Carlos J. García | Ronda (Málaga) www.diariomalagahoy.com 29/10/2006

Los últimos trabajos de campo han desvelado que la vieja ciudad romana situada junto a Ronda estuvo habitada hasta los inicios del siglo VII
Dice el arqueólogo Bartolomé Nieto, director del Museo Municipal de Ronda y del proyecto de investigación que subvencionan la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Ronda que «si me dan a elegir entre dos hallazgos como un trocito de cerámica pequeño y una gran escultura bien conservada y resulta que ese pedacito de cerámica es una cerámica fósil tardía que me dice que en Acinipo hubo vida hasta el siglo VI después de Cristo, prefiero ese descubrimiento, que es quizá ínfimo a ojos de cualquiera». Y eso es lo que ha ocurrido; porque después de tres años de trabajo, el grupo de investigadores que trabaja en el yacimiento de Acinipo ha descubierto este año que, pese a lo que se pensaba, estuvo ocupada más allá del siglo IV. Además, se ha confirmado el buen estado de conservación de las termas, que van a ser recuperadas.
«Puede que incluso el asentamiento permaneciera ocupado hasta principios del siglo VII, que son tres siglos más de los que hasta ahora creíamos», explica Nieto. En 2007 concluirá la campaña subvencionada, pero el arqueólogo asegura que la idea de la Junta y el Ayuntamiento es prorrogar ese convenio que ya ha sufragado 888.000 euros para trabajos en el yacimiento.
Y los últimos hallazgos no son poca cosa. Puesto que a los restos fósiles guía que han permitido este último descubrimiento, hay que unir otros hallazgos, como el buen estado de conservación de unas antiguas termas romanas que podrán ser recuperadas totalmente y también una antigua domus, una casa romana. Hallazgos que ocuparán buena parte del trabajo de los investigadores en la campaña de 2007. «Pretendemos excavar completamente la planta de la terma, puesto que pocos casos hay en toda la hispania romana, y también la planta de esa domus», explica Bartolomé Nieto; «una casa típica de una provincia romana de interior, de una provincia alejada como la Bética, que no es el típico hogar idealizada de las películas de romanos; no tiene por qué ser una casa con grandes patios de columnas llenos de mosaicos, sino una vivienda compatible con la actividad agrícola y ganadera de la zona, con grandes áreas de almacén, estamos seguros», indica el arqueólogo. «En las termas parecen muy bien conservadas algunas estancias como las llamadas hipocaustum, las zonas de agua caliente y templada», añade.
Completadas esas excavaciones, con el ya famoso símbolo de Acinipo, el gran teatro romano, junto a las cabañas encontradas a la entrada del yacimiento y un nuevo centro de interpretación, «el yacimiento tendrá mucha enjundia».
Pese a los descubrimientos, Bartolomé Nieto asegura que «ahora estamos en los inicios de la investigación, cuando se empieza a conocer la ciudad romana». Y es que el debate gira en torno al escaso conocimiento que se tiene del enclave. «La culpa la tenemos los investigadores, porque somos quienes debemos entender que la divulgación es necesaria para el gran público y no sólo para la comunidad científica», dice el director del Museo Municipal. «La investigación no tiene sentido si los resultados no se ponen al servicio de las personas». «Ahora estamos inmersos en el estudio de materiales cerámicos, vítreos, metálicos y óseos que hemos hallado. El trabajo real comenzará cuando entremos en el laboratorio. Algo que no se ve pero que logrará colocar a Acinipo en lugar en que se merece», concluye el arqueólogo.

Una meseta con historia
Los romanos se asentaron donde hubo antes un poblado estacional del Neolítico, y más tarde otros en las edades del cobre y el bronce (con influencias fenicias). Se llegaron a acuñar monedas propias y, como otras grandes ciudades romanas, tuvo un poder bien establecido, con una estructura política en base a un senado de unos 50 senadores, que probablemente sufragó la construcción del teatro y las termas, edificios públicos para escenificar su poder. La ciudad fue ya referida en el siglo XVI pero no fue hasta el XVII cuando se identificó el teatro.