Madrid | EFE www.lavanguardia.com 14/03/2012

Una investigación del CSIC defiende que estas vías conformaban un sistema orientado hacia el control del territorio y su explotación.

La llegada de los romanos a la Península Ibérica trajo consigo un sofisticado sistema de carreteras que contribuyó no sólo a facilitar el control de las regiones conquistadas, sino que además favoreció la implantación de su sistema fiscal y mejoró el acceso a las minas de oro del norte.

Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), gracias a un convenio con el Ministerio de Cultura, ha estudiado el tramo español de una de estas calzadas, la Vía Nova, del siglo I, que une las localidades de Astorga (León) y Braga (Portugal), en su momento dos de los principales núcleos romanos en el territorio.

El trabajo del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC ha constatado que la Vía Nova forma parte de un sistema orientado hacia el control del territorio y su explotación. De hecho, dado que existen otras vías anteriores y posteriores que también unen estos núcleos, los investigadores creen que la Vía Nova se hizo específicamente para articular mejor los poblados indígenas y aplicarles su sistema fiscal.

Pero además, la relación de esta vía con las numerosas minas de oro que se explotaban en la época es otra de sus «peculiaridades».

Durante un año y medio, el equipo del CSIC ha estudiado las características y el patrimonio de esta vía, que mide casi 300 kilómetros, que no supera nunca una inclinación del 8 por ciento, y cuya anchura mínima es de cinco metros, aunque en algunos puntos puede llegar hasta los once metros.

Además, no todos los tramos de la vía estaban enlosados, en ocasiones la capa de rodadura era de grava o tierra. El equipo del CSIC también ha cartografiado y catalogado el resto del patrimonio asociado a la vía. Entre ellos, destacan los miliarios, unos mojones que podrían compararse con los hitos kilométricos de las carreteras actuales, aunque este sistema de señalización se expresa en millas (equivalen a entre 1.400 metros y 1.800 metros).

Otra de las estructuras más singulares asociadas a este recorrido son las mansiones, que corresponden a las paradas de postas y a los lugares de hospedaje.

El análisis de todos estos elementos se recoge en el Estudio del trazado de la vía XVIII, un documento de cinco volúmenes que servirá para «dar una visión integral de la vía, entendida como hecho histórico, territorialmente significativo y totalmente inmerso en las dinámicas de los procesos de organización y control de las comunidades indígenas por parte del Imperio romano», destaca.

Además, el equipo del CSIC espera que el documento sirva para «poner en valor un patrimonio muy complejo que permita comprender el significado histórico de la vía», añade Sánchez Palencia.

FUENTE: http://www.lavanguardia.com/vida/20120314/54268591883/los-romanos-construian-calzadas-para-recaudar-mejor.html