José Castro López www.elprogreso.es 08/08/2023

Una abuela gallega se queja de que su nieto no pueda estudiar Latín en cuarto de la Eso porque el número de inscritos no alcanza el cupo necesario. Es la consecuencia de que los programas de la enseñanza secundaria conserven tan solo de forma testimonial disciplinas como la Filosofía, den poca importancia a la Historia e ignoren las lenguas y cultura clásicas, donde están nuestras raíces.

Corren malos tiempos para las humanidades. Esta sociedad tecnológica valora lo útil, lo más rentable a corto plazo, y aprecia solo los saberes técnicos e instrumentales. Un pragmatismo utilitarista que se percibe en el sistema universitario gallego en el que los grados con más tirón son las carreras de lo que antes se llamaba ciencias en las que los estudiantes buscan los perfiles formativos que tienen una mayor inserción laboral. Parafraseando a Nuccio Ordine, los saberes humanísticos casi se consideran inútiles y las facultades de Humanidades a duras penas reúnen el número de alumnos para mantener las titulaciones.

Lo nunca visto es que los estudiantes no solo huyen de las letras sino que hasta acosan a sus compañeros que optan por estudiarlas. Fue muy sonado el caso de Gabriel Plaza, el estudiante que obtuvo la mejor nota de selectividad en Madrid el año pasado y decidió estudiar Filología Clásica porque «prefiero la felicidad al éxito seguro». Para él era más importante estudiar lo que le interesaba que pensar en salidas laborales.

Su decisión provocó críticas y burlas en la red «por elegir una carrera sin salidas» en plena eclosión de la revolución tecnológica que desplaza la literatura y la filosofía, el latín, el griego y el estudio de los clásicos.

Grave error. Marginar las humanidades solo lo hacen quienes desconocen que la cultura clásica da un bagaje intelectual enriquecedor a los que se adentran en el mundo antiguo. Los autores de la antigüedad grecorromana enseñan a enfrentarse a los problemas, a liderar, a trabajar en equipo, a comunicar… Justo lo que necesitan las empresas, «gente que sepa pensar, resolver problemas, formar equipos de trabajo y comunicar», dice Ángel Cabrera, presidente del Instituto de Tecnología de Georgia en Atlanta, universidad puntera en ciencia y tecnología.

Las humanidades son necesarias para desarrollar de forma responsable la inteligencia artificial y nos dan herramientas para poder pensar y competir. Enseñar a los alumnos a desplegar el pensamiento crítico para que nadie los manipule con las mentiras oficiales es el complemento imprescindible de cualquier titulación. Eso hacen las letras.

FUENTE: www.elprogreso.com