Universidad de Cádiz www.uca.es 21/12/2006
Lisístrata, mujer de gran entereza e ideas claras, ciudadana ateniense, convoca a sus vecinas y les propone mediante un juramento declarar la guerra sexual a sus maridos para que levanten de palabra la guerra con Esparta y se queden todos en casa. Una vez aceptado, unas cuantas mujeres se adueñan de la Acrópolis y otras se retiran. A su vez, las de Esparta deciden otro tanto y viene un heraldo a hablar del asunto. Y una vez logrado el acuerdo, se firman pactos y se pone fin a la guerra, en medio de una gran fiesta final que une a maridos y mujeres en una gozosa reconciliación. En cualquier guerra, en cualquier época, en cualquier país, esta obra habla el mismo lenguaje desprejuiciado del honor, de los géneros, del poder y del sexo como impulsor de la revolución. El mensaje sigue siendo y será el mismo, pisemos el suelo que pisemos.
Según Antonia Carmona, coordinadora del grupo, la versión de la célebre comedia aristofánica, quiere hacer hincapié en estos contenidos, resaltándolos y transmitiendo al mismo tiempo el perpetuo debate en torno a los temas elementales de la condición humana: en este caso el carácter belicoso e intolerante del varón y la ductilidad del género femenino, dotado, para casos sin solución como el que plantea la obra, de un “sexto sentido”.
Desde el punto de vista formal, la Lisístrata de PHERSU ha respetado básicamente las tres partes de la comedia aristofánica: el prólogo, donde se expone el juramento de las mujeres; las escenas corales de ágon o enfrentamiento entre viejos y viejas o en otros casos, entre mujeres y hombres, y los tres episodios finales, de una comicidad inadaptable, dada la rabiosa actualidad del texto y los motivos.
La combinación de partes musicales con elementos narrativos y declamatorios permite acentuar procesos antagónicos, comportamientos opuestos, y por otro lado invita, como ya lo hiciera la propia comedia representada en el 411 a. d. C., a reflexionar sobre la validez de ciertas atribuciones convencionales: ¿es Lisístrata una comedia?
Aspectos formales de la puesta en escena como son un elaborado vestuario; una novedosa y sorprendente adaptación de las partes corales, más cercanas a nuestra idiosincrasia andaluza, y un atrezzo que no deja indiferente al espectador, pretenden provocar en el público una reflexión más inmediata sobre la obra del ateniense, subrayando la amplitud del mensaje aristofánico; y acercarnos una vez más a la extraordinaria vitalidad de esta fina comedia.
Finalmente, la adaptación del texto griego es literal, siendo las desviaciones mínimas y explicables por la lejanía del contexto, aunque sólo en puntos muy concretos; ha sido llevada a cabo por Antonia Carmona, profesora de Griego de la Universidad de Cádiz, que lleva la coordinación de PHERSU como grupo de Teatro Clásico desde el año 2002. El atrezzo, diseño de vestuario y escenografía ha sido labor de Javier Fonseca, profesor de Dibujo, quien ya colaboró con PHERSU en la edición anterior de este Festival (Medea, de Eurípides); y la puesta en escena así como la dirección artística de la obra es un trabajo, pensamos que meritorio y magnífico, de Eduardo Valiente, que lleva ya a sus espaldas una dilatada experiencia teatral en el seno de la Universidad gaditana, donde durante siete años ha venido desempeñando las labores de director del Aula de Teatro de la UCA.