Termas romanas de IrúnMª José Atienza / Irún www.diariovasco.com 17/09/2005

Las excavaciones de las termas romanas en Irún, que están a punto de terminar, fueron visitadas ayer por el diputado general y el director de Cultura.

IRÚN. DV. La civitas de Oiasso vivió su época de esplendor entre los años 70 y 150 de nuestra era. Ocupaba unas 15 hectáreas y ha dejado restos arqueológicos de gran valor: la necrópolis de Santa Elena, las minas, el puerto, las termas y los pivotes de un puente de madera que unía las orillas del Bidasoa, además de joyas, monedas, vasijas, tejas y ladrillos, entre otros muchos objetos.

Las termas, los baños públicos de Oiasso, fueron descubiertas en unas catas llevadas a cabo en 1996. En el año 2002 se realizaron las primeras excavaciones y el pasado mes de abril se reanudaron los trabajos que han dejado finalmente al descubierto los restos de las piscinas en las que se bañaban los romanos hace 2.000 años.

El diputado general, Joxe Joan González de Txabarri, y el director de Cultura de la Diputación, Imanol Agote, visitaron ayer las excavaciones, acompañados por el alcalde de Irún, José Antonio Santano y varios miembros de la Corporación municipal. Mertxe Urteaga, directora de Arkeolan, el centro de estudios que se encarga de las investigaciones, Marian Guereñu, directora de la excavación, y Javier Arce, investigador y catedrático de Arqueología Romana de la Universidad de Lille guiaron la visita.

Se inaugurará en 2006

Las termas se encuentran en el patio trasero del edificio del Museo Oiasso y se convertirán en uno de sus principales atractivos cuando sea inaugurado en la primavera de 2006, según confirmó ayer el alcalde. La superficie sobre la que se ha excavado tiene 200 m2 y el presupuesto de las excavaciones, financiado al 50% por el Ayuntamiento de Irún y la Diputación Foral de Gipuzkoa, ha sido de 236.519 euros.

Según las investigaciones de Arkeolan, los hallazgos «pertenecen al complejo de los baños públicos del asentamiento urbano de Oiasso y su diseño responde a los modelos de arquitectura termal que los romanos popularizaron en las ciudades del Imperio». El yacimiento dispone de los tres espacios habituales de las termas: la sala de ambiente frío (frigidarium), la templada (tepidarium) y la de temperatura elevada (caldarium).

La primera es la que mejor estado de conservación presenta y está compuesta por una gran piscina de 84 m2, rematada en una cabecera en forma de ábside. Toda la piscina está cubierta por un pavimento de pequeños ladrillos ordenados en espigas (opus spicatum) y bajo los ladrillos se dispone un hormigón hidráulico, un sumidero y el canal de desagüe.

Las otras dos salas rodean la estancia de la piscina de agua fría en forma de red. Además de las termas se han encontrado restos de lo que se llama el hipocausto, que es el sistema de calefacción que utilizaban los romanos, similar a las glorias castellanas que aún hoy en día funcionan. También se han hallado multitud de fragmentos de objetos como vasijas, joyas, placas de mármol con las que se recubrían las paredes, tejas, ladrillos y monedas.

«Gran descubrimiento»

La construcción de las termas se fecha en la mitad del siglo I d.C., aunque parece ser que fueron remodeladas en varias ocasiones. El investigador Javier Arce calificó los restos de las termas de Oiasso de «gran descubrimiento» y aseguró que las características de esta instalación, unidas a otros hallazgos como el puerto y las minas, confirman la magnitud y el elevado nivel social y económico que tuvo la ciudad de Oiasso dentro del golfo de Vizcaya durante el Imperio Romano.

González de Txabarri destacó la labor «de los investigadores del país. Su trabajo está resultando relevante a la hora de abordar lo que ha sido nuestra historia. Mu-chos de los tópicos que hemos aprendido en nuestra época estudiantil se están viendo cuestionados. Se están aportando nuevos datos que piden tener un espíritu abierto e ir construyendo otra vez las teorías que sobre el pasado teníamos los vascos en relación con los romanos».

El alcalde de Irún, Santano, manifestó su esperanza de que el Museo de Oiasso «sea un importante reclamo turístico para Irún, la comarca y Gipuzkoa».