La
Delegación
de
Cultura
exigirá
la
integración
in situ
de los
restos
de una
lujosa
casa
romana
del
siglo II
en una
edificación
de nueva
planta
CÓRDOBA.
La
Delegación
de Cultura
de la
Junta de
Andalucía
obligará a
que la
villa
romana
descubierta
en el
barrio de
Santa Rosa
de la
capital
cordobesa
sea
conservada
íntegramente
y en el
mismo
lugar en
el que se
han
hallado
los
restos,
"pues es,
sin duda,
un
yacimiento
de una
singularidad
única por
la riqueza
ornamental
de sus
mosaicos y
su buen
estado de
conservación",
según
manifestó
la
delegada
del ramo,
Rafaela
Valenzuela,
a el Día
de
Córdoba.
Esta
decisión
fue tomada
ayer por
el equipo
de
expertos
que
conforman
la
Comisión
de
Patrimonio
Histórico,
después de
estudiar
el informe
presentado
por los
arqueólogos.
Se trata
de un
hallazgo
excepcional,
puesto que
es la
primera
vivienda
de estas
características
que ha
sido
hallada en
la ciudad
en tan
buen
estado de
conservación.
La
delegada
definió la
construcción
como una
vivienda
de lujo
erigida en
el siglo
II y que
perteneció
a una
familia
patricia.
La
Delegación
exigirá,
asimismo,
que estos
restos
sean
integrados
en el
edificio
de nueva
planta que
se planea
construir
en el
solar de
la calle
El
Algarrobo,
que cuenta
con una
superficie
de más de
2.000
metros
cuadrados.
La
integración
de estos
restos
debe ser,
desde
ahora,
punto
indispensable
del nuevo
proyecto
del
edificio
de nueva
planta que
deberá
formular
el
arquitecto.
Dicho
proyecto
deberá
contar,
además,
con el
visto
bueno de
la
institución
cultural
antes del
comienzo
de la
edificación.
Según
indicó
Rafaela
Valenzuela,
los
constructores
tendrán
también
que asumir
las
correspondientes
medidas de
protección
para que,
en el
desarrollo
de las
obras,
"los
restos no
sufran
ningún
deterioro
y queden
protegidos".
La villa
romana,
fechada
por el
equipo de
expertos
en torno a
la primera
mitad del
siglo II
d.C, es
una
construcción
muy lujosa
que sigue
los
trazados
habituales
de la
arquitectura
de la
época y
que, según
se
presupone,
sirvió de
morada a
una
familia
influyente
de la
ciudad. La
villa se
caracteriza
por ser
una
construcción
con un
patio
central (o
peristilum)
octogonal
rodeado de
columnas,
en torno
al cual se
distribuyen
el resto
de
estancias.
Destacan
fundamentalmente
dos
estructuras
hidráulicas
como son
un ninfeo
o fuente
monumental
y un
estanque.
No
obstante,
es
especialmente
reseñable
la riqueza
ornamental
de la
villa
romana, en
la que se
conserva
una
profusa
colección
de
mosaicos
figurativos
que
decoran el
pavimento
de la
mayor
parte de
las
estancias.
También
han sido
hallados
algunos
restos
cerámicos
y monedas
que
deberán
ser
estudiadas
por un
equipo de
expertos.
En la
provincia
de Córdoba
tan sólo
se
conserva
una villa
romana
semejante
a esta y
está
ubicada en
el Ruedo,
en el
término
municipal
de
Almedinilla.
Esta
edificación,
también de
carácter
rural, es
anterior,
porque
está
datada en
torno al
siglo I d.
C.
Compuesto
por varios
edificios,
sus
moradores
explotaban
las
tierras
circundantes
del río
Almedinilla.
En ella se
aprecia
una zona
residencial
-formada
por un
patio
central o
peristilum,
habitaciones,
comedor,
cocina,
biblioteca
y
almacenes-
y otra
zona
productiva,
en la que
se
distinguen
dos
albercas.
Lujosas
mansiones
hechas por
las
familias
patricias
Las
ciudades
romanas
del
Imperio se
convirtieron
en lugares
congestionados,
que en
épocas de
peligro no
podían
proporcionar
a sus
habitantes
los
productos
básicos.
Las
familias
más
influyentes,
muchas de
ellas
provenientes
de la
vecina
Itálica,
comenzaron
a
construir
casas en
el campo,
conocidas
como las
villas
romanas,
que se
procuraban
todo lo
que
necesitaban.
La mayoría
de los
historiadores
ha visto
en este
punto el
comienzo
de la Edad
Media,
etapa
histórica
caracterizada
por la
progresiva
ruralización
de la
sociedad.
En
general,
eran casas
muy
amplias y
cómodas
que se
organizaban
en torno a
un patio,
con pozo o
piscina
para
procurarse
agua, y
que
estaban
rodeadas
por las
diferentes
estancias.
Cada una
de ellas
tenía
diferentes
funciones
desde
dormitorio
hasta
recibidor,
cocina,
caballerizas,
habitaciones
para
esclavos,
eso sí,
dependiendo
de la
renta de
la familia
en
cuestión.
De ello
dependía
también en
buena
medida la
decoración
más o
menos
suntuosa y
con
fuertes
dosis de
intencionalidad.
Los
mármoles,
pinturas,
fuentes,
surtidores
y mosaicos
servían
para que
los
visitantes
conocieran
el estatus
social del
propietario.
Es la
materialización
de un modo
de vida
lujosa y
acorde con
los
recursos
económicos
del dueño.
También es
la zona
donde se
llevó a
cabo el
ocio y el
disfrute
de la vida
debido a
la
atmósfera
sensual
que se
solía
crear en
el jardín. |