Gloria Pajuelo | Don Álvaro (Badajoz) www.extremaduraaldia.com 05/06/2010

Próxima parada: Circo Romano de Mérida.

Ambientados en el siglo I antes de Cristo, un grupo de veinte legionarios, pertenecientes a la Legio VIIII Hispana Madedonia Victrix (novena legión ‘hispania’), se embarcaron hoy, 5 de junio, en una auténtica odisea, y no precisamente la de Homero, sino que las circunstancias bélicas de aquel tiempo no tenían nada que ver con las del siglo XXI, y eso se notó a medida que pasaban las horas.

¡Conquiscite! (descansad) ¡Ordene duplique! (fila doble) ¡Ordinem turque! (rompan filas) ¡Ordine simplique! (fila de uno/fila india).

No, señores lectores, no. El diario digital Extremadura al Día no se ha vuelto loco por la inesperada ola de calor que azota estos días las tierras extremeñas. Tampoco ha decidido recuperar el latín bélico de la época romana antes de Cristo, ni embarcarse en conquistas ya conquistadas.

Se trata exactamente de una auténtica y muy fidedigna recreación. Y es que la localidad pacense de Don Álvaro asistió esta mañana a la resurrección de la Legio VIIII Hispania Madedonia Victrix, la cual luchó contra los cántabros allá por el siglo I a. C, aunque en esta ocasión, el paisaje estaba algo cambiado al de aquella época, resultando anacrónico.

Pero eso no fue impedimento para que estos veinte legionarios, que formaban parte de esta legión tan representativa, fueran ataviados con auténtica vestimenta bélica de la Roma Clásica.

UN POCO DE HISTORIA
La Legio VIIII Hispana Macedonia Victrix fue una legión romana creada a mediados del siglo I a. C, junto con la VI, la VII y la VIII por Pompeyo en Hispania en el año 65 a. C.

Con Octavio Augusto como emperador, la legión fue enviada a la Hispania Tarraconensi para participar, junto a otras siete, en las importantes y largas campañas contra los cántabros, entre los años 25 y 13 a. C.

En relación a la recreación de esta mañana, es importante recordar las Guerras Cántabras, uno de los conflictos bélicos que los veinte legionarios, venidos de todas partes de la actual España (Madrid, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Extremadura, Galicia o Asturias), han querido inmortalizar, pero teniendo presente en todo momento todo lujo de detalles, desde vestimenta hasta tácticas de combate, pasando por el propio idioma: el latín.

Se conoce como Guerras Cántabras a los enfrentamientos entre el Imperio Romano y los distintos pueblos astures y cántabros que habitaban el territorio conocido ya por los antiguos romanos como Cantabri,[1] al norte en la Península Ibérica.

Los enfrentamientos mantenidos por Roma contra los diversos pueblos del Norte hispano representaron la culminación de la larga conquista de la Península Ibérica. La resonancia de estas guerras sobrepasó a la de gran parte de las emprendidas por el Imperio Romano a lo largo de su historia. Se trató de una operación dirigida personalmente por el emperador César Augusto.

A modo de curiosidad, es importante mencionar que a diferencia de otros conflictos bélicos, el Imperio Romano, una vez finalizada la contienda, optó por no hacer prisioneros, lo que supuso la eliminación de los cántabros en edad militar.

Y es que, según escribió el historiador romano Dión Casio (siglo II): «De los cántabros no se cogieron muchos prisioneros; pues cuando desesperaron de su libertad no quisieron soportar más la vida, sino que incendiaron antes sus murallas, unos se degollaron, otros quisieron perecer en las mismas llamas, otros ingirieron un veneno de común acuerdo, de modo que la mayor y más belicosa parte de ellos pereció. Los astures, tan pronto como fueron rechazados de un lugar que asediaban, y vencidos después en batalla, no resistieron más y se sometieron en seguida».

PREPARACIÓN PARA LA GUERRA
A todo conflicto bélico que se preste le precede una intensa y ardua preparación militar. Y eso es precisamente lo que hicieron hoy los veinte legionarios, dentro de su espectacular «simulacro romano», cuyo principal objetivo era vadear el río Guadiana a su paso por Don Álvaro. Pero lo realizaron de una forma diferente y peculiar. Más adelante se lo contaremos.

La Legión VIIII Hispania salió esta mañana bien temprano de su campamento, montado en una finca cercana al municipio de Don Álvaro, en la que se encuentra la Casa Rvral Romana Qvinta del Triario, un establecimiento turístico que se caracteriza por descansar sobre una casa construida según las quintas de recreo romanas.

En este peculiar campo militar romano, a imagen y semejanza del propio ‘castrum’, los legionarios se prepararon para el combate, ensayando tácticas militares, entrenamientos y diferentes formaciones, además de comer, vivir y dormir como se hacía antes en los auténticos campamentos romanos. Incluso, hubo guardias nocturnas de la época y toques de corneta.

Y la forma de entrenamiento elegida esta mañana fue la de vadear el río Guadiana al estilo de cómo se recoge en la columna trajana de Roma, en la que se narra en su relieve dos victoriosas campañas de Trajano.

Al respecto, Antonio Carranco, miembro de la Asociación Hispania Romana, entidad organizadora de esta actividad, explicó a Extremadura al Día que esta acción «no responde a la circunstancia histórica, porque la Legión VIIII Hispania es de otra época. Sino que se trata de representar el traspaso de un río. Y se ha elegido el de las campañas de Trajano porque es el único del que se tiene referencia epigráfica».

Durante el camino hasta llegar al Guadiana, los soldados no estuvieron exentos de dificultades, porque al mal estado de la ruta elegida, hubo que sumar la aparatosa vestimenta de éstos, quienes perfectamente pudieron llevar encima en torno a los treinta kilogramos, entre ropa y utensilios propios de la guerra.

Pero estas dificultades no desanimaron a los soldados, quienes canturrearon durante su trayectoria hacia al río canciones bélicas en latín, así como otras más familiares de esta época.
Tras recorrer entre ocho y diez kilómetros con gran peso a sus espaldas, los legionarios llegaron a la orilla del río Guadiana, donde se despojaron de sus respectivas vestimentas para darse un buen baño fresquito.

VERSIÓN ESPAÑOLA
Como curiosidad, destacar que fue el propio centurión el que cruzó el primero el río para comprobar in situ las circunstancias de éste, cuando en el Imperio Romano esto hubiera sido impensable.

Sólo unos pocos se atrevieron a cruzar el Guadiana con toda la indumentaria encima. El resto prefirió atravesarlo en ropa interior o simplemente se relajaron en la orilla.

Una vez finalizada esta actividad heróica, los legionarios regresaron al campamento, donde primero almorzaron unos corderos. Y una vez cargadas las pilas, volvieron al entrenamiento.

Como adelanto a sus actividades de futuro, Carranco informó a Extremadura al Día que la Asociación está estableciendo contactos con el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida y con el Ayuntamiento de la capital extremeña para llevar a cabo una nueva recreación en septiembre. Pero en esta ocasión el lugar escogido es el Circo Romano emeritense, donde realizarán combates, tácticas militares o entrenamientos, entre otras actividades.

UN INTERÉS COMÚN
Como último dato, es importante señalar que la Asociación cultural Hispania Romana es una organización de ámbito nacional constituida por socios de diferentes localidades, edad, estudios y profesiones, que comparten su interés por el conocimiento de la Antigüedad y, en especial, sobre la presencia romana en España y otros lugares del Mediterráneo.

Entre otras actividades, este colectivo ofrece conferencias dirigidas a escolares y realiza eventos para encargados por instituciones relacionadas con la arqueología y la historia romana. Carranco explicó que su primer contacto con esta asociación tuvo lugar tras el paso de algunos de sus miembros por su casa rural para hospedarse en la misma.