Cristina Fanjul | León www.diariodeleon.es 21/01/2010

«No se trata de reparación sino que estamos ante obra original». Melquiades Ranilla, el arquitecto que dirige los trabajos de extracción de las lápidas de la muralla romana de León destacaba ayer que, contrariamente a lo que se creía, las estelas descubiertas hace un año en la fortaleza romana no se utilizaron como material para reparar la piedra de la muralla. «Se ha comprobado que el hormigón romano está sujetando directamente las lápidas», afirma Ranilla, desmontando las teorías que durante siglos han defendido los arqueólogos. La importancia de este descubrimiento es capital, por cuanto que podría demostrar que la antigüedad de la muralla -”se calcula de una edad entre finales del siglo III y principios del IV-” podría ser mayor a la que se cree.

Ayer y tras varios meses de retraso -”tendría que haber comenzado en el mes de septiembre-” comenzó la extracción de las lápidas de la muralla. Según destaca el arquitecto director de este proyecto, Melquiades Ranilla, el primer día de trabajo se sacaron del lienzo seis lápidas de diversos tamaños y en buen estado, lo que hará más fácil las labores de restauración. Además del descubrimiento citado, los arqueólogos han desvelado que el lienzo puede esconder casi el doble de lápidas de las que se creía (alrededor de veinte) lo que incrementa la importancia del hallazgo. Melquiades Ranilla destaca asimismo que existen junto a las lápidas ya extraídas otras piezas de menor importancia que se rompieron para asentar y nivelar las demás y que también pueden aumentar el conocimiento que tenemos de la época y las circunstancias que rodearon el levantamiento de la fortaleza.

Equipo multidisciplinar. El equipo de expertos -”integrado por arquitectos, dos arqueólogos, un historiador, un petrólogo, técnicos en restauración, un aparejador y un documentalista, además de un experto en restitución fotométrica-” han puesto en marcha un empresa muy delicada para salvar las lápidas.

Ranilla ha explicado que la principal característica de este proceso es que «desmonta» la fábrica romana con una técnica cercana a la orfebrería. Para ello se han instalado dos plataformas. Una de ellas está dispuesta siguiendo la altura de la calle, mientras que la otra alcanza una altura de tres metros. Ambas están perfectamente niveladas y entre ellas se articulan unos sistemas hidráulicos de última generación que son los que «arrancan» las estelas de sus guardianes pétreos.

Si bien el arquitecto no ha querido decir durante cuánto tiempo se prolongarán los trabajos, el proceso será lento -”no se espera que dure menos de dos meses-”. Previamente a la extracción de las estelas, los especialistas han numerado las fábricas originales y han identificado las veinte lápidas -”de entre dos metros y medio y cuarenta centímetros-” que se han identificado.

Tras arrancar la piedra de la muralla, se separan las lápidas y en su lugar se colocarán moldes realizados con piedra de Boñar. Estas réplicas tienen las mismas dimensiones y características físicas que las fábricas desmanteladas y sobre ellas se colocarán posteriormente el lienzo romano. Por otro lado, el proyecto contempla la puesta en marcha de un «hospital de campaña» que velará por la protección y conservación de las estelas. Así, una vez se extraigan las lápidas, los expertos diagnosticarán sus patologías con el fin de poner en marcha un sistema de primeros auxilios que permita que lleguen en las mejores condiciones al Museo de León.

Allí, las piezas sufrirán un proceso de rehabilitación integral. Además, previamente a su envío al laboratorio de Pallarés, los expertos en epigrafía documentarán las estelas funerarias y se realizarán escáneres, videos e imágenes de las mismas con el fin de tener modelos virtuales de todas las piezas. Será el Museo de León el que procederá a su datación y estudio, en una operación coordinada entre las distintas administraciones.

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