EFE 27/07/2005
El filósofo Emilio Lledó alertó hoy de que es "fundamental" educar la sensibilidad en la escuela mediante la enseñanza de las humanidades en un mundo como el actual, "rodeado de violencia, ferocidad y horrores", y añadió que si cualquier Gobierno o ideología las menosprecia estará cometiendo un error "que nos puede costar caro".
Lledó, quien esta semana está trazando en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) una historia del amor y la amistad a partir de dos mitos, uno griego, Calipso y otro cervantino, Dulcinea, afirmó, en un encuentro con periodistas, que educar la sensibilidad significa enseñar a amar lo humano y que si falta ese amor "no merecerá la pena la vida".
En su opinión, la educación consiste en establecer un "horizonte ideal en los jóvenes, en los niños", y es en la infancia donde hay que enseñar "el respeto a lo público, la solidaridad, el sueño de la justicia y todas esas ideas que están en nuestra cultura". Y si esas ideas, dijo, están en nuestra cultura es porque las necesitamos. "No hemos elegido el ser mortales, no hemos elegido el respirar el aire, pero hemos elegido la justicia, el bien, la belleza, la solidaridad y otra serie de conceptos fundamentales", agregó.
Para este profesor y académico, al contrario de lo que se suele pensar, la utopía "es una de las cosas más reales", mientras que "lo que no tiene futuro ni tiene vida es la maldad, la violencia, la mentira y la manipulación". "El día que renunciemos a la utopía no seremos dignos de gozar de la existencia, de aceptar que la vida es energía, posibilidad y futuro", advirtió. Y también avisó de que hoy la educación "está en otras manos" porque los medios de comunicación tienen más poder que la escuela y ésa es una responsabilidad "enorme y exagerada" porque se corre el riesgo de que se produzca una "desensibilización" de quienes acceden a ellos. Emilio Lledó confesó que en los últimos días ha visto más televisión que nunca y le ha sorprendido "la cantidad de violencia que derraman los medios de comunicación", una violencia además "gratuita y feroz" que aparece en cualquier momento y en cualquier canal. No se trata únicamente, explicó, de la violencia que aparece en la pantalla cuando se informa sobre catástrofes, sino de la que se muestra continuamente en series y películas, que calificó de "verdaderamente monstruosa". Tras preguntarse si lo que se pretende con esa ficción es enseñar a los espectadores a estar "domesticados e insensibilizados" para cuando esa violencia de las películas se produzca en el mundo real, abogó porque, ahora que se habla tanto de los derechos humanos, se hable también de los "derechos humanos de los ojos, pobres, tristes y abandonados, de los niños, de los jóvenes, de los ancianos". "Pido un poco de piedad, de decencia, de respeto, de cuidado, un poco de derechos humanos para los ojos", insistió este filósofo, quien considera que ése es uno de los retos que tiene planteados la sociedad moderna, como lo es, y por encina de todo, acabar con el hambre, la escasez y la miseria. Y donde haya hambre y miseria, añadió, no se podrá educar la sensibilidad porque no habrá ni arte, ni literatura, ni nada. "¿Cómo vas a aprender a mirar ‘Las meninas’, si tienes hambre, si estás enfermo, si estás abandonado?", preguntó.
Para Lledó, quien confesó que si volviera a nacer sería profesor porque ama enseñar, todos los seres humanos son filósofos porque todos tienen el deseo de saber y esa universalización de la filosofía es algo que no se puede frenar con la pseudo-información. Por eso, hay que insistir, agregó, en que cada persona es lo suficientemente libre para pensar, para criticar y para dudar.