SEVILLA.
Las
provincias
de
Sevilla,
Jaén y
Córdoba
son en
estos
momentos
las que
con
mayor
virulencia
sufren
el
ataque
de los
expoliadores
de
yacimientos
arqueológicos
en
Andalucía,
donde se
concentran
al mismo
tiempo
el mayor
número
de
ellos,
según
manifestó
ayer el
portavoz
de la
Guardia
Civil en
Sevilla,
Rafael
Pérez,
al dar
cuenta
de la
incautación
de más
de 3.500
piezas
procedentes
de estos
ataques
al
patrimonio.
La
intervención
fue
llevada
a cabo
el
pasado
domingo
en el
popular
mercadillo
de la
plaza
del
Cabildo
de
Sevilla,
donde a
la
filatelia
y la
numismática
tradicionales
se han
sumado
de
manera
algo más
que
esporádica
vendedores
de
restos
arqueológicos
de
inconfesable
procedencia,
muchos
de los
cuales,
según la
Guardia
Civil,
se valen
de
rudimentarios
catálogos
para
ofrecer
a sus
posibles
compradores
piezas
de gran
volumen
que no
exponen
en sus
tenderetes
y cuya
transacción
se
realiza,
previa
cita,
fuera de
miradas
indiscretas.
Inspección
y
detenciones
Una
denuncia
previa
ante la
Guardia
Civil y
la
Policía
Local
fue ayer
el
argumento
defendido
por
ambos
cuerpos
para
llevar a
cabo el
cerramiento
de la
plaza
del
Cabildo
al
público
y la
subsiguiente
inspección
de un
total de
27
puestos
ambulantes,
en 18 de
los
cuales
fueron
intervenidas
un total
de 3.564
piezas,
la mayor
parte de
ellas
procedentes
de
expolios
arqueológicos,
aunque
también
las
había
falsas.
Este
detalle
fue
puesto
de
relieve
por la
Guardia
Civil,
ya que
algunos
de los
18
individuos
detenidos
en la
que
denominaron
«operación
Cabildo»
han sido
acusados
tanto de
un
delito
contra
el
patrimonio
como de
estafa,
ya que
vendían
piezas
falsificadas
como
auténticas
a los
incautos
que se
acercaban
a sus
tenderetes,
entre
los que
no
faltaban
los
turistas.
Las
falsificaciones,
según la
Guardia
Civil,
son de
muy
buena
calidad,
caso de
un
idolillo
calcolítico,
hasta el
extremo
de que
el
arqueólogo
de la
Junta de
Andalucía
que está
auxiliando
en las
diligencias
ha
tenido
dificultades
para
autentificar
algunas
piezas.
Otras
son
realmente
auténticas,
pero han
sido
«restauradas»
para
devolverles
sus
relieves
primitivos,
con lo
que
realmente
se las
ha
devaluado.
Entre
los
elementos
auténticos
intervenidos
destacan
2.180
monedas
romanas,
225 de
ellas de
plata;
258
iberorromanas;
254
medievales,
de las
que 21
son de
origen
islámico,
56 de
ellas
dirhams
de
plata, y
4
dinares
de oro.
También
había 31
monedas
iberas y
15
cartaginesas.
A estas
piezas
se suman
amuletos
fálicos
romanos,
sellos
de
plomo,
hachas
pulimentadas
del
tercer
milenio
antes de
Cristo,
anillos
de
plata,
candiles
islámicos,
lucernas
y llaves
romanas,
puntas
de
flecha,
un
ladrillo
tardorromano
y otros
objetos
presuntamente
extraídos
mediante
el
empleo
de
detectores
de
metales,
cuyo uso
está
prohibido.
Los
detenidos,
todos
los
cuales
quedaron
en
libertad,
pero a
disposición
judicial,
procedían
de
Sevilla,
La
Algaba
Espartinas,
Gines,
Utrera,
Los
Palacios,
La
Lantejuela,
Mairena
del
Aljarafe
y
Huelva,
lo que
no
necesariamente
señala
la
procedencia
de las
piezas,
ya que
los
pueblos
más
afectados
por el
expolio
de la
mismas
son
Aznalcóllar,Osuna
y
Estepa.
De los
detenidos,
tres son
viejos
conocidos
de los
miembros
del
Seprona,
ya que
estuvieron
implicados
en la
«operación
Tambora»,
la más
importante
llevada
a cabo
en
España,
en la
que
fueron
intervenidas
107.862
piezas
repartidas
en 2.870
lotes,
En la
comparecencia
de ayer
para dar
a
conocer
los
pormenores
de la
«operación
Cabildo»,
el
portavoz
de la
Guardia
Civil
destacó
que la
presión
que se
viene
ejerciendo
sobre
los
expoliadores
está
dando
como
resultado
un
«efecto
globo»,
ya que
«según
se les
aprieta»
se
comprueba
que
salen de
Andalucía
para
aparecer
en
Castilla
e
incluso
en el
norte de
España.
Sevilla
vía
Internet
Esta
misma
presión,
según la
Guardia
Civil,
ha dado
lugar a
un
cambio
en el «modus
operandi»
de los
expoliadores
más
organizados,
que
hacen
salir
las
piezas
de
España
-generalmente
a EE.UU.
y
Europa-
utilizando
contactos
a través
de
Internet.
Posteriormente,
estas
mismas
piezas
retornan
a
nuestro
país
amparadas
en
documentación
expedida
en otros
países ,
con lo
que se
les
pretende
otorgar
visos de
legalidad,
como si
hubieran
sido
adquiridas
legalmente,
cuando
realmente
se está
ante un
caso de
expolio
asociado
al
blanqueo
de
capitales.
Precisamente,
alguno
de los
detenidos
el
pasado
domingo
pretendió
«demostrar»
la
presunta
adquisición
de las
piezas
intervenidas
fuera de
España,
concretamente
en
Alemania,
si bien
el
análisis
de la
documentación
que
aportaron
para
justificar
la
compra
no ha
demostrado
tal
legalidad.
De
hecho,
no pocas
de las
piezas
intervenidas
estaban
aún
llenas
de barro
y
húmedas+,
lo que
por un
lado ha
dado pie
a los
investigadores
a pensar
que
habían
sido
expoliadas
pocas
horas
antes, y
de otro
a tener
la
certeza
de que
tras
estos
vendedores
hay una
red
organizada
que va
del «pitero»
o
encargado
de
arrasar
el
yacimiento
arqueológico,
al
expoliador
-paso
intermedio
en la
línea de
abastecimiento-
y
finalmente
al
vendedor,
unas
veces
mediante
tenderetes
como los
ahora
localizados
o a
través
de otro
tipo de
«contactos».
Según la
información
facilitada
ayer,
Sevilla,
con 233
yacimientos
expoliados,
se
encuentra
a la
cabeza
de las
provincias
andaluzas
más
dañadas
por
estos
carroñeros
del
patrimonio,
seguida
de Jaén,
con 98,
y
Córdoba,
con 52
yacimientos
dañados.
En el
resto de
Andalucía
se tiene
constancia
de 5
yacimientos
en
Huelva,
4 en
Málaga,
3 en
Granada
y uno en
Cádiz.
Curiosamente,
parte
del
expolio
procede
también
de
Badajoz,
donde se
han
detectado
20
yacimientos
expoliados,
Ciudad
Real,
con 5, e
incluso
Murcia,
con 3.
Otros 97
no han
sido
identificados.
En el
caso de
la
provincia
de
Sevilla,
por
comarcas,
la más
afectada
es la
Vega,
con un
total de
ciento
dos
yacimientos.