LOS EXPOLIADORES |
Reincidentes: Un tercio de los denunciados por expolio son reincidentes, según datos de la Guardia Civil, lo apunta a una cierta organización.
Jaén, en el grupo de cabeza: Con las denuncias estudiadas por el Instituto Armado durante cuatro años, Jaén estaba a la cabeza de expoliadores denunciados junto a Sevilla y Córdoba. El expoliador actúa normalmente cerca de su zona de residencia.
Poco género encima: Normalmente cuando la autoridad sorprende a un expoliador en el campo suele llevar encima pocos objetos. Las grandes colecciones se encuentran en el registro de sus domicilios. |
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La
Guardia
Civil
de
Fuerte
del
Rey
ha
sorprendido
a
dos
expoliadores
que,
equipados
con
detectores
de
metales,
recorrían
el
yacimiento
de
las
Atalayuelas,
en
término
de
Fuerte
del
Rey
y
cerca
de
Torredelcampo,
en
busca
de
restos
arqueológicos.
El
botín
que
llevaban
encima
no
era
demasiado
cuantioso,
unas
doce
piezas,
pero
esquilma
aún
más
un
yacimiento
que
ya
ha
sufrido
a
fondo
la
acción
de
los
expoliadores.
Los
agentes
del
instituto
armado,
que
hacían
labores
de
vigilancia
en
el
yacimiento
durante
el
pasado
puente
de
la
Constitución,
se
incautaron
de
cuatro
trozos
de
cerámica,
un
botón
de
metal,
una
medalla,
cuatro
monedas
y
varias
piezas
de
metal.
En
las
Atalayuelas
se
tiene
constancia
de
la
existencia
de
restos
de
poblados
de
la
Edad
del
Cobre
y
del
Hierro,
aljibes
y
asentamientos
romanos
y de
la
baja
Edad
Media.
Antecedente
En
esta
ocasión
los
expoliadores
eran
dos
y
equipados
con
sencillos
detectores
de
metales.
Pero
en
2002
intervinieron
más
de
20
personas
en
una
operación
de
gran
envergadura,
en
la
que
se
llegaron
a
cavar
pozos
de
más
de
dos
metros
de
profundidad
y
considerable
diámetro.
Los
investigadores
del
Centro
Andaluz
de
Arqueología
Ibérica
aseguraron
entonces
que
el
daño
realizado
había
sido
enorme,
uno
de
los
expolios
más
serios
al
patrimonio
arqueológico
provincial
de
los
últimos
años.
Se
hablaba
directamente
de
bandas,
mafias
y
grupos
organizados
como
responsables.
A
tal
punto
llegó
la
cosa
que
la
delegación
provincial
de
Cultura
y el
Centro
Andaluz
de
Arqueología
Ibérica
firmaron
un
convenio
para
determinar
el
alcance
de
la
agresión
al
patrimonio
sufrida
en
este
yacimiento
y de
qué
forma
se
podía
proteger
el
paraje.
Los
investigadores
señalaron
la
necesidad
de
colocar
una
malla
geotextil
para
proteger
los
restos
que
quedan
al
descubierto
y
evitar
que
se
siguiese
perdiendo
material.
El
convenio
estaba
dotado
con
12.000
euros.