Edipo es una denuncia contra el yo, contra el individualismo que no entiende que el mundo, para ser mejor, debe ser compartido. El yo que nos empuja a pensar solo en nosotros y en nadie más. Ese mismo yo que nos lleva hacia el abismo sin que nos demos cuenta de nuestro error porque nuestro yo es perfecto, único e infalible. Por eso Edipo es la tragedia perfecta porque representa al género humano mejor que ninguna otra, porque pone en escena a ese yo que genera todas las miserias de los mortales mientras el mundo entero es un clamor contra lo que piensas. Da igual. El resto está equivocado, solo yo tengo la razón.
Sófocles creó el monstruo, un ser inteligente y despierto, seguramente el que más, que superó todos los obstáculos casi sin despeinarse. Por eso cuando la situación se complica, la solución debe pasar por el raciocinio y el intelecto. Pero, claro, a veces eso no es suficiente. Una pandemia, un vaticinio, una revelación y todo el entramado se viene abajo como un castillo de naipes.
El resto es historia. Los sucesivos golpes que narra el trágico griego son esperados por los espectadores, casi con placer. La tragedia servía para purificarse, para limpiar nuestras almas manchadas por la culpa y el error. Ver a Edipo, el inteligente, el rey surgido de la nada, cometer tantos errores de bulto expiaba los delitos de cualquier hijo de vecino cuando se iba a casa, tras ver la obra. Sófocles sí que supo encontrar los resortes que se esconden tras el alma de los humanos.
Teatro de Temple nos ha presentado un espectáculo sobrio, sereno, sin estridencias. Con un Edipo ponderado y mesurado que no se permite mostrar en ningún momento desesperación alguna. Asume su falta casi con deportividad y reclama el castigo porque así debe ser.
El numeroso público del Sexi Firmum Iulium ha seguido la representación con pulcritud, atención y respeto y solo la explosión de aplausos al acabar el espectáculo ha evidenciado lo que todos pensaban en ese momento: que acababan de disfrutar de un magnífico espectáculo.
Y mañana llega Ayax de la mano de Balbo Teatro. La tragedia continúa. El espectáculo no cesa.
Más información en la página del XIV Sexi Firmum Iulium
Antonio Cantudo 04/09/2022