Investigadores
de las
universidades
de
Baleares
y
Barcelona
están
realizando
el
estudio
de la
gestualidad
en la
antigua
Roma a
través
de los
textos y
la
iconografía.
Los
resultados
son tan
sorprendentes
como
curiosos,
ya que
concluyen
que
hacían
gestos
tan
habituales
para
nosotros
como
sacar la
lengua o
llamar a
alguien
con un
dedo,
pero
¿querían
decir lo
mismo?
De los
romanos
hemos
heredado
cosas
tan
importantes
como la
democracia,
pero lo
que no
sabíamos
es que
hasta
que nos
tiren de
las
orejas
por
nuestro
cumpleaños
tiene su
origen
en
ellos.
Una
investigación
de la UB
y de la
UIB
coordinada
por la
doctora
Antonia
Fornés
titulado
Los
textos
como
fuente
de
información
pragmática:
estudio
de la
gestualidad
en la
antigüedad
romana
llega a
unas
curiosas
conclusiones.
-
Elevar
el dedo
corazón
Extender
el dedo
corazón
era ya
un
insulto
en la
antigua
Roma. Se
cree que
su
origen
se
encuentra
en los
combates
de los
gladiadores.
Además,
han
pervivido
otros
gestos
con un
sólo
dedo
como el
de
llevarse
el
índice a
la boca
para
indicar
silencio.
-
Cuernos
Elevar
los
dedos
índice y
pulgar
ya
existía
incluso
antes
que en
la vieja
Roma.
Normalmente
se usaba
para
alejar
el mal
de ojo
pero
también
se podía
utilizar
como
insulto.
-
Orejas
de asno
El gesto
de
imitar
las
orejas
de un
asno
poniendo
los
dedos
índices
a los
lados de
la
cabeza y
moviéndolos
ya era
un gesto
de
burla.
Hoy en
día los
niños
aún lo
utilizan.
-
Sacar la
lengua
Los
romanos
tomaron
de los
galos el
gesto de
sacar la
lengua,
que para
ellos
significaba
estar
sediento
de
sangre.
Sin
embargo,
para los
romanos
era un
signo de
burla.
-
Llamar a
alguien
con el
dedo
Los
romanos
ya
usaban
su dedo
índice
para
llamar a
alguien.
También
usaban
la palma
de la
mano
extendida
hacia
afuera
como
señal de
“stop”.
-
Tocarse
la oreja
Plinio
decía
que la
sede de
la
memoria
está en
la
oreja,
por lo
que los
romanos
se
tocaban
el
lóbulo
de la
oreja
para
recordar
algo o
se lo
tocaban
a
alguien
para que
se
acordasen
de algo.
Este
gesto
formaba
parte
del
ritual
del
“antestatio”
cuando
se
citaba a
un
testigo
a un
juicio.
El
símbolo
de
tirarse
de las
orejas
en los
cumpleaños
tiene su
origen
en él.
-
Besar
los
dedos
Como
símbolo
de
adoración
a la
divinidad
era
frecuente
que
los
romanos
se
besasen
los
dedos
índice
y
pulgar
de la
mano.
También
usaban
este
gesto
para
decir
que
una
mujer
era
guapa.
Este
gesto
ha
pervivido
en
cuanto
al
origen
religioso
al
hacerse
la
señal
de la
cruz y
besarse
los
dedos
al
final.
En el
pagano,
en
querer
expresar
que
algo
nos
gusta
mucho.
-
Besar
cogiendo
por las
orejas
Los
romanos
solían
besar a
sus
hijos
cogiéndoles
por las
orejas.
Esta
manera
de
saludar
se llama
‘beso de
la
jarra’.
El día
21 de
abril,
fiesta
en honor
de la
diosa de
los
rebaños,
Pales,
era el
único en
el que
los
niños
saludaban
así a
sus
padres. Este
gesto
también
se
encuentra
en los
textos
cómicos
cuando
un
personaje
se burla
de otro.
-
“Cabeza
de
cigüeña”
Alargar
los
dedos de
la mano
unidos
(en
forma de
cabeza
de
cigüeña)
y
bajarlos
y
subirlos
es un
gesto de
burla
que ha
sobrevivido
en
tierras
de
cigüeñas,
como
Extremadura.
-
Limpiarse
la nariz
En la
antigua
Roma no
había
pañuelos
por lo
que la
gente se
limpiaba
la nariz
de las
mucosidades
con las
manos.
Los
fabricantes
de
embutidos
y de
salchichas,
como
estaban
ocupados
con la
comida,
se
limpiaban
con los
brazos.
-
Simbolizaban
los
números
con el
cuerpo
Los
números
del uno
al
millón
eran
representados
con
diferentes
movimientos
del
cuerpo.
El
cálculo
digital
lo
solían
usar los
oradores,
los
comerciantes,
y los
abogados,
de
quienes
estaba
muy mal
visto
que se
equivocasen.
-
Si no te
quieres
insinuar...
En la
antigua
Roma
gestos
como
sacar la
lengua
tosiendo,
tocar el
pie de
otra
persona,
dar la
mano
cuando
se sube
a la
cama
para
comer, o
limpiarse
con la
lengua
el labio
superior
cuando
existen
mucosidades,
se podía
interpretar
como
insinuación
sexual.
-
Y
Blancanieves
despertó...
Se creía
que las
personas
difuntas
sobrevivían
en el
ser
amado si
éste
mediante
un beso
en la
boca se
llevaba
su alma.
La idea
era que
el alma
residía
en el
aliento.
De ahí
los
cuentos
de las
princesas
que
resucitan
con un
beso.
|