La
púrpura
imperial,
una
pintura
que en
su día
adornó
las
togas de
los
emperadores
romanos
y que
fue el
tinte
secreto
de la
reina
Cleopatra,
ha
vuelto a
ser
descubierta
por un
jubilado
británico,
según
publica
"The
Daily
Telegraph"
y reseña
la
agencia
Efe.
La
púrpura
imperial,
una de
las
pinturas
más
viejas
de las
conocidas
por el
hombre,
procede
del
murex
(un
molusco
gasterópodo),
y su
método
de
producción,
mantenida
en
secreto
durante
miles de
años, se
perdió
tras el
saqueo
de
Constantinopla
ocurrido
en el
año
1453.
John
Edmonds
descubrió
el
secreto,
como
siempre
suele
suceder:
por
casualidad
y sin
buscarlo,
ya que
en
realidad
estaba
investigando
la
fermentación
de las
pigmentaciones
de añil.
Utilizando
una
jarra de
berberechos,
molusco
similar
al murex,
Edmonds
fermentó
su
pigmentación
en una
solución
de agua
y
cenizas.
La
solución,
inicialmente
de color
púrpura,
con el
tiempo
se
volvió
verde,
pero al
entrar
en
contacto
con la
luz, se
cambió
de
nuevo,
esta vez
al
famoso
púrpura
imperial.
"La
tecnología
de la
Edad de
Hierro
permitía
este
proceso
de
pigmentación
tan
obvio
pero a
la vez
tan
complejo
y por
ello el
método
de
fabricación
se
podría
mantener
en
secreto
con
facilidad
y sólo
por
casualidad
pudo
descubrirse"
explicó
Edmonds.
"Creo
que fue
así como
se
tiñeron
las
velas
del
barco de
Cleopatra
mientras,
abrazada
a Marco
Antonio,
navegaba
hacia su
muerte
en la
famosa
batalla
de
Actium",
declaró
el
investigador
al
rememorar
a una de
las
reina
que más
despierta
interés
entre el
público
en
general.