Los
arqueólogos
siguen
excavando
en el
mayor
descubrimiento
de los
últimos
cinco
años.
Llíria se
convirtió
ayer en el
centro de
la
arqueología
valenciana
ya que se
presentaron
más de un
centenar
de piezas
romanas
del siglo
I d.C, el
hallazgo
más
importante
en los
últimos
cinco años
en la
Comunidad.
Las piezas
aportan
mucha
información
sobre las
relaciones
comerciales
y
costumbres
culinarias
de aquella
época.
Llíria
presentó
ayer el
hallazgo
arqueológico
más
importante
de la
Comunidad
Valenciana
en los
últimos
cinco
años. Un
muestreo
de los
cerca de
un
centenar
de piezas
romanas
del siglo
I fueron
exhibidas
en el
museo
arqueológico
de la
capital de
Camp de
Túria. El
acto contó
con la
presencia
del
director
general de
Patrimonio
Cultural,
David
Serra, el
alcalde de
Llíria,
Manuel
Izquierdo
y el
equipo de
arqueólogos
municipales
que han
dirigido
el
descubrimiento.
“Un tesoro
arqueológico”.
Así lo
denominan
por su
importancia
en el
número de
piezas, su
estado de
conservación
y la
diversidad
de formas.
Este
conjunto
cerámico
cerrado es
uno de
“los más
interesantes
de los
recuperados
en la
Comunidad
Valenciana
para el
conocimiento
de la
sociedad
romana del
siglo I d.
C”,
aseguran
los
arqueólogos.
De sus más
de 100
piezas
completas
recuperadas,
destaca la
gran
cantidad
de
cerámica
de mesa,
conocida
como terre
sigillata
procedente
de la
Rioja;
algunos
vasos de
paredes
finas
fabricados
en
Rubielos
de Mora;
cerámica
de cocina
de Túnez;
ánforas de
vino de
Gaza y
gran
variedad
de
cerámica
común de
mesa y
cocina que
cubre
todos los
procesos
de
elaboración
y
transformación
de
alimentos.
Costumbres
culinarias
Estos
vestigios
pertenecen
a los
últimos
años del
reinado
del
emperador
Domiciano
(81 a 96)
y aportan
una gran
información
sobre las
relaciones
comerciales
y las
costumbres
culinarias
de los
edetanos.
El
conjunto
cerámico
fue
hallado en
la zona
arqueológica
de la
avenida
dels Furs
24 y Plà
de l’Arc 9
de la
localidad
edetana.
Con la
excavación
del solar,
aparecieron
diversos
muros
pertenecientes
a una
construcción
con
porticado
bastante
arrasada y
abierta a
un espacio
situado al
aire libre
en el que
se
documentan
cinco
pozos de
profundidades
que
oscilan
entre uno
y nueve
metros,
excavados
en el
terreno
natural.
Este tipo
de pozos
es una
constante
en la
ciudad de
Llíria y
se
vinculan
con
ceremonias
votivas
dedicadas
a
divinidades
agrarias.
Según el
arqueólogo
Vicent
Escrivà,
uno de los
pozos
“parece
estar
dedicado a
la
divinidad
agraria
Liber
Pater (Baco).
A él se
dedican
los
objetos
que habían
formado
parte del
banquete
ritual y
en ellos
está
grabado,
por medio
de
grafitis,
uno de los
testimonios
más
interesantes
de la
Hispania
Tarraconensis
en lo
relativo a
la cultura
popular y
a la
educación”.
En la
mayoría de
las piezas
aparece el
grafito
PVERORVM
EVTYCHI/PONETVR
que se
traduciría:
De los
jóvenes
alumnos de
Eutyche.
Se puso.
El
director
general de
Patrimonio
aseguró
que Llíria
“será
pieza
fundamental
en la ruta
arqueológica
que
Cultura
pondrá en
marcha en
la
Comunidad
Valenciana”
y supondrá
un
“revulsivo
turístico”. |