Un buceador profesional ha descubierto en aguas de Israel los restos de un barco hundido hace 1.800 años, cargado con capiteles corintios y elementos arquitectónicos de mármol con un peso de unas doscientas toneladas. Las autoridades culturales del país ya tenían conocimiento de la existencia del pecio desde hace tiempo, aunque desconocían su ubicación exacta. Ahora, el hallazgo permitirá resolver las incógnitas que lo rodean.
J. M. Sadurní www.historia.nationalgeographic.com.es 17/05/2023
Las aguas costeras de Moshav Beit Yanai, una comunidad agrícola situada al norte de Netanya, en Israel, han sido testimonio del descubrimiento de un misterioso cargamento de bloques de mármol. El barco mercante que los transportaba se había hundido hace 1.800 años en aguas poco profundas, a tan solo 200 metros de la costa, como consecuencia de una violenta tormenta.
¡SE HA LOCALIZADO EL PECIO!
Hace algunas semanas, el experimentado nadador local Gideon Harris, se puso en contacto con la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) para informar del hallazgo bajo las aguas de unas columnas de mármol mientras realizaba una inmersión, a cuatro metros de profundidad, en las cristalinas aguas de la playa de Beit Yanai.
«Conocíamos la existencia de este cargamento hundido desde hace mucho tiempo, pero no sabíamos su paradero exacto, ya que estaba cubierto por la arena y, por tanto, no podíamos investigarlo. Las recientes tormentas debieron dejar la carga al descubierto y, gracias al importante informe de Gideon, hemos podido registrar su ubicación y llevar a cabo investigaciones arqueológicas preliminares, que darán lugar a un proyecto de investigación más a fondo», ha declarado con satisfacción Koby Sharvit, director de la unidad de Arqueología Subacuática de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
El cargamento que transportaba este antiguo navío incluye aproximadamente 44 toneladas de piezas de mármol del período romano, y por la posición y el ángulo de la carga que yace en el lecho marino, los investigadores creen que es muy probable que el barco naufragase al ser sorprendido por una tormenta en las aguas poco profundas, un fenómeno que al parecer es bastante habitual en estas latitudes. A pesar de que hay evidencias de que el capitán echó el ancla para impedir que el barco se hundiera, no pudo evitar el desastre.
MISTERIO RESUELTO
«A partir del tamaño de los elementos arquitectónicos, podemos calcular las dimensiones del barco; estamos hablando de un buque mercante que podía llevar una carga de al menos 200 toneladas. Estas delicadas piezas son características de edificios públicos majestuosos a gran escala», ha afirmado Sharvit tras el análisis de la carga.
Pero ¿cuál era el origen el navío? ¿Y su destino? Los arqueólogos creen que probablemente el barco procediera de la región del Egeo o del mar Negro, en Turquía o Grecia, y que es posible que se dirigiera a uno de los grandes puertos que se extendían a lo largo de la costa sur del Levante, Ashkelón o Gaza, o tal vez incluso Alejandría, en Egipto.
Finalmente, este descubrimiento ha permitido aclarar una cuestión largamente debatida entre los arqueólogos: ¿Los elementos arquitectónicos importados se tallaban en su lugar de origen o se trabajaban y modelaban al llegar a su destino? Para Sharvit «es evidente que los elementos arquitectónicos salieron de la cantera como materia prima o como artefactos parcialmente trabajados para ser luego tallados y acabados en el lugar de la construcción, bien por artistas y artesanos locales o bien por artistas procedentes de otros países», concluye el arqueólogo.
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