Escenarios
legendarios
en los
Juegos del
2004: Los
lanzadores
de peso
competirán
en
Olimpia,
mientras
que el
Panathinaiko
Stadium de
Atenas
acogerá el
tiro con
arco y el
final de
la prueba
de
maratón.
En el 776
antes de
Cristo,
Koribos de
Élide
cruzó la
meta en
primer
lugar tras
192,27
metros de
esfuerzo
sobre
arena
batida y
fue
aclamado
por los
50.000
hombres
que
llenaban
el estadio
de
Olimpia.
Serán sólo
15.000 los
espectadores
(y no sólo
de sexo
masculino)
que el 18
de agosto
del
próximo
año
ovacionarán
en el
mismo
escenario
a los dos
lanzadores
de peso
(un hombre
y una
mujer)
que, 21
siglos y
pico más
tarde,
emularán a
Koribos,
el primer
campeón
olímpico
de la
historia.
El comité
organizador
de los
Juegos de
Atenas
2004 ha
hecho un
par de
guiños al
pasado. El
más
celebrado
es el
regreso a
su cuna de
la
competición
deportiva
más
importante
del orbe,
la vuelta
al estadio
donde se
celebraron
(con
alguna
interrupción)
los Juegos
Olímpicos
entre el
776 a. de
C. y el
393 d. de
C. El
retorno,
en fin, al
escenario
en el que
Koribos
ganó la
carrera (dromos),
única
prueba de
la que se
componía
en su
origen el
programa
olímpico.
Con los
siglos fue
creciendo
el número
de
modalidades,
aunque
jamás
llegó a
celebrarse
en Olimpia
una
competición
de
lanzamiento
de peso.
Doble
debut
Debutará
el peso en
este
escenario
legendario,
y también
lo hará el
sexo
femenino.
Será la
primera
vez que
las
mujeres
compitan
en
Olimpia,
aunque hay
quien
recuerda
que
participaron
indirectamente
desde el
680 a. de
C., pues
fue cuando
se
introdujeron
en el
programa
las
carreras
de
cuadrigas,
y muchas
griegas
eran
dueñas de
carros y
caballerías.
No sólo no
podían
participar:
a las
mujeres ni
siquiera
se les
permitía
ser
público.
En las
primeras
épocas, la
sacerdotisa
de Deméter,
diosa de
la
fecundidad,
era la
única que
tenía
acceso al
recinto
olímpico.
En la
época de
esplendor
máximo, la
violación
de esta
prohibición
estaba
penada con
una
condena a
muerte.
Siglos más
tarde,
seguramente
en la
época de
decadencia
de los
Juegos, se
permitió
la
presencia
de las
solteras,
«a fin de
que la
contemplación
de los
cuerpos
desnudos
de los
hombres en
plena
competencia
o su vigor
atlético
las
indujeran
a contraer
matrimonio»,
detalla en
su tomo
décimo la
Enciclopedia
Salvat de
los
Deportes.
«Análogamente,
la
prohibición
impuesta a
las
mujeres
casadas
nacería de
que éstas
podrían
establecer
odiosas
comparaciones
entre los
atletas
olímpicos
y sus
propios
maridos»,
se puede
seguir
leyendo.
Para
evitar que
los
arqueólogos
se
exalten,
la
organización
intervendrá
lo mínimo
en
Olimpia.
No habrá
marcador
electrónico
y la
prueba se
disputará
de día
pues
tampoco se
colocará
iluminación
artificial.
Se ha
acreditado
a un
número
reducido
de
periodistas
(unos 300)
y los
espectadores,
15.000, se
acomodarán
en el
césped que
rodea al
campo de
lanzamientos.
El otro
guiño al
pasado es
la
inclusión
entre los
escenarios
del
Panathinaiko
Stadium.
Este
recinto es
una
maravilla
arquitectónica
situada en
el centro
de Atenas,
en las
cercanías
de la
avenida
Reina
Sofía (sí,
la
nuestra) y
uno de los
escasos
atractivos
turísticos
de la
capital
griega que
se puede
visitar
sin pagar
un
céntimo.
Hasta
puedes
echar una
carrera
sin que
nadie te
lo impida.
En el
Panathinaiko
Stadium se
celebraron
en 1896
los
primeros
Juegos
Olímpicos
de la era
moderna.
Allí llegó
exhausto
el griego
Spyridon
Louis,
vencedor
del
maratón
ante
50.000
exaltados
paisanos,
incluidos
el Rey y
el
Príncipe.
En el
2004, esta
prueba
volverá a
finalizar
en el
mismo
recinto,
que
también
albergará
la
competición
de tiro
con arco. |