El Museo
Arqueológico
de
Nápoles
acoge
«Historia
de una
erupción»,
una
muestra
que
pretende
reconstruir
la
realidad
de la
ciudadanía
de
Pompeya
y
Herculano
en el
momento
que
fueron
sepultados
por la
lava y
las
cenizas
del
Vesubio.
Las
piezas,
procedentes
de las
últimas
excavaciones,
muestran
la ira
del
volcán a
través
de la
historia
de sus
propietarios
ROMA.
Descubrir
cómo
vivían y
qué
ocurrió
a los
ciudadanos
de
Pompeya
y
Herculano
cuando
el
Vesubio
les
enterró
para
siempre
es el
objetivo
de la
muestra
«Historia
de una
Erupción»,
que se
expone
en el
Museo
Arqueológico
de
Nápoles
desde
mañana
hasta el
31 de
agosto.
Las
últimas
excavaciones
en
Herculano,
Pompeya
y
Oplontis
han
descubierto
nuevos
frescos,
joyas,
esculturas,
objetos
de la
vida
cotidiana
y nuevos
cuerpos
que
describen
la vida
en
Pompeya
en el
momento
de la
erupción
y que,
por
primera
vez, son
mostrados
al
público.
Si la
erupción
del
Vesubio
en el 79
d.C.
canceló
ciudades
enteras,
la lava
y la
ceniza
que las
cubrió
las ha
conservado
excepcionalmente
para las
siguientes
generaciones.
Muchas
de las
personas
enterradas
por la
ceniza
emanada
por el
Vesubio
han
podido
ser
descubiertas
junto a
sus
pertenencias
en sus
casas o
donde
trabajaban,
facilitando
la
reconstrucción
de la
vida de
la
época.
La ira
del
Vesubio
De todas
las
exposiciones
realizadas
sobre
Pompeya,
la
novedad
de esta
muestra
es
contar
la ira
del
Vesubio
a través
de
historias
de
personas
que se
encontraban
dentro
de sus
casas o
que
intentaron
huir y
que han
sido
encontradas
con las
pocas
pertenencias
que
intentaban
salvar.
El Museo
Arqueológico
muestra
13
cuerpos
humanos
calcificados
de
madres,
niños,
soldados
y
prostitutas
pompeyanos,
sorprendidos
por las
cenizas
del
volcán
cuando
intentaban
huir y
de
algunos
de los
ciudadanos
de
Herculano
que
murieron
dramáticamente
a la
orilla
del mar.
Cada
historia
está
descrita
en su
contexto,
rodeada
por sus
objetos
de vida
cotidiana.
Son 10
esculturas,
500
joyas,
200
objetos
de uso
común y
una
excepcional
caja
fuerte
en
hierro y
bronce
los que
describen
la vida
en
Pompeya
y
Herculano,
como la
de una
prostituta
que
intentaba
escapar
llevando
consigo
todas
sus
joyas.
Se trata
además
de una
excepcional
ocasión
para
admirar
por
primera
vez 30
frescos
descubiertos
en las
últimas
excavaciones.
Entre
ellos,
los de
la casa
de
Moregine,
un
barrio
de
Pompeya.
Nueve
paredes
pintadas
en el
estilo
IV que
decoraban
tres
triciclos
de lo
que se
cree
podía
ser un
hotel de
la época
y que
representan
temas
mitológicos,
como la
historia
de los
Dioscuros
y la
diosa
Venus,
las
musas y
Apolo y
la
personificación
de Roma
amazona.
Entre
los
últimos
descubrimientos
también
se
presentan
las
pinturas
en
estilo
II de la
Villa
Terzigno,
que
recuerdan
mucho a
los
frescos
de la
casa de
los
«Misterios»,
que se
puede
visitar
en
Pompeya.
«La
exposición
es fruto
de un
largo
trabajo
que ha
intentado
reconstruir
la
realidad
y las
asociaciones
originales
de los
descubrimientos
que se
han
producido
desde
1738
hasta
ahora»,
explica
el
delegado
de la
muestra
napolitana,
Pietro
Giovanni
Guzzo.
El
objetivo,
comenta,
es
«ayudar
a los
visitantes
a
imaginar
lo que
ocurrió,
a través
de las
historias
de
nuestros
antepasados».
La
reconstrucción
de las
Casas
Pompeyanas,
en el
enorme
Salón de
la
Meridiana
del
Museo
Arqueológico
de
Nápoles,
resulta
espectacular,
mientras
que en
la sala
de los
papiros
de
Herculano
se
exponen
el resto
de los
nuevos
descubrimientos.