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14/12/03 |
ANA MARÍA
RUIZ/MÉRIDA
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Mérida fue
un regalo
personal
de Augusto |
El
emperador
adquirió
la
ciudad
con su
propio
dinero,
para
ofrecerla
a los
veteranos
de las
guerras
cántabras
y
astures
En
principio,
no se
fundó
como
capital
de
Lusitania
Mérida
fue
un
regalo
personal
del
emperador
Augusto
a
sus
veteranos
de
las
guerras
cántabras
y
astures.
Así
lo
explicó
ayer
Patrick
Le
Roux,
catedrático
de
la
Universidad
de
París
XIII,
durante
la
clausura
del
seminario
'El
ejército
romano',
que
tuvo
lugar
en
el
Museo
Nacional
de
Arte
Romano
(MNAR).
Según
aseguró
el
investigador,
el
análisis
de
los
textos
de
Dion
Casio
le
hace
pensar
que
el
emperador
compró
las
tierras
con
su
dinero
para
instalar
a
los
antiguos
soldados,
«por
lo
que
no
fue
un
acto
político
y
militar,
en
el
sentido
de
fundar
una
colonia,
sino
un
acto
de
generosidad
de
Augusto».
Asimismo,
afirmó
durante
el
transcurso
de
su
ponencia,
que
el
emperador
no
tenía
decidido
en
el
momento
de
la
fundación
de
Emérita
Augusta,
el
año
25
a.
C.,
que
ésta
fuera
la
capital
de
la
provincia
de
Lusitania
(algo
que
se
produjo
diez
años
más
tarde),
«pero
sí
quiso
fundar
una
colonia
con
muchas
posibilidades
de
crecer».
Por
tanto,
no
se
puede
decir
que
la
ciudad
tuviera
un
carácter
militar
claro
en
un
principio,
puesto
que
la
colonización
de
Roma
tenía,
desde
hacía
un
siglo,
un
papel
más
social
y
político.
Relación
con
el
ejército
No
obstante,
aunque
Mérida
no
gozara
de
esa
impronta
militar,
siempre
estuvo
relacionada
con
el
ejército
y lo
hizo
de
dos
formas.
Por
una
parte,
y
pesar
de
no
ser
una
reserva
de
reclutas,
la
colonia
contribuyó
a
engrosar
las
filas
del
ejército,
puesto
que
muchos
de
los
viejos
veteranos
querían
que
sus
hijos
formaran
parte
de
él.
Por
otro
lado,
la
presencia
militar
estaba
presente
en
Mérida
al
ser
ésta
una
capital,
por
lo
que
su
gobernador
requería
la
ayuda
de
soldados
para
la
administración
de
la
provincia.
De
esta
manera,
durante
los
siglos
I,
II y
III
existían
en
la
colonia
numerosos
militares
en
activo.
Respecto
a
los
monumentos
de
Mérida,
éstos
no
reflejan
expresamente
la
importancia
del
ejército,
por
no
estar
realizados
para
ello,
pero
sí
se
aprecia
en
ellos
la
posición
privilegiada
de
este
estamento.
«Iba
con
la
ideología
imperial,
que
abarcaba
la
victoria,
el
triunfo
sobre
los
bárbaros.
El
emperador
tenía
como
primera
función
el
mando
de
todos
los
ejércitos,
que
tienen
un
sitio
dentro
de
esa
visión
del
mundo»
aseguró
Le
Roux,
quien
añadió
que
en
un
estado
como
el
imperial
romano
no
se
podía
prescindir
del
ejército,
no
se
podía
vivir
sin
él.
Expectación
José
María
Álvarez,
director
del
MNAR,
se
mostró
muy
satisfecho
con
la
expectación
levantada
por
este
seminario,
«prueba
de
ello
han
sido
las
145
inscripciones
que
hemos
recibido»,
una
aceptación
que,
a su
juicio,
estaba
relacionada
con
la
temática
escogida.
«Hemos
elegido
este
tema,
no
porque
esté
de
moda,
sino
porque
se
conocía
poco
en
Mérida»,
alegó,
al
tiempo
que
reconocía
que
ha
sido
muy
importante
la
demanda
suscitada
por
alumnos
de
la
Uned
y de
la
Universidad
de
Extremadura,
que
también
participó
en
la
organización
del
programa.
Además,
Álvarez
quiso
destacar
la
procedencia
de
algunos
de
los
asistentes,
que
se
habían
desplazado
desde
diversos
puntos
de
España
para
asistir
a
este
seminario,
«con
lo
cual
el
MNAR
se
ha
convertido
nuevamente
en
la
capital
de
los
estudios
romanos,
lo
cual
es
buena
cosa
para
nosotros».
Ante
el
requerimiento
de
los
asistentes,
y
teniendo
en
cuenta
el
éxito
del
ciclo,
el
director
anunció
que
se
va a
proceder
a la
publicación
de
los
textos
de
las
conferencias
impartidas
por
Patrick
Le
Roux,
que
verán
la
luz
mediante
un
'Cuaderno
emeritense'.
Esta
iniciativa
forma
parte
de
los
programas
culturales
llevados
a
cabo
por
esta
institución
que,
según
explicó
José
María
Álvarez,
continuarán
durante
2004
con
la
intención
de
incrementar
el
prestigio
del
museo.
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