Gladiator
pone a
prueba
nuestras
convicciones
ideológicas
en la
arena del
circo, en
una
aventura
que mezcla
a partes
iguales
acción y
lucha. Un
juego que
no puede
faltar en
la
estantería
de los que
apostaron
por la
consola de
Bill Gates.
Los
gladiadores
el Imperio
Romano se
convierten
en
protagonistas,
una vez
más, de un
juego de
lucha, que
esta vez
viaja al
universo
de los
Xbok para
acercar un
poco de
sangre y
buenas
dosis de
violencia
sobre la
arena del
circo. Y
es que el
Imperio,
tras la
muerte de
Trajano,
se
encuentra
sumido en
una época
de
decadencia,
de excesos
y de
despotismo,
que lleva
al
Emperados
Arruntius
a derribar
parte de
la ciudad
de Roma
para
construir
un
circuito
de batalla
inmenso;
un campo
que medirá
la valía
de los
gladiadores
con
trampas,
pasadizos
y
desiguales
batallas
en el
circo. En
esa
vorágine,
Thrax
saltará al
Coliseo
sin saber
que sus
pasos se
dirigen
más allá
de una
lucha sin
cuartel a
vida o
muerte,
enlazando
lo divino
y lo
humano, lo
real con
la
mitología
romana
clásica.
Para
empezar
habrá que
advertir
que
gráficamente
el juego
resulta
muy poco
vistoso.
El
modelado
de los
personajes
y las
texturas
no es nada
del otro
mundo,
aunque se
mejora en
parte por
un buen
tratamiento
de las
luces y
sombras,
cambiantes
a medida
que se va
desarrollando
el día, lo
que
confiere a
la
historia
un
desarrollo
lineal que
se
agradece;
al igual
que se
agradece
un juego
de cámara
móvil,
dinámico,
pero que
no
repercute
negativamente
en el
control de
nuestro
personajes
aunque
cambie sus
ángulos de
visión
incluso
durante el
combate;
todo un
acierto de
los chicos
de Acclaim.
Otro punto
a favor de
Gladiator
se centra
en el uso
de las
armas, que
influirán
directamente
en la
agilidad y
velocidad
de
nuestros
movimientos.
Así, no
será lo
mismo usar
una espada
larga y
ligera que
una pesada
hacha, por
lo que
será la
naturaleza
de la
herramienta
de guerra
que
hayamos
seleccionado
la que
determine
los
movimientos
de ataque
y de
defensa
que vamos
a
realizar.
Y lo mismo
ocurre con
los cascos
y
armaduras
con los
que
equipemos
a nuestro
protagonista
para
defendernos,
algo que
nos hará
falta
porque la
sangre en
este juego
está
garantizada
y la vamos
a tener
constantemente
en la
pantalla,
el motivo
esencial
de que se
haya
tenido que
subir el
listón en
la
recomendación
por edades
del juego.
En algunos
momentos,
sobre todo
a la hora
de
enfrentarnos
con algún
enemigo,
la
aventura
se
transforma
en un
auténtico
juego de
lucha, con
combos
finales
para
finiquitar
a nuestro
rival si
lo
deseamos,
porque eso
es lo
curioso de
toda la
historia:
en nuestra
mano
estará si
dejamos
vivir o
deseamos
ver morir
a los
enemigos
que nos
encontremos
en la
aventura.
En cuanto
a la
jugabilidad
general
del
título, el
cuidado
guión, la
variedad
de
objetivos
y la IA
aceptable
de los
enemigos
hacen que
Gladiator:
The Sword
of
Vengeance
sea un
juego muy
recomendable,
sobre todo
para los
que
recuerdan
títulos
como
Golden Axe,
en el que
parece
inspirarse
claramente
la
creación
de Acclaim.
El hecho
de que
vayamos
ganando en
destreza a
lo vez que
avanzamos
en la
aventura,
perfeccionando
nuestra
capacidad
de lucha,
también es
un tanto a
favor de
esta
jugabilidad
bien
conseguida
en esta
ocasión,
con
controles
muy
intuitivos
y fáciles
de dominar
desde un
principio.
Definitivamente,
estamos
ante uno
de los
títulos
mejor
conseguidos
para la
Xbox, y si
se queda
un par de
pasos por
detrás de
otros
similares
que hemos
visto en
alguna
plataforma
es, sin
duda, por
la rémora
que
transporta
la consola
de Bill
Gates con
respecto a
la negra
de Sony.
Además, la
opción
gore y las
aniquilaciones
a nuestros
rivales le
otorgan un
punto de
madurez al
juego que
puede
atraer, y
mucho, a
los que
están
cansados
de mundos
de luz y
de color
en donde
no cae una
gota de
sangre. |