El dibujante, fallecido el pasado jueves, maravilló con sus adaptaciones de la ‘Odisea’ y la ‘Ilíada’, clásicos ilustrados de los que ofrecemos bocetos inéditos

David Morán www.abc.es 17/12/2022

Fue como un regalo caído del cielo. Nunca antes había ilustrado Calpurnio, padre de Cuttlas y maestro del trazo minimalista, un libro de texto así que, ¿qué mejor que empezar por un clásico acorazado como la ‘Odisea’? La madre de todos los relatos épicos. La aventura más grande jamás contada, convertida en la aventura más grande jamás dibujada. Ulises, las musas y el viaje a Ítaca. Un estreno a lo grande para inaugurar Clásicos liberados, colección con la que la editorial Blackie Books buscaba descorchar y servir los grandes títulos de la literatura universal en nuevas versiones «fieles y desacomplejadas; ilustradas y comentadas con la mente abierta y el corazón ligero».

«Durante casi dos años, llevó a cabo un impresionante trabajo de documentación: tenaz como era, llegó a saber más que nadie de ninfas y dioses, de armas y barcos, de héroes y batallas. Nada en sus aparentemente simplísimos dibujos es casual», recordaba el jueves la editorial barcelonesa al poco de conocerse la muerte del dibujante aragonés, de nombre real Eduardo Pelegrín Martínez de Pisón, a los 63 años.

La ‘Odisea’, publicada en 2020, abrió una nueva puerta para Calpurnio y le permitió infiltrarse en la filas de la cultura griega y la literatura universal armado con un par de lápices y un puñado de colores. «Con el dibujo quería que el lector entrase en ese mundo en el que todo era muy espartano», recordaría el dibujante. Meses de investigación y documentación le llevaron a arropar el texto sin inmiscuirse en él. «Es un libro arduo, y con mis dibujos intentaba ayudar al lector a no perderse en la maraña de personajes y situaciones», explicó en su día.

La magnitud de la empresa hizo incluso replantearse su propio estilo, y, como puede verse en los primeros bocetos, coquetear con personajes con cara, músculos y rasgos bien definidos. Un Ulises con pinta de He-Man por aquí, un Homero con barba y toga por allá. Al final, sin embargo, se impuso el minimalismo marca de la casa. «Decidí emplear los monigotes y no poner cara a los personajes porque me parece más respetuoso con la imaginación del lector. Creo que mi tarea como ilustrador no puede contraponerse a la que es propia del lector», razonaría.

Así, mientras Homero hablaba de ese «ingenioso héroe que viajó de aquí para allá después de saquear la famosa ciudad de Troya» y las notas al margen aclaraban que en 2019 en España había 2274 Ulises y ningún Odiseo, Calpurnio experimentaba con formaciones hoplitas, deconstruía espadas y lanzas y bordaba los trirremes. Normal que, cuando Blackie Books volvió a reclamar sus servicios para ilustrar la ‘Ilíada’, el dibujante ya se pasease por los dominios de Aquiles y Agamenón como Pedro por su casa. «Cuando se metió en la ‘Ilíada’, ya era una autoridad en el mundo de la antigüedad clásica. Y el trabajo que realizó para este libro es una obra maestra», constatan en la editorial.

Su segunda adaptación homérica, publicada en septiembre de este mismo año, fue un auténtico big bang ‘calpurniano’: 850 ilustraciones, más de 10.000 personajes y sangre salpicando casi todas las páginas. «Trabajando en este libro me he sentido un soldado más en plena batalla, en combates en los que, como decía Homero, la rueda de los carros resbalaba en la sangre de los caídos. Para mí ha sido un trabajo verdaderamente apasionante, muy distinto al de la ‘Odisea’, que cuenta el viaje de Ulises a Ítaca, en el que va solo. En la ‘Ilíada’ se relata la Guerra de Troya, con grandes batallas multitudinarias», recordaba durante la promoción del libro.

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