Ferrán Bono | Valencia www.elpais.com 28/05/2012

Zubin Mehta dirige la música y Gerardo Vera la escena de dos óperas atractivas: la popular música de ‘Il trovatore’ contra la fuerza dramática de Cherubini.

Es tal la belleza de la música de Verdi que el argumento de Il trovatore se puede quedar en el limbo del olvido. Es tal la fuerza dramática del personaje trágico de Medea que la música de Cherubini es recordada por las grandes sopranos que la encarnaron. Y entre todas ellas emerge el recuerdo indeleble de Maria Callas. Ambas óperas, tan distantes entre sí, comparten un mismo escenario y dos directores de excepción: Gerardo Vera se encarga de la dirección escénica y Zubin Mehta de la musical.

Ambas óperas se sumergen en la pasión amorosa a partir de un material radicalmente diferente. Mientras el libreto de Il trovatore, de Salvatore Cammarano, se inspira en un drama romántico del español Antonio García Gutiérrez, el de Medea, de François-Benoît Hoffmann, es respetuoso con la tragedia de Eurípides protagonizada por una mujer luchadora y sabia, amada y temida, que ya afirmaba hace casi 2.500 años: “Dicen que vivimos en la casa una vida exenta de peligros, mientras ellos luchan con la lanza. Necios. Preferiría tres veces estar a pie firme con el escudo que enfrentarme al parto una sola vez”.

“Medea es descomunal. Sus reflexiones sobre la condición de la mujer son de una modernidad y de una vigencia… Es lo que se dice un clásico. En esta producción he trabajado sobre todo con el argumento, incluso he metido trozos del original de Eurípides”, señala Vera. “Por el contrario, en Il trovatore”, añade, “me he inspirado absolutamente en la música. Es de una gran imaginación y exuberancia. Es uno de los mejores verdis, aunque el libreto es muy endeble. Es un dramón romántico de la época. Al propio Verdi le parecía demasiado convencional. Era más innovador y tuvo algunos problemas con el autor”.

“Es verdad que el libreto de Il trovatore es más conservador que la música de Verdi, lo que no pasa como en otras óperas del compositor italiano como Falstaff u Otelo…”, admite por su parte Mehta. “Pero es un verdi de la parte central de su producción. Con Rigoletto y La traviata forman un tríptico que es una maravilla… Dramáticamente es una historia sobre las diferentes caras del amor: el amor materno, el fraterno, el que hay entre un hombre y una mujer… Pero, en realidad, Verdi lo que busca es valerse del amor, utilizarlo para mostrar el virtuosismo de los cantantes. Porque todos los personajes son muy complejos”.

Mehta no pasa la ocasión para destacar el reparto joven de la producción, con el español —que “hará una gran carrera”, vaticina— Jorge de León interpretando a Manrico, Maria Agresta a Leonora, Ekaterina Semenchuk a Azucena y Sebastián Catana al Conde de Luna. Se nota que le gusta esta ópera del compositor nacionalista italiano. También al cineasta y melómano Luchino Visconti, que incluyó un acto de la misma en su película Senso. Es, de hecho, una de las óperas más populares de Verdi —la quinta en número de representaciones entre 2005 y 2010, tras La traviata, Rigoletto y Aida—.

A sus 76 años, el director no esconde, sin embargo, su inicial reticencia a dirigir Medea por primera vez en su larga trayectoria musical. “Es que desde que la cantó la Callas no ha habido nadie que pudiera hacerlo. Hasta que llegó Violeta Urmana, que está perfecta. Cuando la intendente [Helga Schmidt] me aseguró que representaría el papel, acepté”, apunta sobre la soprano lituana, que también se estrena en el papel, tras ser aclamada por sus Aida, Isolda o Tosca.

Tal vez las largas arias que escribió Cherubini, compositor italiano que pasó gran parte de su vida en Francia, dificultaron el acceso a una obra que fue recibida con frialdad en su estreno en París en 1797. Las versiones en italiano y en alemán contribuyeron a que se fuera abriendo paso entre el público, a lo que ayudaron los encendidos elogios de compositores como Brahms, Schubert, Weber, Wagner, y “Beethoven”, apostilla Mehta, que recuerda cómo el autor de Fidelio se quedó encantado cuando la escuchó en Viena en 1802. Medea es “una ópera culta, pero no muy popular”, concluye el director. Maria Callas se obsesionó con el personaje hasta buscar un perfeccionismo enfermizo. “Cuando oyes a la Callas decir ‘yo, Medea’, como en su trabajo con Bernstein, ya no te puedes olvidar de ella”, afirma Vera, madrileño de 65 años, que también guarda en la memoria su interpretación en el filme del “visionario” Pasolini.

La Medea de Violeta Urmana bajará por una gran escalera. Pocos elementos pero rotundos pueblan el escenario. Lo más importante, apunta Vera, “no es la escenografía, sino la atmósfera, el concepto de la puesta en escena”. “Las dos óperas son abstractas. He partido de la luz y de las proyecciones, con resultados visuales distintos en ambas. Con el paso del tiempo, los directores de escena vamos evolucionando hacia lo esencial”, agrega el actor, escenógrafo, director de teatro, de cine y del Centro Dramático Nacional hasta el pasado año.

Su gran frustración es no haber sido músico: “La música es un lenguaje muy emocional. Con ella tienes ganado mucho. Para que un actor consiga emocionarte tienes que trabajar y ensayar mucho. Con un aria, un cantante te puede dejar sin respiración en tres minutos”, sostiene el director ya sobre el escenario. Faltan unos minutos para un ensayo de Il trovatore. Por el fondo del escenario llegan los cantantes del coro de la Generalitat; por el patio de butacas, hace su entrada Mehta.

El director indio ha aprovechado el descanso de su ensayo musical en otra sala con la Orquestra de la Comunitat Valenciana, una de las mejores formaciones musicales de España, para despejarse y saludar a Vera. Ya habían coincidido en una producción de Carmen estrenada en el Covent Garden en 1991. Se respira una complicidad que se deberá confirmar en el escenario. Minutos después, en su camerino, Mehta alaba el trabajo de Vera: “Siempre soy tolerante con los directores de escena, aunque no me guste su trabajo. Pero el trabajo de Gerardo me gusta. Es rotundo, robusto y práctico. No pretende montar su tragedia shakespeariana en escena. Se centra en lo importante”. O

Il trovatore se interpretará hoy y los días 4, 10, 16, 19 y 22 de junio; Medea, los días 12, 17, 21 y 24 de junio. Ambas forman parte del Festival del Mediterrani que tiene lugar en el Palau de les Arts de Valencia (más información: lesarts.com)

FUENTE: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/05/28/actualidad/1338213188_582766.html