Madrid | EUROPA PRESS 26/04/2007

El Museo Arqueológico exhibe la ‘Fíbula de Braganza’, una extraordinaria pieza de oro del siglo III a.C, propiedad del Museo Británico y tasada en un millón y medio de euros, en el marco de la exposición ‘El héroe y el monstruo’, abierta hasta el próximo 29 de julio.

Alicia Perea, directora técnica del proyecto e investigadora del CSIC, señaló que la Fíbula de Braganza es una pieza «excepcional» y además de ser un documento histórico que define el poder en la época helenística, es un ejemplo de la excelencia que alcanzó la orfebrería. La Fíbula es un broche con el que se sujetaba la túnica o el vestido en la antigüedad.

La escena que muestra esta Fíbula de Braganza es la de la lucha heroica entre un joven guerrero desnudo, armado con sus atributos -casco, espada y escudo- y un monstruo.

Aunque se desconoce su autoría, se piensa en una procedencia peninsular, probablemente de la zona del alto Guadalquivir y está fechada en el siglo III a.d.C. Lo que sí se sabe es que esta pieza perteneció a la colección de la Casa Real portuguesa. Debió ser adquirida por Fernando Sajonia Coburgo, rey consorte de María II de Portugal, en un momento impreciso del siglo XIX. Su rastro se recupera hacia los años 1940 cuando se subasta en Chicago. Posteriormente es depositada como préstamo en el Museo Británico, institución que realiza un estudio científico y definitivamente la adquiere el año 2001 en subasta pública.

RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO

«Esta pieza supone una muestra de la «recuperación del Patrimonio español que por motivos históricos o de otro tipo no está en nuestro país», alegó Alicia Perea, quien para este proyecto ha contado con la colaboración de Dyfri Williams (Conservador Jefe. Dpto. de Antigüedades Griegas y Romanas. Museo Británico); y Ricardo Olmos (Profesor de Investigación. Dpto. de Arqueología e Historia Antigua. Instituto de Historia. CSIC).

Para acompañar a esta excepcional pieza, Perea resaltó que se han buscado alrededor de 80 piezas, prestadas por distintos museos españoles y muchas de ellas inéditas en Madrid, que muestran la iconografía del guerrero en piezas de cerámica o hierro, y se exhiben también monumentos y joyas para que el para que el visitante saque sus propias conclusiones sobre la época.

Entre las piezas que incluye la muestra destacan, los tesoros gemelos de Mairena del Alcor y la Puebla de los Infantes (Sevilla), expuestos juntos por primera vez o las esculturas del monumento heroico de ‘El Pajarillo’ (Jaén).

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Alberto Sánchez | Madrid www.elmundo.es 25/04/2007
Nobleza guerrera en el Museo Arqueológico
Una exposición de 83 piezas muestra en Madrid los tesoros de la cultura ibérica. La estrella es una valiosa pieza de oro del siglo III a.C., propiedad del Museo Británico. Muchas obras simbolizan el valor y el respeto al enemigo en el campo de batalla.

Jamás antes el público español había tenido la oportunidad de contemplar la extraordinaria pieza de oro del siglo III a.C. que se podrá admirar en el Museo Arqueológico Nacional hasta el 27 de julio. La ‘Fíbula de Braganza’ representa el fructífero intercambio entre las distintas culturas mediterráneas y ayuda a comprender el carácter de nuestros antepasados íberos.

La pieza, que pertenecía a la Casa Real portuguesa de Braganza, es ahora propiedad del Museo Británico y está tasada en un millón y medio de euros. Una oportunidad única para contemplar por vez primera en España esta obra maestra de la orfebrería de la Edad de Hierro. La fíbula representa a un guerrero desnudo que porta un escudo y un casco celtas. Se supone que la imagen del militar se corresponde con la del príncipe ibérico que encargó la obra.

La veneración y mitificación de los animales era uno de los rasgos de la cultura íbera. La bestia a la que se enfrenta el guerrero de la fíbula representa la fiereza y la muerte, lo que se traduce en el guerrero en valor y maestría en la guerra.

En el mundo íbero, la aristocracia era la única casta que se dedicaba al ejercicio de las armas. Aunque la hoja de la espada que sostiene el guerrero no se conserva, ésta se trataría muy probablemente de una falcata, el arma íbera más conocida, admirada y temida en todo el Mediterráneo.

El relieve de Osuna, también presente en la exposición, muestra la imagen del guerrero con la falcata, que pasaría a formar parte del armamento romano. Llegó a convertirse en la segunda arma más utilizada después de la espada de hóplita y la que más víctimas causó, liderazgo que ostentó hasta la introducción de la pólvora.

Las armas íberas eran únicas e intransferibles; se fabricaban personalizadas para cada guerrero y no debían utilizarse por nadie más que su dueño, de ahí que se enterraran con ellas quedando así éstas inutilizadas. Este de lazo de unión era tan fuerte que, antes que rendirse ante el enemigo, estos guerreros optaban por entregar su propia vida.

Aguerridos y austeros.
Los guerreros de la antigua Iberia tenían fama de ser nobles y aguerridos, aun vencedores en combate respetaban al enemigo. La desnudez del guerrero del broche muestra otra de sus características, la austeridad. Su lealtad en el combate era tal que en la batalla de Cannas, Aníbal, que desconfiaba de sus tropas galas, alternó a éstas con las íberas sabedor de la ‘devotio’ de estos soldados, cuyo compromiso se mantenía firme hasta el final.

El estilo y la calidad de las formas muestran la autoría griega del broche de oro. La fíbula constituye un testimonio del contacto cultural entre Grecia y la Península Ibérica, un comercio que alcanza su punto álgido en los siglos V y IV a.C., momento que coincide con la consolidación de la cultura ibérica.

El encuentro dio lugar a piezas maestras como ésta que revela la asimilación del arte y los conocimientos griegos, que los íberos traducirían adoptándolos a su propia cultura para transmitir un mensaje de poder que ha conseguido pervivir hasta nuestros días.

ENLACES:
Galería fotográfica de la exposición: www.elmundo.es/albumes/2007/04/20/fibula_braganza/index.html