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culturaclasica.com
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artículo
19/11/03 |
Carmen
González
de Vega ●
aviladigital.com |
Emilio
Rodríguez
Almeida
presenta
una
renovada
edición de
su obra
Ávila
romana |
El
auditorio
del
Palacio
Los
Serrano
albergó
ayer una
charla-coloquio
en la que
se
presentó
la segunda
edición de
la obra
Ávila
Romana,
del
arqueólogo
abulense
Emilio
Rodríguez
Almeida.
Una
edición
que cuenta
con
numerosas
novedades
y que
amplía y
renueva la
primera,
ya
obsoleta,
escrita
por
Rodríguez
Almeida en
1978.
Son muchos
los años
que este
abulense
ha
dedicado a
la
investigación,
primero
“por
curiosidad”
para luego
dedicarse
a ello de
una manera
más
exhaustiva
y
profesional.
Sobre sus
espaldas
pesan,
además de
las
investigaciones
sobre el
origen
romano de
Ávila,
cuarenta
años de
trabajo en
Roma,
ciudad que
abandonó
el año
pasado,
para
asentarse
de forma
definitiva
en la
capital
abulense.
Ávila
romana
es la
primera
obra
publicada
sobre la
arqueología
abulense,
centrándose
en el
municipio
como
ciudad
romana. Se
gestación
fue muy
laboriosa
y eso se
ha visto
recompensado
por el
éxito
cosechado
de la
primera
edición.
Esta
segunda
edición,
según
explica el
autor,
“recoge
toda la
vieja y
añade
cosas
nuevas de
las
noticias
arqueológicas
de los
últimos
años, y
sobre todo
recoge una
nueva
serie
epigráfica
que nos
hace
llegar a
180
inscripciones”.
Origen
romano
Y es que
el origen
de Ávila
es romano.
Emilio
Rodríguez
Almeida
recopiló
los pocos
datos
existentes
en la
época, a
través de
la
cerámica
en
particular,
ya que no
se hacían
excavaciones
en las
ciudades.
Pero no
sólo la
ciudad de
Ávila es
romana,
sino que
este
arqueólogo
también ha
demostrado
el origen
romano de
las
murallas,
dato que
se
constata
con la
existencia
de dos
torres
romanas en
la puerta
de San
Vicente, y
los
epígrafes
funerarios
que se
encuentran
en el lado
oeste, “el
mejor
museo
lapidario
romano que
exista en
España”.
Entre las
novedades
más
destacables
de esta
segunda
edición se
incluye la
dedicada a
los viales
de la
carretera
romana que
va desde
Narros del
Puerto
hasta
Peñaranda
(ramal de
la calzada
del Puerto
del Pico),
y que
confirma
que “las
grandes
cañadas
tiene un
origen
prerromano
y fueron
transformados
por los
romanos”;
o que el
nombre de
la ciudad
fue desde
su origen
Ávila, y
no Abula u
Óbila,
nombres
dados al
municipio
y que
previsiblemente
proceden
de la
época
medieval.
A pesar de
estar
afincado
definitivamente
en Ávila,
Emilio
Rodríguez
Almeida
mantiene
aún alguno
lazos de
unión con
Roma, ya
que tal y
como
explica
“de vez en
cuando
asisto a
congresos
y
propuestas
que tengo
que llevar
a cabo; de
hecho mis
últimos
libros han
sido
publicados
allí en el
último
año”. |
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