Recalcó
que de la
influencia
árabe-bereber
"conservamos
la
herencia
gastronómica
y el amor
a la
pólvora,
a la
música y
a la
poesía" y
añadió
que
"nuestra
antropología,
toponimia,
sociología
y hasta
nuestra
lengua
valenciana
está
llena de
préstamos
lingüísticos,
lo cual
nos
convierte
en un
pueblo
singular
y
diferenciado".
También
se
refirió a
la ayuda
pedida
por el
rey
Zayyán al
emir de
Túnez
contra
las
tropas de
Jaume I y
al
posterior
exilio
del Cadí
de
Valencia
al país
africano.
Destacó
los
"grandes
lazos en
común"
entre los
pueblos
de
Valencia
y Túnez
y, en
este
sentido,
destacó
que el 20
por
ciento
del
turismo
español
que viaja
cada año
a Túnez
procede
de la
Comunidad
Valenciana.
Asimismo,
destacó
la
"generosidad"
de las
autoridades
tunecinas
por
posibilitar
la salida
de obras
de arte
de sus
museos
más
importantes.
Por su
parte, el
ministro
de
Cultura,
Juventud
y Ocio de
Túnez,
Abdelbaki
Hermassi,
señaló
que a
través de
la
muestra
se
pretende
demostrar
que los
pueblos
tunecino
y
valenciano
"tienen
algo que
los
distingue
y, a la
vez, los
une" y,
entre los
puntos en
común,
señaló el
"amor por
la vida y
el arte";
la figura
del poeta
y
diplomático
valenciano
Aben Al
Abbar,
que se
estableció
en Túnez;
y la
cerámica.
"LUGAR DE
ENCUENTRO"
Sobre
este
último
aspecto,
Abdelbaki
Hermassi
destacó
la
intención
de su
gobierno
de
desarrollar,
a través
del
Instituto
de
Estudio
de la
Cerámica,
la
colaboración
industrial
entre
Valencia
y Túnez.
Asimismo,
subrayó
la
oportunidad
que
ofrece la
exposición
como
"lugar de
encuentro
de
nuestra
historia
común y
del
futuro".
La
exhibición
en
Valencia
de la
muestra,
que entre
el 28 de
mayo y el
31 de
agosto de
2003 se
pudo ver
en el
Museu
d'Història
de la
Ciutat de
Barcelona,
es fruto
de un
acuerdo
firmado
hace dos
años por
el
Instituto
de
Patrimonio
del
Ministerio
de
Cultura
de la
República
de Túnez
y la
Diputación
de
Valencia.
Entre las
piezas
que
integran
la
selección
-todas
ellas
originales
y en su
mayoría
procedentes
del Museo
Nacional
de
Cartago y
el Museo
del
Bardo-,
destaca
un
baptisterio
del siglo
VI
procedente
de
Bekalta,
ya que se
trata de
la
segunda
ocasión
en la que
esta
pieza se
exhibe
fuera de
Túnez
-también
se vio en
París
durante
el
mandato
de
François
Mitterrand-,
según
señaló la
comisaria
de la
muestra,
Aïcha Ben
Abed Ben
Khader.
La pieza,
descubierta
hace
apenas 10
años,
destaca
por su
forma,
única en
su
género,
ya que
por su
profundidad
permitía
el
bautismo
de
adultos
por
inmersión.
Aïcha Ben
Abed Ben
Khader
también
resaltó
un
fragmento
de un
'Corán
azul' del
siglo X y
"único en
el
mundo",
afirmó.
Se trata
de un
pergamino
de fondo
azul con
inscripciones
en oro,
procedente
de la
mezquita
de
Kairuán.
Otras
obras que
completan
la
muestra
son
mosaicos
del Museo
Nacional
del
Bardo,
una
estela de
piedra
con ocho
divinidades,
urnas
cinerarias,
collares,
terracotas,
copas
decoradas,
trajes de
boda,
túnicas,
chalecos,
joyas,
pinturas
bajo
vidrio,
piezas de
cerámica
y
alfombras.
Todas
ellas se
distribuyen
en dos
salas
dedicadas
a la
arqueología
y la vida
cotidiana.